Ya sin la presión que ejercía el acuerdo con el FMI, volvió el rojo a las cuentas públicas en enero: déficit primario de $3.766 millones
Así como es muy difícil bajar la panza después de los 40 por más ejercicio y dieta que se siga, el gasto público también es muy complicado de bajar en la Argentina, que a pesar de los fuertes ajustes, tiene una tendencia muy marcada al desequilibrio en las cuentas públicas. En ambos casos, siempre la tendencia es a subir de peso o incurrir en déficit. Hay que tener mucha voluntad para lograr los objetivos.
El Gobierno Nacional volvió a mostrar números rojos en las cuentas públicas en enero, primer mes de plena gestión de Alberto Fernández, luego de que en enero del 2019 mostrara números azules y un superávit que se logró con ajutes muy dolorosos para empresas e individuos.
Según informó hoy el Ministerio de Economía, el Tesoro tuvo un déficit primario de $3.766 millones. El déficit primario computa los ingresos y egresos antes del pago de los intereses de la deuda.
En enero de 2019, se había registrado un superávit de 16.658 millones, que fue tras las duras medidas de ajuste que implementó Macri para alcanzar el déficit cero comprometido con el Fondo Monetario Internacional. No se podía gastar más de lo que ingresaba.
Esas medidas de ajuste significaron, entre otras cosas, la eliminación del Fondo de la Soja que se repartía entre los municipios, o la eliminación de los subsidios al transporte urbano de pasajeros (colectivos) o la imposición de retenciones de 4 pesos por dólar exportado a las ventas externas, algo que en Misiones golpeó -por ejemplo- a ventas de té, tabaco, madera y yerba al mundo.
Según el comunicado oficial, las cuentas volvieron al rojo “mayormente” debido a “un impulso de la inversión social durante el comienzo del año”.
Déficit financiero
A los números primarios, hay que agregarle el resultado financiero, que surge de computar el pago de intereses y capital por la deuda.
Según informó Economía, “el pago de intereses se tradujo en erogaciones por $87.052 millones (+13,5% i.a.), determinando así un déficit financiero de $90.818 millones que resulta equivalente en términos reales al registrado en enero de 2019”.
El comunicado agrega que “los ingresos totales del mes ascendieron a $395.225 millones (+40,3% i.a.). Por su parte los ingresos tributarios avanzaron 39,2% en la comparación interanual. Asimismo, los aportes y contribuciones a la seguridad social se incrementaron un 37,6% respecto a igual mes de 2019 en línea con la dinámica exhibida el mes anterior”.
En tanto, el gasto primario totalizó $398.990 millones, un aumento del +50,6% i.a, implicando una aceleración en su tasa de crecimiento respecto a diciembre de 2019. El 80% de este incremento interanual está explicado por las prestaciones de la seguridad social que avanzaron un 49,3% y las transferencias corrientes que lo hicieron a una tasa del 88,7%.
Dicha dinámica se debe mayormente al impulso de la inversión social: la movilidad del 8,74% otorgada para prestaciones sociales, el bono de $5.000 para 4,5 millones de jubilados y pensionados y la puesta en marcha del programa de tarjetas alimentarias en el marco del Plan Argentina contra el Hambre. Estas dos últimas medidas implicaron desembolsos por alrededor de $25.350 millones, sin los cuales el gasto primario habría crecido en sintonía con los ingresos fiscales (+41% i.a.).
Adicionalmente, las transferencias corrientes a las provincias registraron un impulso de $9.536 millones respecto a igual mes del 2019, el cual representa un incremento del 79,8% i.a. En esta línea, las transferencias a universidades ascendieron a $13.485 millones (+70,7% i.a.).
Por último, los subsidios económicos ascendieron a $30.987 (+76,4% i.a.) y mostraron a su interior una divergencia entre aquellos destinados al transporte (+34%) y a la energía (+125,5%). Esta última se debe en parte a la cancelación de deudas impagas correspondientes al ejercicio fiscal de 2019.
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