Según Economía & Regiones hay una carrera sin pausa hacia la tercera hiperinflación en 30 años

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No es cierto que se encuentre vigente una tregua en la marcha hacia la Gran Crisis. El deterioro no cesa. Demostración de esta afirmación, el siguiente fragmento de la consultora Economía & Regiones

Afirma la consultora Economía & Regiones:

“(…) nos parece importante analizar las experiencias hiperinflacionarias argentinas pasadas, ya que su estudio nos puede ayudar a anticipar las dinámicas que podrían surgir.

Es decir, estudiar la dinámica de las hiperinflaciones de 1989 y 1990 ayudaría a comprender como se podrían desarrollar los hechos.

Está claro que los desequilibrios monetarios de estos dos episodios pasados, resultan en términos de niveles de inflación, más pronunciados que lo que observaríamos en la presente crisis.

O sea, de darse la hiperinflación futura, su envergadura sería (en términos numéricos) incomparable (de niveles muchos más bajos) con respecto a lo vivido a fines de los ‘80s y comienzos ‘90s.

Sin embargo, la dinámica podría ser no tan distinta.

En este marco, vamos a presentar un valiosísimo estudio realizado por Mariano Fernández, profesor de Teoría Monetaria de la UCEMA. El profesor muestra que las hiperinflaciones de 1989 y 1990 también fueron antecedidas por planes de estabilización transitorios como el Sandleris I; II y III.

Puntualmente, el profesor Fernández explica que “en septiembre de 1988 se lanzó una versión remixada del Plan Austral conocido como Plan Primavera. Esta estabilización, clasificada en la literatura como ERBS (Exchange Rate Based Stabilization) consistió en un plan de estabilización con ancla nominal en el tipo de cambio, estuvo acompañado con un conjunto de medidas fiscales y monetarias que no atacaban de lleno a las causas de la inflación ni resolvían el problema fiscal. El Plan Primavera solo duró 6 meses y logró bajar la inflación mensual desde el 28% al 10% mensual”.

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Posteriormente, el profesor Fernández agrega que “en julio de 1989 y luego de la hiperinflación que dio lugar al adelantamiento de la entrega del poder. El Presidente, Dr. Carlos Menem lanzó nuevamente un plan de estabilización de la familia de los ERBS, conocido como Plan BB. Dicho plan permitió bajar rápidamente la hiperinflación de julio de 1989, desde el 197%, hasta un 7% en noviembre del mismo año. A partir de diciembre, el plan colapsa dando origen al retorno de la hiperinflación. El plan BB sólo duró 4 meses”

Mariano Fernández pone las tasas de crecimiento de los precios en términos logarítmicos y compara la dinámica de evolución de los precios previamente al estallido hiperinflacionario de 1989 y 1990, y los compara con 2019. El punto de partida de la comparación es el período t=0 cuando se inicia cada plan transitorio que termina fracasando y desemboca en la hiperinflación.

(…) la dinámica actual de los precios tiene importantes similitudes con la dinámica de los precios existente previamente a las hiperinflaciones de 1989 y 1990.

Es decir, la comparación de las curvas muestra que la hiperinflación goza de una alta probabilidad de ocurrencia, y en un horizonte temporal no muy lejano.

Más aún si se considera que hay un fuerte desequilibrio monetario que tiende a aumentar por la existencia de pasivos remunerados que crecen, un activo que se achica de la mano de la pérdida de reservas y un balance que se quiebra cada día más.

En este contexto, y sólo con carácter ilustrativo y no con un propósito predictor, nos parece útil realizar un ejercicio de simulación en el cual se simula una aceleración inflacionaria similar a la acontecida en la hiperinflación de 1989, en la cual la aceleración de la tasa de inflación mensual se fue multiplicando por un factor de 1,75.
Partiendo del dato de julio’19 (fin estabilización) en el cual la inflación había sido +2,2% mensual, la tendencia de la inflación presentaría una trayectoria creciente de 3,8%; 6,7%; 11,7%; 20,6%.

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De hecho, la inflación de agosto’19 (+4,0%) y la inflación estimada para septiembre’19 (+6,5%) no muestran grandes diferencias con respecto al pasado, lo cual robustece la utilización de la presente simulación como herramienta anticipadora.

No quiere decir que de acá en adelante seguirá comportándose exactamente igual que lo que marca el ejercicio de progresión. Por ejemplo, puede suceder que la tendencia se haga más “larga” y se extienda más en el tiempo, o sea; tarde un “poco” más en manifestarse.

Sin embargo, más allá de todos esto, en E&R pensamos que hay que prepararse para lo “peor”; y tanto las firmas como los agentes económicos individuales tenemos que tomar medidas precautorias para minimizar el impacto negativo de este escenario futuro con elevada probabilidad de ocurrencia.”

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