Sandra y la fábrica de chocolate (misionero)

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El escaparate se asemeja al de una joyería, con sofisticadas presentaciones. Solo que en lugar de joyas, se lucen bombones y diversas formas de chocolate… hecho en Misiones. El aroma a chocolate se siente apenas se ingresa al particular negocio creado por Sandra Redruello, una emprendedora que apostó por el chocolate en un lugar poco tradicional. Es un producto que se asocia con el frío. Pero el calor misionero también se adapta a la producción chocolatera.
Sandra Reduello era una aplicada estudiante de Sistemas y trabajaba como administrativa en una importante empresa misionera. Sin embargo, su afición por la repostería la llamaba. Se anotó en un curso de decoración de tortas, se dio cuenta que tenía talento para este arte y fue así que dio el gran salto a este mundo de la repostería.
Primero intentó con la pastelería, descubrió que las tortas no eran lo suyo. El mundo del chocolate la cautivaba. “Busqué cursos de chocolatería en la provincia pero no se dictan, nadie enseñaba a templar el chocolate. Por eso tuve que viajar a Buenos Aires durante dos años una vez por semana para aprender todos los secretos”, contó a Economis.

 
Desde 2015 comenzó a producir sus propios dulces, “y no paré, no había una semana en que no tenía ventas”, recordó feliz. Destacó que el secreto fue innovar en las formas de acercarse a sus potenciales clientes y no dejar de capacitarse en la provincia y en Buenos Aires. A fin de mes viajará al primer congreso internacional de chocolatería y pastelería.
Participa de la Cámara de Mujeres Empresarias y aprovechó para capacitarse en técnicas de marketing, como de ventas para poder optimizar las formas de comunicarse con los clientes.
Su tienda, ubicada estratégicamente en Queirel 2949 casi avenida Lavalle, invita a disfrutar el chocolate con todos los sentidos, el aroma al chocolate inunda al visitante. Las formas llaman a mirarlos detenidamente y querer tocarlos para luego saborearlos.
Sandra atiende personalmente a sus clientes, aconsejándoles sobre cuáles son los secretos de cada bombón, trufa o barra de chocolate, incentivando a probar las diferentes formas en que va fusionando al dulce.
La parte de atrás del local es la fábrica. Pensada en toda su dimensión, la factoría cuenta con los espacios ya determinados para más máquinas de templado. Tiene una mesa especial para la manufactura de los dulces, los espacios para la materia prima y los productos terminados. También hay un espacio para un sector de frío.
“Siempre tuve la idea de cómo tener la distribución de la fábrica. Pero como sé que no se puede todo de una vez, lo diseñamos y dejamos los espacios preparados”, explica la emprendedora. “Siempre pensé que en cinco años debía tener la empresa totalmente terminada y vamos en camino a cumplirlo”, promete.


La inversión en su local es importante, entre máquinas de templado, moldes, sistemas de aerografía y exhibidores, además de la obra la inversión es cercana al millón de pesos. Para poder concluir el sector de ventas contó con el apoyo del Banco de Fomento de la provincia, del cual obtuvo un crédito.
Su visión emprendedora es clara. “Una vez que nos afiancemos en la empresa, el siguiente objetivo es crecer y avanzar en el sector turístico, ofreciendo nuestros productos en los diferentes hoteles y atractivos de la provincia”.
Actualmente producen en promedio 15 kilos de chocolate por semana. Este volumen de venta depende si hay pedidos especiales para eventos o fiestas.
 
El chocolate, esa dulce pasión
Los chocolates nunca pasarán de moda y se convierten en un arte que va más allá de los pimpollos y tabletas. Sandra Redruello ha reinventado este concepto y presenta diversas opciones para todos los gustos.
Su mente creadora promueve nuevas opciones como los chocolates salados y los bombones de corte, nuevas alternativas que la empresaria está trayendo para seguir innovando en Baresa.
“No me gusta hacer siempre lo mismo”, señala, divertida. Además de los dulces conocidos, fue probando y creando trufas con panceta, chocolates con picantes, trufas con queso de cabra, ciruelas con nuez y chocolate, trufas con roquefort, bombones con anchoas. Y uno especial, con putaparió de la región.
Además de los tradicionales bombones y barras, en el local uno puede encontrar botas y zapatos a la moda, un juego de ajedrez o de póker, tabletas con almendras y pasas de uva, también la aerografía en sus diferentes presentaciones cautiva a más de uno, no solo por su original presentación, sino por los deliciosos rellenos.
“Si tuviese que hacer siempre los mismos, es como que me asfixio”, dijo, por ello va buscando siempre nuevos sabores, o formas. En la fábrica tiene cientos de moldes donde va probando junto a Agustina, su ayudante, fusiones, colores y sabores para siempre dar ese toque diferente a sus productos.
Sandra tiene en claro su propuesta, por ello indicó que “proponemos, los chocolates tradicionales o rústicos al estilo Bariloche, los bombones y la vanguardia”. Siempre apuesta a seguir las nuevas tendencias y arriesgarse a que el cliente abra su mente a nuevos sabores.
Para ella es un tema de educación, muchos misioneros aún no logran identificar cuando algo es realmente chocolate o baño de repostería. Por eso quiere fomentar entre los habitantes de la tierra colorada una cultura chocolatera.
¿Dónde comprar? Queirel 2949, Posadas Misiones Teléfono: 0376 15-473-2020
Pedidos corporativos: 15 días antes para eventos.
Envíos al interior: Previa consulta 

 

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