Rumbo al caos y la exclusión energética

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Argentina en claro rumbo de disolución nacional, es la dolorosa realidad en perpetración por el neoliberalismo hoy cercano a tomar por asalto la suma del Poder Público, que por cierto el pueblo no le ha concedido.
En el confuso contexto de destrucción generalizada, operado con clara premeditación y alevosía por los personeros de la CEOcracia claramente apátrida, las distorsiones y malformaciones que están instalando y acentuando en el estratégico Sector Energético, pasan desapercibidas para el común de la gente.
La pobreza energética en grados más que preocupantes, y otros serios condicionantes que se acentúan rápidamente, parecen desconocidos para la mayoría de los comunicadores sociales, aun aquellos pocos que buscan difundir la dolorosa realidad, no solo los que practican la acomodaticia o mercenaria praxis de servir de pantalla que oculte el desastre generalizado con ribetes de genocidio económico que se perpetra y acentúa a diario.
El tema es tan amplio y complejo, que para tratarlo exhaustivamente se necesitaría una obra enciclopédica, pero en una breve síntesis se señalan seguidamente varios de los más preocupantes hechos e indicadores, que muestran silenciosa pero claramente, el rumbo directo al caos energético al cual conducen a Argentina; priorizando negociados financieros rápidos y descomunales, a costa del futuro y del presente nacional.
 La parálisis de obras públicas es prácticamente total, acorde al modelo destructivo y severamente regresivo implementado. Es decir que no se repone infraestructura desgastada, ni se cubre el mero crecimiento vegetativo de la población con la mínima extensión de imprescindibles inversiones, ni menos aun se planifica nada a corto, mediano ni largo plazo. En Energía, como en otros sectores económicos y sociales, Argentina es hoy un barco al garete, ya haciendo agua por haber comenzado a embestir arrecifes de creciente peligrosidad, mientras las clases altas con su inepto y malicioso capitán, siguen de fiesta con total irresponsabilidad.
 Como la desenfrenada orgía financiera es una aspiradora de fondos que intencionalmente provoca una acentuada anemia económico – financiera en los demás sectores de la economía, les sobran falaces excusas para paralizar todas las inversiones, incluyendo en ese degüello masivo de proyectos de desarrollo energético aun a aquellos que contaban con muy convenientes financiaciones del exterior, por caso las tres centrales nucleares con financiaciones de China y Rusia; las dos grandes hidroeléctricas en el Río Santa Cruz, con financiación china; la imprescindible hidroeléctrica Chihuido I (necesaria para dar seguridad operativa a Cerros Colorados y proteger el Alto Valle del Río Negro) con financiación rusa; la proyectada planta química de Dioxitek en Formosa, para proveer insumos básicos para el Sector Nuclear; el irresponsable abandono de obras y cancelación del GASNEA; las abortadas terminaciones de los ciclos combinados en grandes centrales a gas construidas por El Estado Nacional, en las riberas del Paraná; no se termina la central carbonífera de Río Turbio, por excusas indefendibles; por citas los casos más relevantes.
 El Estado Nacional, ausente para exigir nada a socios o amigos del poder, no hace cumplir las inversiones imprescindibles, a empresas como EDENOR, EDESUR Y EDELAP, las que con los tarifazos brutales no pueden excusarse por falta de fondos, los que claramente se destinan a retribuciones a accionistas, previsiblemente para alimentar la timba financiera y la fuga de capitales. Mientras, los sufridos usuarios soportan cortes del servicio y otras penurias varias, mientras caen en la miseria energética por las impagables facturas.
 Las empresas provinciales de energía y las cooperativas eléctricas, ahogadas por las tenazas de los tarifazos y las caídas del consumo, no pueden financiar las inversiones, buena parte de las cuales antes eran bancadas por el Estado Nacional activo, lejos del Estado ausente del neoliberalismo apátrida.
 La matriz energética nacional, desde larga data, acorde a sucesivos gobiernos del establishment liberal que nos desmanejaron, acusa una patológica dependencia de los combustibles fósiles, en particular gas y petróleo. Este gobierno la está acentuando, peligrosa e irracionalmente.
 El tema de las “energías renovables”, amañadamente manejado adrede, es un currazo gigantesco, en el cual incluso hubo una difundida operación de pase de manos efectuada por una empresa vinculada al propio presidente. Todo el tema forma un engaño de grandes proporciones, fogoneado por poderosas ONGs transnacionales, del sector ultra ecologista y con evidentes vinculaciones con intereses de petroleras, gasíferas y del propio sector de fabricantes, vendedores e intermediarios de energías eólica, solar y otras. Son energías de muy baja calidad, pues son intermitentes, por lo que no son aptas para operar como energías de base de ningún sistema eléctrico integrado; y precisamente por esa característica negativa, necesitan operar con una central convencional a gas o petróleo como respaldo permanente, o sea funcionando, para estabilizar la tensión y “tapar los baches” de imprevistas paradas o caídas de voltaje. Los contratos que se están rubricando en Argentina, tienen características prebendarias a favor de los inversores y muy negativas para los usuarios y para el Estado Nacional. Tarifas dolarizadas e indexadas, exenciones impositivas y ventajas leoninas de todo tipo, incluyendo en estas últimas a la prioridad total para vender sus producciones, sin importar que sus precios sean superiores a los de otros tipos de generaciones. ¡Y los factores del poder, vinculados a las “energías renovables” (de las que amañadamente excluyen a las hidroeléctricas de mediana y gran potencia), presionan para que irracionalmente, la matriz eléctrica argentina se base en este tipo de energías, sin considerar ni sus serias deficiencias técnicas ni sus altos costos operativos finales!
 En los años ’90, Repsol y otras empresas extranjeras, se dedicaron frenéticamente a “hacer caja” con las importantes reservas de petróleo y gas que la estatal YPF había atesorado a lo largo de décadas de tareas de prospección, agotándolas y dejándonos sin los hidrocarburos y sin la divisas, que directamente se liquidaban fuera del país. Cuando se descubrió el gran yacimiento gasífero de Loma de la Lata, los lenguaraces de siempre afirmaron que pasábamos a ser un país gasífero, siendo que en realidad éramos un país con gas. Pero el “ordeñe” desenfrenado de esas reservas, mediante ocho gasoductos a Chile, Brasil y Uruguay, nos dejó sin las mismas en pocos años.
 Ahora se repite una historia con muchas similitudes, habilitándose presurosamente exportaciones de gas subsidiadas a Chile y Uruguay, y por barcos vía Bahía Blanca hacia otros destinos, mientras se retacea el abastecimiento al mercado interno, por falta de inversiones en gasoductos y por los incrementos descomunales de las tarifas.
 El tema tarifario, en particular de la energía eléctrica, los combustibles líquidos, del gas (natural y envasado), de los servicios de agua y cloacas, hacen que los mismos pasen a ser prohibitivos para amplios sectores de nuestra castigada población. Es de recordar que la energía eléctrica es un insumo primordial para prestar los servicios públicos de agua potable y cloacas. Evidentemente, para los neoliberales, apresurados para “hacer caja” en sus empresas vinculadas prestadoras de esos servicios, el acceso a los mismos dejó de ser un derecho social para pasar a ser un privilegio para pocos, cada vez menos, pues muchos no pueden afrontar las leoninas tarifas en continuos aumentos desmesurados.
 Debe enfatizarse que las muy necesarias inversiones en ampliaciones de infraestructuras energéticas y en reposición de las existentes, salvo poquísimos casos, brillan por sus ausencias en el actual período de gobierno, previéndose serias carencias en el corto y mediano plazo.
Todo eso es no solo preocupante, es muy negativo, y el tema no se agota en ese breve listado.
Nos llevan a los empujones de mínima a un modelo feudal como el del mitrismo del siglo XIX, y de máxima a la disolución nacional, si no se los impedimos. Los hechos lo demuestran palmariamente.

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