¿Qué hacemos con los sindicatos?

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El 21 pasado el dirigente sindical de origen camionero Hugo Moyano, convoco a una marcha multisectorial en la emblemática avenida 9 de julio para manifestar su descontento contra las políticas laborales y previsionales del gobierno nacional.
El camionero viene siendo una figura clave en lo que respecta a paros y movilizaciones desde el gobierno de Menem, tuvo su máxima cuota de poder y protagonismo durante el breve gobierno de la Alianza y en estos momentos con un poco de tropa desbandada (Barrionuevo por ejemplo que no lo acompañó diciendo que se trataba de una interna personal entre él y Macri) sigue dando dolores de cabeza al que se sienta en el sillón de Rivadavia.
Pero esta columna no se trata del análisis político de la situación sino del análisis económico y de la incidencia de los sindicatos en los números de la economía.
¿Son necesarios?
Primero entendamos la función de los sindicatos en el mercado de trabajo, y para esto voy a copiarme a mi mismo de un artículo anterior:
“Cuando quiero comprar un kilo de carne voy a la carnicería o al supermercado, pregunto el precio y si estoy de acuerdo entre lo que veo del producto y el precio que me piden compro. Si no estoy de acuerdo puedo pedir un precio menor o ir a otra carnicería en la que lo que me ofrecen se corresponda con el precio que estoy dispuesto a pagar.”
“Cuando hacemos esto todos los días en los comercios estamos en presencia de mercados que funcionan: oferta y demanda intercambian información, negocian, hay competencia, ambas partes actúan por voluntad, llegan o no a un precio de acuerdo, etc. Esto se da cuando compradores y vendedores tiene fuerzas de negociación relativamente iguales.”
“Con el trabajo no pasa así, no hay igualdad de fuerzas, es un absurdo pensar que los trabajadores pueden llegar a sueldos justos negociando cada uno por su lado con los empleadores y que si no están de acuerdo se van a otra empresa a empezar de 0. Por eso se unen desde principios del siglo pasado en sindicatos y gremios para negociar de tal manera que si no es para todos no es para nadie. El empleador puede echar a uno o dos trabajadores si no están de acuerdo con el sueldo, pero no pueden echar a todos; aquí es donde se equilibra el poder de negociación entre empleadores y trabajadores para llegar a sueldos más justos.”
Fuente: https://economis.com.ar/tranquilos-que-recien-empezamos/
 La utilidad de los sindicatos en nuestro país debemos medirla con la sencilla pregunta de : ¿tendremos un sueldo mayor o menor si no se hubiera negociado en paritarias?
Bueno: la remuneración del trabajo formal o registrado es acordada entre sindicatos y empresarios o el estado, los trabajadores no registrados (o en negro) negocian sus salarios directamente con los empleadores: veamos la diferencia.

Del gráfico anterior se desprenden dos análisis. En primer lugar la brecha salarial entre los trabajadores registrados y no registrados es del 123% en favor de los primeros. Es decir que, por cada $100 que cobra un trabajador no registrado por su trabajo, el trabajador registrado cobra $223. También en los datos se puede apreciar que los trabajadores por cuenta propia (por ejemplo los monotributistas) tienen ingresos que se ubican apenas un 33% por encima de los trabajadores no registrados.
¿Ayudan o perjudican?
La existencia de los sindicatos para negociar salarios se ve fundamentada en parte por las criticas de Keynes a los clásicos, principalmente en el funcionamiento del mercado de trabajo donde considera falso que los obreros se retiren de sus puestos de trabajo si les bajan el sueldo.
También en la concepción Marxista de la plusvalía que establece que el empresario retiene parte del valor creado por el trabajador.
Estos dos postulados se dan por una inferioridad de poder de negociación de los trabajadores individualmente tomados, entonces la unión hace la fuerza.
 
Conclusión
Son necesarios, si vemos que los salarios son mas altos que sin ellos en las negociaciones, existe una puja permanente por los beneficios de la actividad económica y se la disputan principalmente empresarios ( a través de sus beneficios ) y trabajadores ( a través de sus salarios ).
Ahora… cuando el poder de los sindicatos se vuelve mas fuerte, de tal manera que a los empresarios ya no les es rentable seguir la actividad, o en el caso del estado hay que sacar recursos de otro lado para satisfacer las demandas sindicales; o que estas demandas responden a exclusivamente a fines partidarios ( El caso de Alfonsín que tuvo que enfrentar 13 paros Generales y cuando un ministro le preguntó a Ubaldini que más quieren, este respondió – Es que si a ustedes les va bien nosotros somos boleta. ) el aumento irracional que festeja el trabajador hoy mañana lo pagará con el desempleo. En democracia no se va por todo… de ninguno de los dos lados, el dia que se entienda esto recién vamos a empezar a sentar las bases para mirar la argentina en el largo plazo.
 
 

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