¿Qué culpa tiene la yerba? Cómo las consecuencias de la “bicicleta financiera” están ahogando al sector emblemático de la economía misionera

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¿Qué relación tiene un tarefero o un colono con las inversiones en Lebacs y la “bicicleta financiera” que se armó a partir de la política del BCRA? ¿Qué culpa tiene un molino yerbatero de las especulaciones de los fondos de inversión extranjeros que vinieron a hacer el famoso carry trade (traer dólares, cambiaros por pesos y ponerlos a trabajar en Lebacs o bonos)?
La respuesta es que no tienen nada que ver, porque no se beneficiaron con estos negocios fáciles. Pero al mismo tiempo, tienen todo que ver, porque hoy padecen las consecuencias de esas especulaciones ajenas y de las medidas de emergencia que el Gobierno tuvo que tomar para que la corrida no se agravara y se convirtiera en una crisis mayor.
Las tasas de interés altas están ahogando a la economía y en Misiones le pegan de lleno al sector yerbatero como no sucede en otros rubros de la actividad económica. Ni la madera, ni el té ni la pasta celulósica padecen como la yerba mate las consecuencias de tener un costo de financiamiento altísimo, como el actual.
Hay que entender que el sector yerbatero requiere de mucho capital para levantar la cosecha. Es dinero para pagarle a las cuadrillas de tareferos cada viernes, más dinero para el flete de esa hoja verde hasta el secadero. También, claro está, el dinero para el productor y luego ese capital que queda inmovilizado por 12 o 14 meses con la yerba canchada estacionándose en los galpones. El sector yerbatero necesita capital y lo necesita por un tiempo.
Y la tasa de interés alta priva al sector de ese capital de trabajo, por culpa de las especulaciones financieras de los que no producen nada y sólo invierten en Lebacs, como los fondos del exterior.
Entre 50 y 90 millones de pesos semanales para levantar la cosecha 
Según cálculos que realizó Economis consultando a varios especialistas, el sector yerbatero necesita -en promedio- 50 millones de pesos por semana para pagarle a los tareferos y pagar el gasoil y el flete hasta el secadero. Se calculan 3 pesos por kilo para cubrir estos costos. En un total de 800 millones de kilos de hoja verde que se cosechan por año, da un total de 2.400 millones de pesos al año.
Como la cosecha dura diez meses, el total mensual aproximado necesario son 240 millones de pesos. Así el cálculo arroja un número superior a los 50 millones de pesos, más cercano a los $60 millones.
Otro experto en el tema yerbatero comentó a este diario que en, en rigor, en los meses de mayor actividad esa cifra puede arañar los 100 millones de pesos a la semana. “La cosecha arranca a media máquina en marzo, luego hay cinco meses fuertes y septiembre suele cosecharse un poquito, en los meses fuertes necesitas más de 90 millones de pesos a la semana.
De bancos, financieras y “cuevas”
Esos casi 60 millones de pesos se destinan solamente para pagar la cuadrilla de tareferos y el gasoil hasta el secadero. ¿Cómo se financia? Generalmente los secaderos o las industrias adelantan pagos para la cosecha o los productores descuentan cheques propios o de terceros en los bancos, en el mejor de los casos, o en financieras o directamente en “cuevas”.
Cuando se habla de “cuevas” en el interior de la provincia se puede estar hablando de un supermercado que cambia un cheque por un poco de efectivo para el combustible y mercadería.
Obviamente, con las tasas de interés en niveles del 40 por ciento en la tasa de referencia del Banco Central, el financiamiento se hace casi imposible de afrontar. Para descontar cheques algunos bancos están cobrando tasas de 50 o 60 por ciento o aún más. Y algunas entidades como el Banco Nación suspendieron algunas de esas líneas.
En tanto, las financieras cobran más que los bancos y las “cuevas” más que las financieras.
Así es como este nivel de tasas de interés ahoga a la actividad económica en las chacaras.
Los molinos, con una pesada deuda con bancos
A todo esto hay que agregarle el dinero que necesitan los molinos para comprar la materia prima y ponerla a estacionar en períodos que pueden superar los 12 meses.
Juntar 10 millones de kilos de yerba para un molino de los “top” tiene un costo de 250 millones de pesos aproximados, comentó a Economis un importante industrial. Si una industria pusiera el dinero en Lebac tendría un rendimiento de 100 millones de pesos al año y sin hacer nada.
Hasta antes del comienzo de la crisis cambiaria, según datos del BCRA publicados por Economis, los principales molinos tenían una deuda con el sistema financiero de 2.200 millones de pesos. Un parte importante de esta deuda es a tasa variable, con lo cual, se incrementa con la suba que dispuso el Banco Central.
A mil kilómetros de la city porteña, la cadena de la yerba padece las consecuencias de las medidas de emergencia para paliar los efectos de una “bicicleta financiera” de la cual no se benefició nunca.
 

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