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Los primeros escarceos electorales no hacen más que darle la razón a la Renovación y su boleta corta para octubre. Los candidatos presidenciales siguen alimentándose de la grieta sin esbozar grandes ideas que permitan escudriñar cómo harán para sacar al país del foso en el que está hundido.

El rumbo fijado por la Renovación le permite entrar a esta etapa decisiva con una calma que la distingue de los otros espacios, donde hasta las últimas horas del sábado, sobre el plazo límite para definir las alianzas, hubo febriles negociaciones por los nombres que iban a ocupar las listas. El mismo Alberto Fernández se involucró directamente para convencer a Héctor “Cacho” Bárbaro de sumarse al frente Todos. 

En la Renovación, en cambio, los acuerdos electorales y los nombres de los candidatos a diputados nacionales fueron anticipados sin dilaciones bajo un mismo argumento: representar al misionerismo. Diego Sartori, Ivonne Aquino, Néstor Pitana y Graciela Leyes como titulares y Facundo Galeano, Benilda Dammer y Javier Bareiro como suplentes.

La boleta corta no implica resignar presencia. Por el contrario, los candidatos presidenciales quieren escuchar antes a la Renovación que a los propios, como demostró el día de la Bandera, Juan Manuel Urtubey, candidato a vicepresidente de Roberto Lavagna, quien llegó a Misiones y se reunió con el gobernador Hugo Passalacqua y otros referentes políticos del oficialismo. El socialismo -la pata local de Lavagna- no fue parte del convite.

En breve uno de los dos Fernández vendrá a la provincia (Cristina a presentar Sinceramente) y también pidieron lugar en la agenda para escuchar los planteos de la Renovación.

La Argentina será federal o no será”, dijo el gobernador Hugo Passalacqua al cerrar su mensaje ante el pueblo de Candelaria en el acto central por el día de la Bandera. A su lado, estaba Urtubey, quien destacó a los misioneros, “depositarios de un legado que la Argentina toda necesita, ese pecho hinchado de misionerismo”.   

Los discursos del 20 de Junio son un fiel reflejo de que los intereses de la tierra colorada están lejos de ser los mismos que los del país central.

El presidente Mauricio Macri sorprendió en Rosario con un descolocado discurso en contra de “las mafias” del transporte que “impiden el crecimiento del país”. El auditorio absorto, estaba compuesto por un reducido grupo de estudiantes de primaria, preparado para prometer lealtad a la bandera. Pero no era para ellos, sorprendidos, el mensaje. Sino para que se enfrentan a la “promesa de cambio” que se vuelve a poner en disputa.

Es una promesa que debe renovarse hacia delante después de las frustraciones del segundo semestre y de un presente lejos de ser mejor que el pasado inmediato. Por el contrario, a cada momento la crisis se profundiza más.

No hay dudas que el sindicalismo prepotente es un problema para la economía. Pero no es cierto que, como dijo el Presidente, el laboral sea el más alto costo del transporte.

El propio presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Carga, Mario Eliceche aseguró que el alto costo del transporte no es por el sueldo de los choferes sino “la acumulación de impuestos y dolarización de las tarifas”.

Es el modelo económico el que está en y produce crisis. Hace un año -el 20 de junio- el Fondo Monetario Internacional hizo el primer desembolso del megasalvataje a la Argentina. La inflación, la actividad y el riesgo país empeoraron en los últimos doce meses.

En junio de 2018 la inflación anual era, según el Indec, de 29,5%. El último dato, de mayo de este año, muestra una suba de precios de 57,3%, más del doble. La tasa de interés de referencia de la economía, que termina marcando el costo del financiamiento para empresas y para individuos en el sistema bancario, pasó de 40% en el momento en que se firmó el primer acuerdo hasta el 65% actual. A lo largo del año, tocó techos de 74%.

La actividad económica también sufrió el golpe de la devaluación y la aceleración de la inflación del último año. Siempre según datos oficiales, el Estimador Mensual de Actividad Económica (acumula once meses seguidos de caída. La estimación provisoria del producto interno bruto (PIB), en el primer trimestre de 2019, muestra una caída de 5,8% con relación al mismo período del año anterior. El nivel del PIB en el primer trimestre es un 2,0% más bajo que en el cuarto trimestre de 2018.

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Los índices socioeconómicos también empeoraron. La pobreza pasó de 27,3% en el primer semestre de 2018 al 32 por ciento hacia fines de año. El nivel de inversión es el más bajo desde 2010. 

Pero el discurso de Macri buscaba otro fin. La (re) construcción de un enemigo. Y qué mejor que Hugo Moyano, el sindicalista con peor imagen… con el que en 2015 hizo campaña.

Apenas fue casualidad que Macri saliera a cuestionar a Moyano horas después de que se conociera el índice de desocupación que después de trece años volvió a los dos dígitos. El desempleo en la Argentina es de 10,1 por ciento, un punto más que hace un año, fundamentalmente porque hay más gente buscando trabajo por la pérdida de poder adquisitivo en la batalla desigual con la inflación.

El primer año de mandato de Mauricio Macri había terminado con una tasa de 7,6 por ciento, 2,5 puntos porcentuales más baja que en la actualidad. Ahora, desde el último trimestre de 2018, se destruyeron casi 200 mil empleos.

Según los datos oficiales, las mujeres son las que más sufren el parate económico, con una tasa de desempleo del 11,2 por ciento, mientras que los varones desocupados son el 9,2. El grupo poblacional más afectado por la falta de trabajo son las jóvenes menores a 29 años. En ellas el desempleo es del 23,1%. Pero la mitad de los desocupados de la Argentina, son jóvenes de menos de 30 años.

En Posadas el desempleo subió casi dos puntos porcentuales, a 4,9 por ciento, mientras que hace un año se ubicaba en 2,8 por ciento, fundamentalmente por la parálisis de la construcción y la agonía del sector comercial. De todos modos, la capital misionera sigue entre las ciudades con menor tasa de desempleo. Con ocho mil desempleados, ocupa el séptimo puesto entre las ciudades con menor desocupación. Sin embargo, símbolo de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios en la carrera perdida contra la inflación, de los 154 mil ocupados, 25 mil demandan otro empleo y hay 20 mil subocupados.

El Presidente ofreció ahora una reforma laboral para mayor flexibilidad, como si repetir recetas fuera a cambiar el resultado.

El mismo 20, pero  por la tarde, también en Rosario, Cristina Fernández presentó su libro Sinceramente ante unas 20 mil personas. Aunque buscó evitar el tono electoral, no perdió oportunidad para marcar las diferencias con el Presidente. Recordó que en su último discurso en la ciudad, la pelea era contra los fondos buitre, y no había dependencia del FMI. La síntesis más perfecta la hizo, de nuevo emocionada, frente a la multitud que la vivaba: “Los argentinos queremos volver a ser felices”.

“No vengo a Rosario desde el 20 de junio de 2015, y fijémonos cómo estamos hoy. No estoy hablando de que pasaron cuatro décadas, ni cuatro siglos. Estoy hablando apenas de cuatro años. Podríamos empezar por los índices de desocupación, por la cantidad de comercios, de pymes, de empresas, con dificultades, ni qué hablar del endeudamiento, reducido a su mínima expresión. Estábamos peleando contra los fondos buitre, que finalmente se volvió a endeudar el país. Dijeron que si hacíamos lo que ellos querían iban a venir las inversiones y lo único que volvió fue el FMI. Porque además, a quién se le ocurrió firmar con el FMI, un 20 de junio, algún día les tendremos que preguntar, ¿lo hicieron a propósito?”, cuestionó.

Pero aunque cambiaron algunos modos, las prácticas siguen siendo muy parecidas a las del fin de su gobierno. En el peronismo y algunos partidos aliados se quejan de la escasa apertura que muestra el cristinismo y cómo los dirigentes de su círculo íntimo pretenden imponer nombres y candidatos, siempre en beneficio del “bien mayor”, pero no siempre de acuerdo con las inquietudes locales de cada territorio.

Por eso, lejos de representar un problema, la boleta corta está demostrando ser más efectiva para el objetivo de imponer las demandas del “misionerismo”. En el Congreso los diputados de la Renovación sostendrán el bloque propio, ineludible para acordar las leyes que requiera el próximo Gobierno, que seguramente adolecerá de mayorías propias, y fundamental para impulsar las iniciativas que requiera la Provincia.

Del otro lado, los designios del centralismo determinaron las negociaciones desde el mismo 2 de junio, cuando las urnas marcaban un contundente resultado en Misiones.

En Cambiemos -Juntos por el Cambio y ahora Juntos somos el Cambio-, el macrismo intentó desde el primer momento imponer el nombre de Alfredo Schiavoni como candidato a diputado nacional, aunque no sea una garantía de que pueda sumar más votos que su frustrado hermano candidato a gobernador.

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Puro pragmatismo: el objetivo es una banca por la minoría que sea del paladar negro del PRO. Un sector del radicalismo, con una simple ecuación matemática, logró quebrar esa lógica con el peso de los 63 mil votos obtenidos en las elecciones provinciales, veinte mil más que los candidatos del macrismo.

Pero en el partido centenario hubo quienes, encabezados por el diputado nacional Luis Pastori, prefirieron conseguir la promesa de “cargos importantes” a cambio de resignar la cabeza de la lista que exigían los más jóvenes, que habían anunciado el jueves a Ricardo Andersen, el hijo del histórico Pablo Andersen y candidato a intendente de Leandro N Alem. Finalmente, la lista radical será encabezada por Andersen, secundado por Lilia Torres, secretaria de Hernán Damiani y Germán Ferber y Romina Silvero. 

Fueron frenéticas las negociaciones, por separado y en conjunto, en una galería céntrica de Posadas, entre los principales operadores del radicalismo y del PRO para evitar las PASO.

La irrupción de otro actor terminó enlodando las negociaciones y enfureciendo al radicalismo: Ramón Puerta evaluó volver a la arena política y presentarse como candidato a diputado nacional por el Peronismo Republicano. El embajador en Madrid recuperó visibilidad al acercar posiciones con Miguel Ángel Pichetto, hoy compañero de fórmula de Mauricio Macri. El peronismo de los 90 está eufórico por haber vuelto a la mesa chica. Y el apostoleño disfruta de estos momentos.

En apenas unos días tuvo más protagonismo que el radicalismo en los últimos tres años y medio. Y en su entorno desafiaban a los “amigos” radicales: “Si no lo quieren a Ramón, que le ganen la interna. Son Juntos por el Cargo ellos. Les encanta la interna, pero no quieren perder”.

Estuvo a punto de anotarse él como candidato -segunda iba a ser la esposa de un histórico puertista obereño, de pañuelo celeste-, pero a la medianoche, se anotó su hijo Pedro, que lidera el partido Activar, que sacó unos diez mil votos en Misiones, pero tuvo que conseguir avales prestados para poder inscribirse. Acompañarán al joven abogado la periodista Katherine Barbieri y Gabriel Llamas, de Puerto Iguazú. 

El macrismo más duro quería torcer resistencias, pero finalmente no hubo consenso y tendrán que validar en las primarias la candidatura de Alfredo Schiavoni. Lo acompañarán Natalia Dorpler, Silvio Contreras y Rossana Medera.

Lejos de la paz que busca transmitir Cristina en la incipiente campaña, el Frente Todos de Misiones vivió en ebullición desde el 2 de junio. El propio Alberto Fernández tuvo que meterse personalmente en la negociación para sumar al Partido Agrario y sus 50 mil votos. Es que Héctor “Cacho” Bárbaro insistía en lograr la representación a través de las primarias  y os operadores nacionales querían reservar la primera candidatura para Cristina Britez sin exponerla a una eventual derrota.

El kirchnerismo no tiene actores locales, más allá de que Cristina (Fernández) esté arriba en cualquier encuesta que se haga en la tierra colorada. Rafael Pereyra Pigerl, la propia Cristina Britez, el partido Kolina y Julia Perié, intentaron acercar posiciones y sumar a las huestes de Cacho Bárbaro.

Un mensaje oportuno de Fernández, ayer a media tarde, logró convencer a Cacho de ser segundo de Britez. Pero antes, el chacarero se despachó: “No me gusta tener patrones en la política y menos que me digan que hacer de Buenos Aires. Soy medio retobado”, se quejó. La lista se completa con Cristela Irrazábal, nieta de Juan Manuel, el gobernador fallecido en un accidente de aviación y sobrina del ex intendente de Posadas del mismo nombre y Pichi Esper. Como suplentes van Marta Gauna, el actual diputado kirchnerista Lucas Cáceres y Graciela de Melo. 

Sin oportunidades de pelear los votos grandes, el Socialismo anotó lista única con Fernando Fernández, Miriam Barboza, militante feminista, el ex futbolista obereño Indio Gómez y la presidenta del partido Barrios Unidos, Iris Viana. Lo mismo que el Partido Obrero, que irá con Eduardo Cantero, Olga Aguirre, Tato Zeretzki y Gabriela López. 

Ahora comienza la campaña. La Renovación es la que más se juega y tiene el desafío de retener votos con la premisa del misionerismo.

Cambiemos buscará lograr al menos ser segunda fuerza. Pero la sociedad de “todos” quiere dar la sorpresa y arrebatarle la banca a la alianza presidencial. El acuerdo con el Pays agranda las ilusiones. 

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