Ni manzanas ni televisores: las economías regionales en deterioro y la venta de electrodomésticos en mínimos

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¿Cómo evolucionó la competitividad de las economías regionales?

El Índice de Competitividad de CONINAGRO (IC) elaborado por Ecolatina, que mide la evolución de la competitividad conjunta de diversas economías regionales argentinas, evidenció un retroceso de 3,4% i.a. en el último trimestre de 2018, acumulando una caída de 1,6% el año pasado.

El empeoramiento resultante en el cuarto trimestre de 2018 se debió a una retracción en 4 de las 7 dimensiones que componen el IC:

A nivel macroeconómico, el último trimestre del año estuvo caracterizado por la aceleración de la inflación tras el salto cambiario ocurrido a fines de agosto, la profundización de la retracción del poder adquisitivo de los salarios y la acentuación de la recesión en materia de actividad.
En este contexto, el desempeño económico de las economías regionales se vio afectado por un marcado incremento en los costos por sobre la inflación general (combustible, energía eléctrica e insumos, aunque no así el costo laboral) y por la imposibilidad de transferir dicho aumento al precio en su totalidad debido al comportamiento anémico de la demanda interna.
Paralelamente, en un año caracterizado por el ajuste de las cuentas fiscales, el gasto de capital por parte del sector público destinado a obras tendientes a reforzar y mejorar el desempeño de las actividades agropecuarias mostró una significativa reducción.
En cuanto al plano socioeconómico, la población sintió los efectos de la crisis, materializados no solo en la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y capacidad de consumo sino también en un aumento de la pobreza, afectando el acceso a la educación y a los servicios de cobertura médica.
Sin embargo, no todo fueron malas noticias. El aumento del tipo de cambio y las negociaciones con distintos países para abrir mercados facilitaron los envíos de producción argentina al exterior, con exportaciones creciendo a dos dígitos en el último bimestre del año. Por otra parte, las economías regionales avanzan en la obtención de sellos de valor agregado, los cuales permiten diferenciar el producto y garantizar un estándar de calidad.

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¿Qué es y para qué sirve el Índice de Competitividad de CONINAGRO?

El índice, elaborado por Ecolatina para CONINAGRO, mide la evolución de la competitividad conjunta de diversas economías regionales argentinas de manera multidimensional, a través de una metodología que entiende a la competitividad como un fenómeno multidimensional y sistémico.
De esta manera, las características del territorio provincial en el cual se desenvuelve la actividad productiva, las variables socioeconómicas vigentes en el país y los factores propios de cada economía regional, determinan la productividad de las mismas.
Las Economías Regionales incluidas, así como las Dimensiones contempladas en el índice son las siguientes:

 
La venta de electrodomésticos en el menor nivel de los últimos cuatro años

¿Cómo cerró el 2018 la venta de electrodomésticos?

La caída en la venta de electrodomésticos y artículos para el hogar se profundizó en el último trimestre de 2018. Los datos publicados por el INDEC exhiben una retracción en términos nominales del 5% i.a., a pesar de que los precios del rubro crecieron 52% i.a. promedio en el periodo, según el IPC-GBA Ecolatina. De esta forma, en términos reales el consumo de estos bienes durables se desplomó 37% i.a. en los últimos tres meses de 2018 y 7,7% en el total del año. Quitando el efecto mundialista que incentivó la venta de televisores en el primer semestre, la caída del sector hubiese sido mayor al 13% anual.

¿Qué factores determinaron la dinámica durante 2018?

El sector transitó dos semestres claramente diferentes. En la primera mitad del año, el volumen de ventas creció 20% i.a. y alcanzó un récord histórico. La buena performance obedeció al impulso del consumo de televisores en el marco de un año mundialista, pero también al abaratamiento relativo del rubro, explicado por la eliminación de aranceles a la importación y de impuestos internos.
En cambio en el segundo semestre, el volumen de ventas experimentó una caída mayor al 30% i.a. a raíz del adverso contexto macroeconómico. El deterioro del poder adquisitivo en dólares y en pesos, el encarecimiento y desaparición del crédito y la incertidumbre reinante durante el periodo, frenaron fuertemente la demanda por bienes durables.
La abrupta caída de la demanda interna en la segunda parte del año se dio a pesar de que los comercios hicieron un esfuerzo por no trasladar completamente a precios el salto en el tipo de cambio. En este sentido, los productos del rubro no se encarecieron en términos relativos al resto de los bienes de la economía, siendo que un gran porcentaje de electrodomésticos son importados y/o presentan un alto componente de piezas provenientes desde el exterior. En esta línea, mientras que el dólar duplicó su valor en el acumulado de los 12 meses de 2018 y el IPC Nivel General trepó 48% i.a., los precios del rubro subieron “solo” 50%.

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¿Cuáles son las perspectivas para 2019?

Las ventas del rubro volverían a colocarse en terreno negativo. Los salarios no experimentarían mejoras en términos reales hasta la segunda parte del año y ese crecimiento no alcanzaría para compensar el terreno cedido durante 2018. De manera adicional, el ingreso disponible de las familias se mantendrá acotado debido al encarecimiento relativo de bienes y servicios relativamente inelásticos al cambio de precios, tales como electricidad, combustibles, educación, salud, etc. Por último, la persistencia de altas tasas de interés continuará desalentando la demanda de electrodomésticos en un contexto de creciente incertidumbre electoral.

 

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