Filardi: “No estamos produciendo alimentos para 400 millones de personas, estamos produciendo comodities exportables”

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Se realizó en Misiones la primera “semana de la agroecología” para debatir la importancia de “que producimos y como lo hacemos”. Con varias actividades en diferentes puntos de la provincia se realizó un intercambio entre los que ya producen de esta forma y quienes buscan consumir los alimentos más sanos.
Dos de las charlas estuvieron a cargo de Marcos Ezequiel Filardi, integrante de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Escuela de Nutrición de la UBA. Aprovechando su visita a la provincia, Filardi dialogó con Economis sobre Soberanía Alimentaria, la producción de alimentos y la importancia de la disponibilidad de la tierra, la accesibilidad física y económica, la adecuación cultural y su sustentabilidad.
Este rubio, de ojos claros, con cuerpón de buena vida, oculta detrás de su afabilidad una mente analítica llena de datos y una gran preocupación por “el derecho de los pueblos a decidir sobre su alimentación, a acceder a alimentos sanos, a poder producirlos”.
Filardi participó de la semana de la agroecología, organizadas por Secretaria de Estado de Agricultura Familiar de Misiones con una presentación sobre “el derecho a la alimentación saludable y la soberanía alimentaria” y luego presentó el libro de la Red de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria (CaLiSA) en la UNaM.
A continuación parte de la entrevista con este joven abogado:
-A qué apunta la idea de la soberanía alimentaria
La soberanía alimentaria, es el derecho que tenemos los pueblos a definir libremente nuestras prácticas políticas y estrategias, de producción, distribución y consumo de nuestros alimentos. En ese sentido, desde que por primera vez se acuñó el término de soberanía alimentaria, allá por el 96 en la cumbre mundial de la alimentación en Roma, y encarnado sobre todo por la vía campesina, para los que no conocen es la organización internacional que nuclea hoy a más de 200 millones de campesinas y campesinos, pastores tradicionales y pescadores artesanales; al día de hoy, se ha convertido en verdadero paradigma contrapuesto, antitético y superador de lo que nosotros denominamos modelos agroindustrial dominante de producción alimentaria.
Como sentido tiene varias columnas trascendentales, la primera es que consideramos que hay otra forma de producir nuestros alimentos, en armonía con la naturaleza, en armonía con los seres humanos que no dependa de los fertilizantes sintéticos, los transgénicos y los agro tóxicos, que es la agroecología en todas sus formas, desde la agricultura regenerativa, la permacultura, la agroecología extensiva, distintas formas de concebir la producción de los alimentos, que introduce también una dimensión social, y que, es uno de los pilares de la soberanía alimentaria. Y nosotros decimos también que abogamos por una agroecología de base campesina, es decir poniendo en el centro del sistema productivo a la agricultura familiar campesina indígena, a los pescadores artesanales y a los pastores tradicionales.
El segundo componente de la soberanía alimentaria, apunta principalmente a la producción de alimentos, sanos, seguros y soberanos justamente para satisfacer las necesidades alimentarias locales. En ese sentido prioriza la producción local, para el abastecimiento local de las necesidades alimentarias, es decir la exportación de los alimentos queda en un segundo plano, el primer objetivo es garantizar el ejercicio del derecho a la alimentación adecuada de los 44 millones de habitantes que somos en nuestro país y después sí, el excedente de eso para otros mercados, para otros destinos, pero la prioridad está puesta en la producción local, para el abastecimiento local. En ese sentido también procura acercar al productor directamente con el consumidor, eliminando de alguna manera los intermediarios clásicos de la cadena alimentaria, que se llevan gran parte de la tajada.
-Cómo lograr avanzar con esto. Porque bueno, los últimos gobiernos en el país vienen sostenidos con lo que es la producción de soja básicamente para exportación incluso no es la soja para alimento humano. Cómo armar el debate en ese marco, cuando toda la economía se basa en ese agronegocio
Bueno, justamente como vos bien señalabas el 60% de toda la superficie cultivada en nuestro país está destinada a un solo monocultivo que es la soja, cuyo destino es principalmente la exportación, en parte para alimentar a los ganados porcinos en China, pero también para producción de biocombustible por parte de esa soja, cuando ahora el presidente Trump de Estados Unidos restableció el arancel para la exportación de biodisel, quedó en evidencia que el 25% de toda nuestra producción está destinada a la producción de energía, a partir de los agrocombustibles.
Esto está bueno desmitificar esto, que se escucha seguido de que Argentina produce alimentos para 400 millones de personas, sería enhorabuena decir no estamos produciendo alimentos para 400 millones de personas, estamos produciendo comodities exportables principalmente para otros mercados.
En segundo lugar, que ese sistema tampoco nos esta garantizando que nosotros estemos adecuadamente alimentados, al basarse en un monocultivo generó el desplazamiento de otras producciones alimentarias que efectivamente integran la canasta básica de alimentos y eso hizo que esos alimentos fueran menos disponibles y en esta economía de mercado donde vivimos menos accesibles. Y esto tiene especial importancia, si tenemos en cuenta que tenemos el 33% de nuestra población viviendo debajo de la línea de pobreza, el 7, casi el 10% viviendo, según las últimas estimaciones, debajo de las líneas de la indigencia. En esta economía de mercado, esos ingresos son el vehículo de acceso a la alimentación.
-Esto cómo impacta en la alimentación de las personas
Al tener menos alimentos disponibles, para el mercado local y, de menor variedad, hace que las personas de menores ingresos en los sectores populares, a la hora de ir al mercado para satisfacer sus necesidades alimentarias. como estrategia de supervivencia, se vuelca en los alimentos y a los más rendidores que ofrece este mercado. Y qué es lo más rendidor, los carbohidratos, las grasas y azúcares.
Entonces eso termina teniendo un efecto en nuestros cuerpos, porque por un lado tenemos un 12% de nuestros chicos aquí y ahora que no logran desarrollar su talla, como podrían desarrollarse por no tener acceso a esos nutrientes esenciales que le aportaría una buena nutrición. Y, por otro lado, tenemos un 60% de sobrepeso y obesidad en nuestro país que está escondiendo distintas formas de mal nutrición, porque no es que esa persona está nutrida en exceso de un catálogo de distintos nutrientes, sino que está llena justamente de carbohidratos, grasas, azucares.
Entonces por un lado decir, que este modelo no sólo no alimenta al mundo, sino que tampoco nos alimenta adecuadamente a nosotros, después tiene serios impactos en el territorio, tiene el impacto en el trabajo rural.
-Cómo es eso
Pensemos por ejemplo para la soja se necesita una persona para trabajar 750 hectáreas, las últimas tecnologías que se están promoviendo hablan de la total automatización de los procesos extensivos. Con lo cual, la gente a falta de acceso a la tierra y, a falta de acceso al trabajo, no le queda otra que emigrar a las grandes ciudades, esto tiene como correlato que vivimos en un país que tiene el 92% de su población viviendo en pueblos y ciudades, y también tiene como correlato que según el relevamiento que hizo el propio gobierno nacional, con la central de trabajadores de las economías regionales, el año pasado, tenemos 4400 barrios populares alzados, en todo nuestro país, el 50% de los cuales nació justamente en los 20 años de este modelo productivo dominante.
Otro de los efectos es que genera conflictos por la tierra, genera desplazamientos forzados de campesinos, de pueblos originarios que no les queda otra que para sobrevivir que emigrar a los pueblos y ciudades. Con todo lo que implica eso en términos psicológicos, parámetros culturales y también lo que implica en términos de presión a las ciudades que tampoco están preparadas para recibir esos flujos de personas. Y que en consecuencias generan las tensiones en los servicios públicos, generan problemas de inseguridad, etcétera.
Como si esto fuera poco, todo el paquete tecnológico descansa en el uso de transgénicos, agrotóxicos, fertilizantes sintéticos, que tienen serios impactos en la salud, en los ecosistemas, en el aire, en el agua y en particular, ahí sindicamos las afectaciones a la salud derivadas de la exposición ambiental, tanto aguda, como crónica, a los agro tóxicos. Nuestro país está usando hoy 400 millones de litros de agro tóxicos por año de mínima, no solamente de glifosato, sino de 4718 formulaciones comerciales distintas, desde 1141 ingredientes y activos distintos, esto está generando serios impactos en los pueblos fumigados donde viven de 12 a 14 millones de personas.
Qué encontramos en los pueblos fumigados, el aumento de cáncer, aumento de malformaciones, trastornos del sistema endocrino, trastornos neurodegenerativos, enfermedades de la piel, enfermedades respiratorias, trastornos de infertilidad. Y esto que pensamos que afecta sólo a los pueblos fumigados, en realidad nos está afectando a todos, a los 44 millones de habitantes, porque esos agro tóxicos están presentes en el agua que bebemos, están presentes en los alimentos que comemos, están presentes en muchos lugares en el aire que respiramos, como se ha dado cuenta a partir de varias investigaciones de las universidades públicas. Entonces está generando serias afecciones en la salud.
Y cómo si eso fuera poco, está generando un deterioro de los suelos, estamos asistiendo a una perdida creciente de la fertilidad de nuestros suelos, esta contaminando el agua, está contaminando el aire, está destruyendo los bosques. Pensemos que los bosques son fuentes de oxígeno, fuente de biodiversidad, fuente regulatoria de la humedad, entonces estamos arrasando a los bosques para dar lugar al monocultivo de la soja, y eso tiene serios impactos ambientales, entre otras de las consecuencias tiene que ver con las inundaciones, tiene que ver
-Con las sequías que son la contraparte
Claro, por eso decimos que este modelo es insustentable desde todo punto de vista, y, que en realidad es ineficiente hasta desde el punto de vista económico. Lo que pasa es que el propio modelo llama a esto externalidades. Qué significa externalidad que no la va a pagar el productor el costo real del productor, sino que lo traslada a la sociedad, sino que lo traslada a todos y cada uno de nosotros.
-Cómo generar un debate serio, porque por un lado los diferentes gobiernos vienen sosteniéndose en base a este monocultivo de la soja, intelectuales como Lino Barañao, salen a defender el uso de agroquímicos, de forma literal, el último trabajo que han presentado que ahora lo llaman fitosanitarios, pero que es un eufemismo, cómo generar ese cambio de consciencia. Por un lado, hay un grupo de gente importante, que está fomentando lo que es la producción sustentable, incluso la regenerativa, pero como contrastar con esta idea política de poder central, que viene apañado del poder económico que genera este monocultivo.
Bueno lo importante es saber que las dificultades, vienen justamente de los intereses que están en juego. De los enormes intereses económicos en juego, que sostienen este modelo agroindustrial dominante. Por un lado, vos bien lo señalaste los intereses de las empresas químicas, estamos hablando de 4 empresas que concentran todo el negocio, vos bien sabes que Bayer acaba de comprar a Monsanto, Dow se fusionó con Du Pont, Syngenta fue comprada por Chemchina, queda Basf, 4 empresas que concentran el 100% de la semilla modificada genéticamente, el 75% del mercado mundial de agro tóxicos, y el 65% de mercado mundial de semillas certificadas.
A eso, súmale los intereses de la industria alimentaria, altamente concentrada también que procesa esas materias primas, para convertirla en estos objetos comestibles ultra procesados, a eso súmale los intereses comercializadores, como supermercados e hipermercados, altamente concentrados, estamos hablando de 5 grandes cadenas que dominan nuestro país. A eso, súmale los intereses de las compañías petroleras, porque este sistema industrial descansa en el petróleo, desde el fertilizante sintético, hasta mecanización agrícola a base combustible fósiles, las grandes distancias que recorre el alimento de un punto a otro, el packaging, bueno, es decir, comemos petróleo literalmente.
Entonces todo el interés de las compañías petroleras puesto ahí, las compañías farmacéuticas, íntimamente vinculadas con las compañías de la industria alimentaria y la industria química.
-También de los biocombustibles, que están ahí detrás de eso
Ahí hay una alianza entre las compañías petroleras, con la de los grupos energéticos, junto con la producción de los agronegocios, hay una alianza simbiótica de intereses, detrás de todo esto están los bancos y compañías financieras, lubricando el sistema, dinamizando, financiando, es decir, estamos hablando del núcleo del capitalismo global, concentrado con intereses muy fuertes y muy entrelazados entre sí.
Esos intereses por supuesto tienen ramificaciones políticas, tienen ramificaciones en la ciencia, en los medios de comunicación, en las universidades públicas nacionales, y para mí, en ese contexto hay que ver las declaraciones de Lino Barañao. Esto no es nuevo, cuando Andrés Carrasco, nosotros lo reivindicamos como un ejemplo de ciencia digna, en el año 2009 publicó su investigación en la que daba cuenta de los efectos cancerígenos del glifosato en embriones de anfibios, hay un cable de Wikileaks que revela que desde la embajada de Estados Unidos, a instancias de la empresa Monsanto, recordemos los capitales estadounidenses, organizó una respuesta a esa investigación que realizó Andrés Carrasco, en ese sentido se contactó con dos organizaciones claves, por un lado con el Senasa, por otro lado justamente con Lino Barañao.
Y si uno va al material archivo ve al día siguiente de esa publicación, como Lino Barañao sale en los grandes medios de comunicación criticando la investigación de quién, incluso hasta ese momento era su amigo, Andrés Carrasco, desacreditando públicamente los resultados de esa investigación. Qué pasó, años después Andrés Carrasco se murió sin ver los resultados o el reconocimiento de su investigación y en el 2015 la Organización Mundial de la Salud, el Instituto de Investigación de Cáncer de la OMS, después de revisar toda la literatura científica global determinó qué el glifosato es un cancerígeno para los animales y es un probable cancerígeno para los seres humanos.

Filardi y las autoridades de la Secretaría de Agricultura Familiar

A partir de ahí el Senasa no tomó nota, de hecho, ni siquiera inició el proceso de reclasificación toxicológica del glifosato, sigue siendo el agrotóxico más usado en el mundo y en nuestro país. Pero otro dato significativo, hace poco, hace tres semanas, se dio a conocer un veredicto en un tribunal en San Francisco que condenó a Monsanto al pago de una indemnización 289 millones de dólares, de los cuáles 25 millones de dólares son por los daños causados, pero el resto es por daños punitorios, porque se demostró en ese juicio que la empresa Monsanto ocultó maliciosa y deliberadamente información que obraba en su poder, que daba cuenta de los probables efectos cancerígenos del producto Round Up, que es la marca comercial del producto glifosato que ellos comercializaron de forma exclusiva por casi 20 años.
Arreglo seguido hay 8700 demandas en espera, tan solo en Estados Unidos, contra Monsanto no solo por el uso del Round Up, y del Race Pro, que son los dos productos estrella, sino que la tecnología que vino después de esta que se implementó en Estados Unidos, que es el Bootcamp. Y esto, los mercados reaccionaron ante esta noticia, la cotización bursátil de Bayer Monsanto cayó un 12,3% perdieron 16 mil millones de euros en solo 15 días. Es decir, estamos asistiendo a cada vez más evidencias que da cuenta de los efectos cancerígenos del glifosato que es el producto más usado en el país. Y al mismo tiempo se acaba de prohibir en Estados Unidos el clorpirifos por ser neurotóxico, que es el insecticida más usado en nuestro país. Y tampoco Senasa al día de hoy, entró en proceso de revisión, ni lo prohibió, ni mucho menos.
-Misiones tiene una gran historia con respecto a la lo que es la pelea de la aplicación de agro químicos desde la época del tabaco, con la yerba mate donde se usa más el Round Up, también en la producción agrícola, pero el verdadero debate está en lo que se ha vuelto impulsar desde sectores como Lino Barañao, que es la producción de semillas, la Ley de trazabilidad, que es una ley que desde mí perspectiva limitaría justamente esto, que el productor tenga su independencia a la hora de producir.
Totalmente, nosotros integramos desde la cátedra libre de soberanía alimentaria de la escuela de difusión, integramos también lo que se llama la multisectorial, contra a ley Bayer-Monsanto de semillas, y, la semana pasada justamente estuvimos acompañando, “el semillazo”, que organizaron las organizaciones de agricultura familiar, campesina, indígena, de nuestro país. Justamente para decirle que no, a este intento de modificación de la ley vigente de semillas, que data, vos lo sabés muy bien, del año 73 de la ley de semillas y fitogenéticas, que a pesar de que no es la mejor ley que podríamos tener para defender los derechos de los agricultores para que puedan hacer lo que siempre hicieron desde que la agricultura es agricultura.
Es decir, reservar la semilla de la propia cosecha, reutilizar en su propia siembra, intercambiarlas con otras campesinas, con otros campesinos, esto nosotros entendemos que es un derecho del agricultor, es un derecho de los campesinos desde que la agricultura, es agricultura. A pesar de que la ley no es el entorno normativo que nosotros quisiéramos para proteger este derecho lo cierto es que reconoce el uso propio de las semillas y esto es lo que quiere reprimir el proyecto en danza que el gobierno central de cambiemos quiere impulsar, y está impulsando fuertemente. De hecho, activaron las reuniones de agricultura y ganadería de la cámara de diputados y están armando en una agenda ya de reuniones, a partir ya de la semana pasada arrancó, pero con miras de llegar a un dictamen el 2 de octubre favorable a los intereses de las grandes multinacionales.
Para nosotros tiene que haber, en un principio no se debería modificar la ley vigente en la medida que eso potencialmente podría restringir el uso propio. Pero si llegara a hacerse, lo que tiene que dejar a salvo la nueva legislación es que la agricultura familiar, campesina, indígena, tiene un derecho a seguir reservando esas semillas, de hacer uso propio, irrestricto y gratuito de esas semillas, e intercambiarlas libremente, se tienen que legalizar y de una vez por todas los intercambios que hace de semillas la agricultura familiar, campesina, indígena, incluso a la luz de la propia ley vigente, las ferias de semillas, podrían ser tildados de ilegales, también un marco que proteja esos intercambios, que el estado los fomente, los aliente, los acompañe.
Y por otro lado, que haya una regularización efectiva del sistema comercial de semillas, que evite que las pocas empresas que concentran el sector incurran en prácticas monopólicas, oligopólicas, y, de competencia oligopólica, que afecten el acceso de los productores a las semillas que es la base de la producción y la base de la vida misma, de toda la cadena alimentaria.
Filardi y David Valera Sendra coordinador de la semana de la Agroecología

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