Luciana Imbrogno: “Hay que profesionalizar la chacra y perderle el miedo a la palabra agronegocios”

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Hace 17 años, recién recibida y con la mochila llena de sueños, llegó a Misiones, tierra que había conocido como parte de su programa de estudios en la universidad Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Quedó, confiesa, impactada por los montes, el desarrollo forestal y la productividad de las chacras. El amor fue a primera vista. Se emociona hasta las lágrimas cuando habla de su vínculo con la tierra colorada, en un contraste con su formación académica, ingeniera agrónoma con una maestría en biotecnología, que la llevó a trabajar en las principales empresas forestales de la región y en la Biofábrica para después volver al sector privado en la gestión de las exigentes normas ambientales y de certificación.

Sin embargo, Luciana Imbrogno no tardó en aceptar la propuesta de sumarse al equipo de Sebastián Oriozabala en el ministerio del Agro. “Siempre desde afuera uno critica, por eso en el momento en que te convocan, con un escenario más proactivo, de vinculación, es muy difícil decir que no, porque sería muy hipócrita. Critico y me quejo, pero cuando me convocan no hago. Es un desafío profesional innegable, para un ingeniero que te propongan ser subsecretario de producción vegetal, decir que no, iba contra mis principios de desarrollo profesional”, explica.

En su nuevo rol tiene dos metas que resumen todas las demás: Profesionalizar la chacra y perderle el temor a la palabra “agronegocios”.

Imbrogno trabajó en sistemas de gestión ambiental, normas de certificación, gestión forestal sostenible, FSC, PEFC, ISO 14001 y en un programa del Banco Interamericano de Desarrollo aplicado a lo forestal en Misiones y el resto del país. El 10 de diciembre recibió el llamado para sumarse a la función pública.

“Conocía a Sebastián, pero nunca había trabajado con él. Me pareció interesante la idea de identificar al ministerio como referente técnico y no solo para pedir dinero. Yo soy técnica, super técnica y me llamaron, un poco por ser mujer, pero más por formación y por el área en que me desempeñaba, que me permite transferir esa metodología a la función”, relata en una entrevista con Economis.

“Hay mucho por hacer. Después de tener el diagnóstico se va a ir profundizando la idea a medida que vayamos conociendo más productores y cooperativas y estando más en terreno, pero con una metodología: análisis, causa, raíz. Empezás a preguntarte ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué no entra verdura al Mercado Central? ¿Por qué no entra verduras de Misiones al Mercado Central? No al de Buenos Aires, al de Misiones. Porque los productores no tienen volumen, entonces ¿Por qué no tienen volumen? Porque tienen problemas sanitarios; ¿Por qué? La teoría dice que si siete veces te preguntás por qué, llegas al verdadero origen del tema, si vos abordas eso, solucionas el problema. Tenemos que resolver la cuestión sanitaria, que es la que limita la expansión de todos los cultivos. En base al diagnóstico tratamos de trazar líneas estratégicas, hay líneas estratégicas del ministerio, y líneas estratégicas de la subsecretaría.

Empecemos por las del ministerio, ¿cuáles serían?

En principio, la presencia territorial para identificar la demanda. Después, todas las acciones tendientes al agregado de valor, así sea cosechar la coliflor y hacer un pickle, eso es agregado de valor, hacer la mermelada. Ahora en Colonia Aurora, estamos con un proyecto de enlatado de ananá. El ananá que no se vendía fresco, se tiraba y se pudría y quedaron solo 30 productores. Cuando se hablan de frutas tropicales, en Buenos Aires alguien debe estar pagando 500 mangos un ananá. Entramos con ese proyecto para una cooperativa que va a enlatar, se compra una cubeteadora, una enlatadora y el excedente que no se vende fresco va a la lata. Nos comentaba el presidente de la cooperativa que Duomo va y busca la pulpa del ananá para los helados, pero no daban abasto para abastecer la pulpa del ananá a Duomo, que no es la cadena internacional del helado. Entonces, ahí valor agregado, la pulpa del ananá tiene mercado, la lata tiene su mercado. Se trata de ir un pasito más allá, no solo la chacra, sino darle un agregado de valor, para que le rinda más al productor. 

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Todas las acciones tendientes al arraigo rural, cosas que motiven a los jóvenes. En general la tecnología, estamos viendo aplicaciones en el celular para que vos puedas medir la chacra, sistematizar, hacer, aunque sea el mapa de la chacra con el celular. Hidroponía. Como que a los jóvenes les mueve más las cuestiones tecnológicas que ponerse a carpir, bueno entonces vayamos por el lado tecnológico. Estamos intentando una propuesta de validación de tecnologías disponibles, para la parte hortícola, sobre todo. Validación de tecnologías para incentivar el arraigo rural. Otra línea es, buenas prácticas agrícolas, esa es una de las principales actividades que la subsecretaría va a tener este año. El tema de las BPA, que hacia el 2017, 2018, eran recomendaciones, ahora son obligatorias. Y a partir de este año, pasan a ser obligatorias para producción de frutas, elaboración y comercialización. A partir del 2021 va a ser obligatorio para horticultura, lo que revela un trabajo gigantesco que hay para hacer, porque acá no se aplican “buenas prácticas agrícolas”. Dentro de esas buenas prácticas agrícolas tenés una serie de acciones que son ambientales, sociales y económicas, abarca esos tres círculos de la sustentabilidad.

Eso muestra un enorme horizonte de gestión y para la producción…

Más para hacer. El primer mes me desesperé, porque era el planeta de cosas para hacer, y me pregunté cómo iba a hacer todo esto. Lo primero fue formar equipos, capacitar, porque las BPA son obligatorias, tenemos que salir con todo el equipo a campo. Tenemos el equipo de todas las subsecretarías, que, por suerte, hay una interacción muy buena, se puede trabajar, hay mucha comunicación, tenemos que trabajar entre todos. Tenemos 19 técnicos territoriales en campo, ingenieros agrónomos, veterinarios, del lado social, que son los que representan al ministerio cuando entran a la chacra del productor. Uno de los puntos míos es elevar las competencias del equipo territorial y del equipo del ministerio, tienen que saber de buenas prácticas agrícolas, tienen que saber de legislación aplicable, tienen que saber de sanidad de los cultivos, del manejo integrado de plagas. Tienen que saber, porque al entrar a la chacra tienen que saber decirle al productor que está lavando la lechuga con agua rara. Debe saber identificar el mal de la tela en la yerba, o sea si vas a la chacra tenes de todo, entonces el técnico tiene que saber de todo, para que nos empiecen a identificar como referentes técnicos. Hicimos una charla sobre el mal de la tela, estaba lleno de gente, de productores, tareferos, escuchando la charla, entonces hay una necesidad. 

Hay que profesionalizar la chacra, la chacra no tiene que tener imagen de “medio sucio, medio pobre, hace lo que puede”. Hay que enseñarle al productor a hacer cálculos, analizar costos, ingresos, en lo que gastan. Quiero incorporar el término “chacra líder”, porque hay productores que son espectaculares, creativos, inventan cosas, copian cosas, traen de Brasil, son innovadores. Identificar esas chacras líderes, organizar las reuniones técnicas, las charlas con productores ahí, que el productor vea y copie, que pregunte, imite, para que le vaya mejor, ahí es donde se comparte el conocimiento y todos se van con un conocimiento nuevo. 

El debate en Misiones también está planteado por la frontera agrícola

Hace unos días estuvimos en el Moconá, con mi marido que hace imágenes con drones. Veíamos a Misiones verde, Brasil trigo/soja, Paraguay trigo/soja. Estábamos en la Biósfera y se me caían las lágrimas. Les decía a mis hijos: “Esto es único en el planeta, hay que cuidarlo”. Para mí eso es indiscutible, que el monte nativo no hay que tocarlo, no hay que desmontarlo para plantar maíz, pero sí se puede dar un buen uso. Yo fui a hacer un curso de producción sustentable en Alemania. Alemania arruinó los montes hace cien años entonces ahora tiene como una segunda generación. En la selva negra, los ves cosechando, mientras hay otro plantando, hay uno recolectando hongos, hay otro haciendo senderismo, porque allá están los servicios ecosistémicos, hay que aprovecharlo sosteniblemente. Tenes desde el que hace turismo, el que aprovecha unos árboles, mientras replanta, que para eso está el rol fundamental de Ecología, porque no se puede vivir de la nada. Misiones se tiene que desarrollar, algo hay que producir, pero convivir con el ambiente de una manera mucho más amigable, que implica mucho más conocimiento. Creo que se puede hacer un uso sostenible.

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En Misiones se suele discutir sobre yerba, madera, té, tabaco y poco más ¿Se puede abrir el juego a otras producciones?

El alimento. Es fundamental empezar a meter más producción misionera en los mercados. Tiene que haber más producción de alimento, la horticultura tiene que desarrollarse, tienen que ser empresas, emprendimientos, no producción de autoconsumo y venta de excedentes. Para mí el tema de los alimentos es lo que falta. Yo soy “feria fan”, porque todo compro en la feria franca y para mí todo tiene que salir de los mercados zonales, aunque salga más caro que en el supermercado. Hay que pagarle más al productor e incentivar a que haya producción de alimentos. Yo soy más forestal que agrónoma, yo no discuto la forestación, la yerba y el té, pero falta producción de alimentos, más profesionalizada.

¿Qué rol podría jugar allí la Biofábrica?

Para mí es una herramienta, como decíamos antes, que pocas provincias tienen, que todavía no aprovechamos a fondo. La Biofábrica tiene un rol de líder biotecnológico, porque está exportando biotecnología a otras provincias, pero hay que profundizar su presencia territorial para el misionero. 

Tenemos la tecnología hay que explotarla…

Me presentaron un proyecto de batata libre de virus. Buenísimo, ¿y los plantines? “Los traemos de Córdoba”, me dicen. No. Hay que hacerlos acá. La Biofábrica tiene para empezar su semillero de especies sanas, entonces el productor arranca su producción con especies sanas, por otro lado, tiene los bioinsumos, que están muy buenos porque son insumos biológicos, que no reemplazan a los productos químicos, son distintas herramientas, para distintas situaciones, para distintos cultivos. 

Entonces, tenemos las herramientas y la chacra ¿Hacia donde hay que ir? 

Alimentos, asociados a las buenas prácticas agrícolas, para todos. Es un eje crítico, sistematización de chacras. Sí o sí tienen que convivir la producción con la sustentabilidad ambiental, sin pretender que un pequeño haga la gestión de producción sostenible, pero tiene que ser un eje de trabajo, la sanidad. Todas estas cosas impactan en la producción, para que después el productor gane más plata. Para mí el logro sería ver que después de nuestro trabajo el productor gane más plata, sin dañar al ambiente, sin dañar al consumidor, que es el tema de los químicos que te decía. El productor tiene que cuidarse, en la aplicación de agroquímicos, a él mismo y al consumidor. Ambiente social y económico.

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