La película “Mi viejo rebelde” de Ana Bayer conmovió en Misiones

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POSADAS. En el marco del Ciclo de Cine Historias Recientes, se presentó en el Museo Regional Aníbal Cambas, el documental “Mi viejo rebelde”, de Ana Bayer, sobre la vida de su padre, el historiador, periodista y escritor, Osvaldo Bayer, con la presencia de la realizadora. Acompañada por la antropóloga, Sandra Nicosia, además de Posadas estuvo en Puerto Rico y Oberá.
La única mujer de los cuatro hijes del periodista anarquista argentino es Directora de Teatro y Coreógrafa de Danzas, y gran parte de su tiempo lo dedicó a filmar a su padre, y después decidió armar un documental donde se ve a Bayer en su cotidianeidad, distinto al que conocen los lectores de sus libros y sus notas periodísticas, y que admiran la inolvidable “La Patagonia Rebelde”, basada en su libro “Los vengadores de la Patagonia Trágica”.
Las proyecciones de “Mi viejo rebelde” fue organizado por el Equipo de Trabajo Audiovisual del Instituto de Estudios Sociales y Humanos (Conicet-UNaM) junto con la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Universidad Nacional de Misiones; la Secretaría de Extensión de la Facultad de Arte y Diseño; el Museo Regional Aníbal Cambas; los Espacios Incaa del Parque del Conocimiento y de Oberá y el Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones (IAAviM).


Homenaje a un hombre íntegro
“Para ver esta película habría que saber primero quién era Osvaldo Bayer, o no… Pero bueno, yo soy su hija y traté de hacer este trabajo desde esa mirada. Aunque no se me en la película; se nota todo el tiempo que soy la que cuenta la historia. Por eso está relajado y no en el rol de entrevistado. Se lo ve tranquilo en su vida cotidiana”, explica Ana Bayer.
Cuenta que a veces Osvaldo no se daba cuenta que lo estaban filmando, y eso lo hace más desestructurado. “Mucha gente que vio la película dice que no se lo imaginaban así; parece que lo creían muy serio, y acá se ve un Osvaldo familiar, un padre como todos. Yo filmaba mientras él andaba por la casa -a la de Buenos Aires, su amigo Osvaldo Soriano la llamó “El Tugurio”- sin pensar en algún momento que esas imágenes serían un documental”.
Sin embargo, cuando ella cayó en la cuenta  que su padre ya estaba grande, decidió que al cumplir los 90 años le quería hacer ese regalo. Entonces intensificó el trabajo, en el camino conoció a unos jóvenes directores de cine que le propusieron hacer una película sobre Bayer; pero resolvió que lo quería hacer ella misma.

“Quiero llegar también a quién no conocía su obra”
Ana Bayer se considera una aficionada en la disciplina audiovisual. Nunca estudió cine; pero contaba con la riqueza de un material al que tuvo que encontrarle una lógica narrativa.


No era sólo cuestión de poner imágenes, había que contar una historia. Es lo que hizo, y logró un documental íntimo y maravilloso. “Tenía todo ese material y también tuve que resolver cuál era el límite de mostrar todo lo familiar al público. Quería compartirlo y al mismo tiempo hacerle un homenaje a mi papá. Después, por supuesto que también pretendo que las personas que ven la película, tengan ganas de conocer más, y vayan a buscar sus libros. Y el gran desafío es llegar a un público que no lo conoce, qué no sabe cuál fue su lucha, se interese por su obra, porque Osvaldo le dejó un patrimonio enorme a la Argentina”, afirma.

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Un documental que emociona
Con respecto a la recepción del público que ve “Mi viejo rebelde”, Ana cuenta que siempre hay una gran emoción, especialmente entre quienes lo conocieron y saben de su humildad, su generosidad, su coherencia.
“Muchos me dicen -y lo percibo- que se conmueven por su parte humana, familiar, un tipo que nunca se la creyó, además hay una cosa que nunca lo dije y que ahora me viene a la cabeza: Él podría haberse conformado con todo lo que produjo; lo que generó con su obra; pero no, siguió trabajando hasta el último minuto. Ese es un mensaje enorme. Ya estaba grande y sin embargo seguía escribiendo, luchando, siempre enseñando con su palabra, con pocas te decía un montón de cosas, y esa es su grandeza”, enfatiza.

Material filmado entre Alemania y Argentina
Por amenazas recibidas, la familia Bayer se exilió durante la dictadura cívico militar en Alemania, y después ya en democracia, Osvaldo regresó y vivía en el país seis meses y los otros seis en Alemania donde se radicaron sus hijos. Gran parte de la película esta filmada en Alemania y la última parte en Argentina; pero en la película todo el tiempo hay un cambio de generación. Se lo ve de joven a viejo todo el tiempo.
La realizadora relata que su profesión de coreógrafa y bailarina la ayudó mucho en el ritmo que le imprimió al documental, porque cuando se arma una obra de danza, se necesita eso de combinar la imagen o el movimiento con la música.
“Y eso en cine  también es muy importante, la imagen al combinarlo con la música hace que la escena tenga otra cadencia. Por eso la música para mí en esta película es fundamental”.
Bayer disfrutó ver el trabajo sobre su vida
Ana Bayer también se ocupó de la postproducción, la gráfica y la edición de “Mi viejo rebelde”, junto con su esposo que es italiano y la ayudó mucho en la parte técnica. Y  hubo otra gente que la ayudó en otros aspectos.
Osvaldo Bayer murió a los 91 años el 24 de diciembre de 2018 en Buenos Aires. Antes, pero para su cumpleaños número 90, su hija compaginó una primera parte de su trabajo audiovisual para que él lo viera, y después lo editó en 70 minutos, que es lo que dura, y Bayer pidió verlo otra vez.  
Esto fue en diciembre del año pasado, así que organizaron una sala y lo llevaron hasta ahí y le gustó muchísimo. “La sala estaba llena y él feliz hacía comentarios durante la proyección, y después a las dos o tres semanas falleció. Es como que quiso volver a ver su vida antes de partir”, subraya.
“El golpe de Estado en Bolivia es un retroceso”
Los hermanos Bayer son cuatro. Todos vivieron en la Argentina y en Europa, los varones viven en Alemania, y ella en Italia. “Todavía no sé cómo sigo hablando en castellano, porque hace más de 30 años que vivo en Italia. Nací en la Argentina y mis padres me llevaron -porque yo no elegí irme- a los 15 años al exilio”, cuestiona.
Ana Bayer reflexiona sobre la actualidad, y quiere que el mensaje de su padre sea como un legado para las nuevas generaciones, y se pregunta cómo llegar a ellas ahora… “En todas las luchas que estamos viendo en América Latina, a Osvaldo le hubiera encantado estar, observar, y la película es un grano de arena que tiene que ser como la chispa -como decía él- para que los jóvenes sigan saliendo a la calle, como un ejemplo de la lucha, porque es lo único que nos queda”.
Ella expresa su admiración por el pueblo chileno que está luchando por sus derechos. Y considera que el golpe de Estado que sufre Bolivia “es un retroceso hacia los años 70. Osvaldo hubiera dicho lo mismo que cuando asumió Macri: ‘Estamos retrocediendo ¡Qué nos está pasando! El mundo va un poco al revés”.
Recuerda una frase de la película donde un joven que lo entrevista, le pregunta a Bayer cómo ve el futuro, y él responde que lo ve cambiado, porque la gente se tendrá que socializar cada vez más. Es un hermoso mensaje”, señala.

“A cada lugar que voy me cuentan una historia de mi padre”

La directora cuenta que cada vez que la proyecta “Mi viejo rebelde”, el publico siente conmovido. Es lo que sucedió en Posadas con una sala colmada de gente. “Llevo la película a cada rincón que puedo; pero elijo no ir a a los cines grandes. La proyectamos en los centros culturales, y en todos los lugares del país donde Osvaldo estuvo y dejó algo. Y así me doy cuenta del trabajo enorme que hizo, con sus libros, sus películas, su necesidad de cambiar la denominación de calles que llevan nombres de genocidas, la problemática de los pueblos originarios. A cada lugar que voy siempre hay alguien que me cuenta una historia sobre mi padre. Fue un hombre muy querido y admirado, la gente se emociona al ver la película y me agradece poder compartir esos momentos, y yo pienso que esto sirve también como homenaje a él, a su propia obra”.
Ana Bayer tiene previsto llevar “Mi viejo rebelde” a Bariloche, Villa La Angostura, Azul, Tandil, Río Gallegos, El Calafate, La Patagonia, y en marzo del 2020 piensa ir a Córdoba, Tucumán, entre otras provincias que le falta recorrer
Texto y Fotos: Patricia López Espínola

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