Educación con sello misionero: innovación con inclusión

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Estamos culminando el tercer año de la gestión. Tiempo de balances y de pensar en los desafíos próximos. Y es así que como contracara de la realidad nacional  difícil, la educación misionera se encuentra atravesando un momento altamente positivo y con transformaciones paradigmáticas. El balance del 2018 con calendario escolar cumplido, sin interrupciones de clases, con el sostenimiento de todas las líneas de trabajo en los diferentes niveles y modalidades, prepara el terreno para la proyección de un 2019 que continúe en esa dirección. La decisión del Gobernador de garantizar por tercer año consecutivo una inyección de aumento salarial al básico del sueldo docente y desde el mes de febrero da tranquilidad y previsibilidad a la familia educadora. A esto se suma el sostenimiento de las políticas en obras públicas que garantiza el cumplimiento de las metas en cantidad de escuelas construidas y refaccionadas. Es así que el exponencial crecimiento del sistema va encontrando respuestas claras a los desafíos cotidianos.
¿Cuál es la clave para seguir creciendo en cantidad y calidad? Puede resumirse en una fórmula que sintetiza dos conceptos que generalmente se perciben como opuestos: innovación con inclusión. Cualquier propuesta educativa que pensamos lo hacemos con la premisa de que el resultado garantice una educación de calidad y para todos, lo que no significa homogeneizar el proyecto, muy por el contrario nos desafía a reconocer las particularidades de cada región de la provincia, de cada comunidad a la que se destina la propuesta y de cada nivel y modalidad a la que debemos atender.
Nunca es redundante recordar que somos la provincia con mayor porcentaje de población joven del país. Y esta realidad es una gran oportunidad para buscar alternativas innovadoras para atender a los más de 400 mil estudiantes que participan del sistema educativo. Desde las líneas de acción pensadas para los niños misioneros que ingresan al sistema educativo formal a los 4 años, hasta las propuestas para los jóvenes y adultos que buscan títulos de nivel superior en Misiones, trabajamos con la premisa de la innovación educativa. La sinergia de las políticas del Poder Ejecutivo con las del ámbito legislativo provincial nos marca un rumbo que necesariamente imprime un sello innovador a la educación. Por sólo nombrar algunas leyes recientemente aprobadas ya estamos avanzando en la concreción del Programa de Innovación Educativa Plataforma Guacurarí que tiene su encuadre legal en la Ley de Educación Disruptiva recientemente aprobada en la Legislatura provincial. Y a 3 años de desarrollo del programa hemos sido reconocidos mundialmente como el primer Estado en desarrollar proyectos innovadores en flipped learning. Así también el Programa EFAs 4.0 a partir de la Ley de Escuelas de Familia Agraria que le da origen, avanza en la innovación de tecnologías aplicadas a la producción que impacta directamente en la familia de  los pequeños agricultores misioneros. Las huertas escolares y comunitarias se consolidan en más de 300 escuelas misioneras y encuentra a la ley recientemente aprobada con una base de desarrollo de proyectos educativos consolidada desde el trabajo colaborativo entre los diferentes ministerios y áreas de trabajo. Se suma a este abanico de innovaciones la implementación de la Ley de Educación Emocional, con un recorrido en toda la provincia para la sensibilización y acompañamiento a los docentes en el conocimiento de las bases teóricas que sustentan este enfoque que nos permitirá enseñar a gestionar las emociones de niños y jóvenes misioneros, garantizando así un clima emocional adecuado para la construcción de aprendizajes significativos y de calidad.
También innovamos en la visión que tenemos de construcción curricular. Antes que confiar en la mirada unívoca de expertos externos para la redacción del diseño curricular de nivel primario, y en la convicción de la profesionalidad docente, encaramos un proceso colectivo de elaboración de este documento, poniendo en el centro de la escena las voces de los maestros y maestras que trabajan diariamente en las escuelas, acompañados por colegas especializados en las didácticas propias de cada área quienes colaboraron en la revisión y reescritura de los sucesivos borradores. En última instancia un diseño curricular sólo sirve en la medida en que se presente como una hoja de ruta, una orientación para quienes deben planificar los procesos de enseñanza en las escuelas.
Este sello de innovación se va imprimiendo en cada proyecto educativo que impulsamos y es posible hacerlo porque Misiones nunca se conforma con copiar o traspolar soluciones enlatadas provenientes de otros lugares. Los misioneros nos caracterizamos por reconocernos como capaces de construir desde nuestras realidades, nos resistimos a los intentos de colonización, pero tampoco nos cerramos al mundo, pues desde nuestro anclaje geopolítico estamos acostumbrados a convivir con los países vecinos y desde nuestros genes nos reconocemos multiculturales. Por eso estamos convencidos de que la innovación debe ser un sello de cada proyecto que impulsemos porque es una manera de consolidar nuestro misionerismo.
Balance positivo y desafíos importantes: continuar apostando al diálogo como herramienta para lo construcción de políticas educativas públicas. Desde esta convicción ya nos encontramos trabajando para encontrarnos nuevamente en marzo en cada una de las 2000 escuelas misioneras enseñando y aprendiendo … desde la innovación con inclusión, porque nuestra huella siempre es la educación.

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