Capricornio: La curiosa historia de la red que desafía a las grandes telcos y nació en una charla de café, haciendo catársis

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Ayer en Bernardo de Irigoyen quedó inaugurada la Red Capricornio, un tendido de fibra óptica donde varias empresas estatales provinciales como Marandú, se unieron a la firma Silica Networks, para traer la segunda conexión que tiene el país con internet y la única donde no tallan las grandes empresas de telecomunicaciones.
Para entender esta historia, primero hay que comprender que la conectividad llega a la Argentina no a través de ondas satelitales, sino a través de cables submarinos de fibra óptica. En general, estos cables están vinculados a grandes servidores en países como Estados Unidos o China.
La Argentina desde 1999 -y hasta ayer-, estaba conectada únicamente por tres cables submarinos que ingresaban al país a través de la localidad balnearia de Las Toninas, que vendría a ser la primera playa de la Costa Atlántica bonaerense y la más cercana a la Capital Federal.
“La lógica dice que el cable tiene que entrar por el lugar donde hay mayor población”, explicó ayer en la inauguración de Capricornio, Horacio Martínez, el gran coordinador y artífice de la nueva red. Martínez es un ingeniero que arrancó con un emprendimiento de informática en 1981 y que en la crisis del 2001 empezó a comprar empresas de internet a firmas norteamericanas que huían del país asustadas por la crisis.
¿De quiénes son los cables que ingresan por Las Toninas y van a Buenos Aires y el resto del país a través de largos tendidos? (Aclaración: El cable no entra directamente por el Río de la Plata a la Capital Federal porque el lecho es muy barroso y los tendidos necesitan un suelo arenoso).
Son varias empresas, una de las principales se llamaba Level 3 hasta hace poco. Pero estas firmas van cambiando todo el tiempo de dueño. “Ahora es de Century Link, antes de llamaba Level 3, antes era Global Crossing y antes Impsat”, explicó a Economis, Martínez.
Pero además, otros cables que ingresan por Las Toninas, son dominados por las grandes telcos: Telecom (que ahora es de Clarin) y Telefónica. Ellon son proveedores de internet, pero también vendedores mayoristas a otros proveedores como un cableoperador local o una cooperativa.
Cuando uno paga por internet, básicamente lo que está pagando es la amortización de estos larguísimos y costosísimos tendidos de redes de fibra óptica. A menor tendido, menor amortización y menor costo. Por supuesto también el proveedor le agrega su costo de distribución y su ganancia.
Un café, una catársis
La Red Capricornio nació el 6 de octubre del 2016, casi por casualidad. En Resistencia la revista especializada Convergencia había organizado un congreso de telecomunicaciones. En un coffe-break compartían una charla Marcelo Rodríguez, de Marandú, y los dos gerentes de las empresa estatales de Chaco y Corrientes. Lucas Vicente, de Refsa (Formosa), quien ayer estuvo en Bernardo de Irigoyen, y Luis Eiman, vicepresidente de Ecom (Chaco).
Ayer durante el acto en el Parque de la Integración, alguien evocó esa charla que fue el origen de la Red Capricornio donde se decidió aunar esfuerzos. El hombre que “amalgamó” todo fue Horacio Martínez, que también estaba en esa mesa de café donde no faltaban las quejas por un país que, en materia de telecomunicaciones, está pensado para los granes centros urbanos.
En rigor, nada distinto a lo que fue la Argentina históricamente. Basta con mirar cualquier esquema ferroviario de prinicipios del siglo pasado, donde absolutamente todas las líneas confluyen en el puerto porteño. Ese esquema de embudo implica para las puntas periféricas como son las provincias del Norte del país, mayores distancias. Mayor distancia es siempre mayor costo, menos competitividad y menos capacidad de desarrollo.
“Veo que a ustedes los une el espanto”, les dijo Martínez, medio en broma, medio en serio en aquel café. Y los invitó a empezar a pensar en “intercambiar figuritas”. Un acuerdo quid pro quo donde cada uno pone lo que tiene y recibe a cambio una parte de una red mayor que comparte con los otros.
Cuando Marcelo Rodríguez, de Marandú, volvió a Posadas le escribió al gobernador para explicarle la idea. “Traté en mi mensaje que se entendiera lo que significaba más allá de las palabras técnicas”, contó ayer.
Suele ser difícil comprender -para alguien ajeno al mundillo tecnológico- el impacto que tienen los cambios en la infraestructura tecnológica, la que no se ve, como las redes de fibra óptica, en nuestras vidas cotidianas. Distinto es captar el beneficio de una conexión de internet rápida o un celular con buena memoria y amplias funcionalidades.
En cierto punto internet hoy es como la electricidad, activamos el interruptor, se enciende la luz y no nos preguntamos cómo sucedió todo eso.
No se sabe si Passalacqua entendió todo o no, pero su respuesta fue escueta y contundente. “Metele, Marcelo”.
Unir las redes ya existentes
Misiones, Chaco y Formosa no pusieron nada que no tenían para la Red Capricornio. Lo que hicieron fue unir los tendidos que ya tenía cada una. Silica Networks puso las partes que faltaban -especialmente- todo el tendido al Oeste que cruzará Jujuy y Salta y luego la Cordillera para llegar al Pacífico. La firma brasileña Ampernet puso también un tramo importante.
“Es una cuenca de 26 millones de personas”, dijo Martínez ayer, computando las poblaciones de las provincias del Norte, Bolivia, Paraguay y el Norte de Chile.
Capricornio todavía tiene que completar una segunda etapa, donde se completará el trayecto para cruzar al país trasandino a través del Paso de Jama.
¿Cómo impactará en el usuario final?
A partir de ahora, Marandú, que tiene contratos con cableoperadores, cooperativas, empresas y otros proveedores de internet, empezará gradualmente -a medida que venzan esos acuerdos- a ofrecer una oferta con mayor capacidad y menor precio.
Marandú hasta ahora se conecta o recibe internet a través de la capacidad que ingresa por Las Toninas. Ahora podrá tomar de una u otra fuente esa conectividad, tal cual sucede con el sistema interconectado de energía, que puede utilizar indistintamente la corriente que genera Yacyretá o una central térmica en la Capital Federal.
Otro tanto irá pasando con las empresas Refsa (Formosa) y ECOM (Chaco). También Silica Networks empezará a ofrecer comercialmente esa capacidad a usuarios en Paraguay, Bolivia, Jujuy y Salta.
“La ecuación es simple, o baja el precio por la misma capacidad o por el mismo precio, se duplica la capacidad”, explicó Martínez ayer, varias veces. O sea, se viene mayor acceso a internet y con el detalle de que por primera vez, una red no es dominada directa o indirectamente por las grandes empresas de telecomunicaciones.
 
 

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