Alfonsín mano a mano con Economis: “El Gobierno debe convocar a los partidos políticos para resolver esto que nos queda hasta el 2019”

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Ricardo Alfonsín volvió al centro de la escena política después de reunirse con Eduardo Duhalde y mencionar a Roberto Lavagna como el hombre dispuesto a hacer un “esfuerzo patriótico” como candidato del consenso en una eventual disputa en 2019. Pero lejos de promocionar un pacto de La Moncloa, el radical “disidente”, quiere que sea el Gobierno de Mauricio Macri el que convoque a un diálogo a sectores políticos que no coinciden con el rumbo del país.
En diálogo con Economis, el hijo del ex presidente reclamó mayor protagonismo de su partido para inyectar más conceptos del ideario radical en la alianza Cambiemos.
“”He sido crítico, pero no yo personalmente, sólo reproduje las ideas de mi partido, que muchos se hayan callado la boca es otra cosa. Y creo que, si la Unión Cívica Radical hubiera sido más consecuente con las ideas de su partido, hubiéramos evitado muchos de los errores que se han cometido y no digo que deberían estar todos resueltos, pero seguramente la situación podría estar mejor hoy, y las expectativas podrían ser otras, de la sociedad. De todas maneras, lo que siento en estos momentos es una gran preocupación como el conjunto de los argentinos, pero más que preocuparnos tendríamos que ocuparnos. Y qué es lo que vengo haciendo yo, ojalá lo hiciera mi partido, ojalá mi partido entendiera que la principal responsabilidad que tiene en este momento es lograr ciertas condiciones políticas que nos permitan el diálogo entre las fuerzas políticas más representativas. El que no lo quiera hacer que no lo haga, la sociedad juzgará.  No solo entre las fuerzas políticas más representativas, sino también, entre la política, el capital y el trabajo, para ver si nos podemos poner de acuerdo en algunos instrumentos y podamos transitar con más tranquilidad este año y medio que nos queda hasta el 2019. No digo para resolver los problemas, porque sería demagógico, tal vez para mejorar un poco los problemas, pero sobre todo para evitar que se produzcan problemas mayores, es nuestra principal responsabilidad tratar de llevarle tranquilidad a la sociedad. La política estaría a la altura de las circunstancias si fuera capaz de lograr junto con el capital y el trabajo acuerdos fundamentales para recuperar ciertos niveles de confianza en la sociedad, en eso estoy trabajando”, dispara sin pausa el heredero del legado alfonsinista.
¿Lo plantea como una especie de coalición, una especie de gabinete ampliado?
No, yo digo que se abra una etapa de diálogo, que llame el gobierno. Si yo fuera el presidente del partido, trataría de persuadir a todos los del PRO, y a todos los del gobierno de Cambiemos, que es necesario convocar al diálogo al resto de las fuerzas políticas de la Argentina, por lo menos a las más representativas. El que no quiere que no vaya. ¿Para qué? Para poder acordar algunas cuestiones centrales, sobre todo algunos instrumentos de cómo vamos a ir resolviendo esto que nos queda hasta el 2019. Pero además hay que conversar con el capital y el trabajo, porque va a ser necesaria que haya también cierta comprensión de la situación, por sobre todo de parte del capital para que acompañe las decisiones que desde la política se proponga, estoy seguro que esto es lo que podría llevarle tranquilidad, ayudar al gobierno, y ayudar al resto de los argentinos. Ojalá lo hiciera mi partido, por eso yo me reúno con distintas fuerzas políticas, me reúno con el Socialismo, con gente del GEN, con otra gente de partidos de izquierda, me reúno con dirigentes sindicales y hasta con empresarios para ver si puedo persuadir, aún desde mi acción individual porque yo no represento al partido, acerca de la necesidad de hacer algunos sacrificios ahora, porque si no, se vienen sacrificios mayores más adelante.
¿Se viene un ajuste mayor, luego de este acuerdo con el fondo?
Eso es lo que hay que evitar hacer, en todo caso. Esfuerzos y reacomodamientos, reajustes, hay que hacer, eso es inevitable, el asunto es ¿quién lo paga? Tenemos que discutir quién hace el esfuerzo, porque nadie duda que esfuerzos hay que hacer frente a una situación complicada. Lo que sí se discute es quién va a hacer el esfuerzo y cómo se distribuye ese esfuerzo, en qué proporciones se distribuye ese esfuerzo. Es obvio que no tienen la misma idea un partido liberal, que un partido de centro izquierda, es obvio que no tienen la misma idea los sectores del capital, que los sectores del trabajo.
¿Y qué se debe corregir?
Tenemos que discutir cómo administramos el comercio interior en este tiempo, tenemos que discutir algunos impuestos en este tiempo, tenemos que discutir algunos acuerdos de precios en este tiempo, tenemos que discutir precios cuidados, pero en serio, que sean cuidados en serio. Tenemos que discutir ciertos controles sobre el mercado  cambiario. En algunas de esas cosas nos podríamos poner de acuerdo, porque ponerse a discutir ahora, o hacer cosas pensando en 2019 es no comprender lo que está pasando.
¿Este rol tan pasivo que usted observa es porque no le dejan o es porque no le interesa al radicalismo meterse en este momento?
No, el PRO no tiene ninguna responsabilidad. Esa fue una decisión de la conducción nacional del partido, de la conducción que existía en el 2015 cuando el PRO asumió la presidencia y, la siguiente conducción también, más allá que en algún momento pareció que iba a manejarse con un poco más de autonomía. Esa no es la mejor manera de ayudar, ni al gobierno, ni a los argentinos, puede que sea una manera de ayudar a los que tenían que hacerse cargo de la conducción con respecto a su carrera política, pero a los argentinos no.
O sea que debían tener mayor presencia…
Eso es lo que dijimos, pero a veces algunos radicales se hacen los zonzos cuando yo le reclamo al partido, entonces me responden que yo cuestiono algunas decisiones del partido porque no estoy de acuerdo con que la Unión Cívica Radical esté en Cambiemos. En realidad eso es algo que se discutió hace más de dos años y no es algo que se haya vuelto a tratar en el partido y discutir eso ahora, es como discutir el sexo de los ángeles, porque la Unión Cívica Radical está en Cambiemos. Quiero hacer hincapié en esto, póngalo si quiere en cursiva: Está en Cambiemos, pero hay distintas maneras de estar en Cambiemos. Se puede estar de la forma que eligió el partido, como si fuéramos convidados de piedra, de manera apocada, como si no tuviéramos diferencias, o como si no nos animáramos a plantear las diferencias, como si gobernara la Unión Cívica Radical. Ni siquiera cuando gobernaba la Unión Cívica Radical el partido fue tan acrítico. O se puede estar como dijimos que íbamos a estar cuando celebramos este acuerdo, haciéndonos cargo de las diferencias, procurando influir en las decisiones, evitando que se cometan errores, tratando de influir en el rumbo de la gestión y neutralizando en la medida de lo posible el sesgo liberal que podía tener una gestión del PRO. Dijimos también que no íbamos a tener que acompañar decisiones si no estábamos de acuerdo con que no eran buenas para el país, pero nada de esto hicimos. No es culpa del PRO, es responsabilidad de la Unión Cívica Radical. Probablemente creyeron, más allá de algunos vivos que se preocuparon más por ellos que por lo que le hacía mejor al país, que esa era la mejor manera de ayudar. A mí nunca me convencieron de eso y por eso cada vez que el gobierno tomó una decisión que nosotros creíamos que no era buena, que el partido había dicho hasta el 2015 que creía que no era buena, frente al silencio de la conducción y frente al aval que daba la Unión Cívica Radical, con sus posturas a nivel político institucional, muchos radicales, entre otros yo, salimos a decir que esas no eran las posiciones del partido.
¿Usted lo está promoviendo a Lavagna como candidato?
Es una cuestión mediática, necesitan títulos muchas veces para vender, yo me reúno con Miguel Lifschitz del socialismo, o sea en un momento decían que estábamos buscando una fórmula Alfonsín- Lifschitz, Lifschitz con Alfonsín, después con Margarita Stolbizer decían lo mismo, después Felipe Solá- Alfonsín. Ahora me reúno con Eduardo Duhalde y me hablan de Lavagna. Yo estoy tratando de generar condiciones, al igual que Duhalde para ver si podemos transitar esto que nos queda hasta el 2019 con ciertos acuerdos y actitudes sensatas de los principales actores políticos. Después lo del 2019 lo vamos a discutir del partido hacia dentro. Creo que es necesario mejorar la calidad de la oferta electoral, respecto de la del 2015. Para mí el 2019 tiene que tener una mejor oferta electoral, y otra cosa digo, que seguro no le va a gustar a muchos amigos correligionarios, si la Unión Cívica Radical toma una decisión que desde mi punto de vista le hace daño al país, no me voy a ver obligado a acompañarla. Ya soy grande y veré qué es lo que hago, me iré hasta mi casa, a decir lo que crea que es necesario decir. No voy a acompañar decisiones que no creo que sean buenas para el país.
¿Cómo se arregla esto, cambio de gabinete, cambio de rumbo?
No, eso que lo decida el Presidente. Creo que poniéndose de acuerdo, yo creo que hay que cambiar las políticas, pero el gobierno puede insistir 100% con su ideología, porque es ideología lo del gobierno. No hay ciencia en la política, es ideología. Tiene que cambiar, tiene que estar dispuesto a hacer concesiones y la oposición también, sino, no hay acuerdo, sino es imposible el acuerdo, y el acuerdo se busca cuando las situaciones son muy complejas, cuando no la puede resolver un solo partido, cuando la relación de fuerzas está bastante complicada, los acuerdos son necesarios. Yo creo que la oposición debe dejar de pensar en 2019 y concentrarse exclusivamente, casi obsesivamente en llevarle tranquilidad a la sociedad ahora y el gobierno debe hacer exactamente lo mismo, convocando a todos. A ver si logramos ponernos de acuerdo, con respecto a los instrumentos y que cada uno pueda hacer una concesión, sin que cada uno pueda hacer totalmente lo que quiere.
¿Esta crisis tiene paralelismos con la de 2001?
Creo que no es lo mismo, en todo caso lo que puede evocar un poco aquellos momentos es la intranquilidad de la sociedad, la angustia, pero desde el punto de vista económico, desde el punto de vista de las principales variables macroeconómicas no. No hay Convertibilidad. La Convertibilidad era una bomba, de la que no se podía salir de una manera incruenta, una bomba de la que no se atrevía salir el justicialismo, dejó esa bomba al gobierno que le sucedía y había que salir. Finalmente como el gobierno que le sucedió tampoco se atrevió a desactivar esa bomba, la bomba estalló, salió el mercado de la Convertibilidad y salió de una manera cruenta. Pero hoy no hay una Convertibilidad, ni se dan muchísimos aspectos que existían en esos momentos, por ejemplo, los productos primarios no valían absolutamente nada, comparado incluso con hoy, que ya bajaron, valían muchísimo menos de lo que valían hoy, en fin, hay muchas cosas que hacen que la situación sea distinta. Ahora cierto es que la sociedad está angustiada y quiere que la política le de tranquilidad si no para qué está la política para darles el espectáculo de la discusión. La gente quiere que la política le dé las soluciones, y sabe la sociedad cada vez más que no hay una sola solución, y que los problemas como los que tenemos nosotros, los problemas de los países subdesarrollados, no los resuelve un solo partido.
¿Qué le dice hoy al radical, el radical que está adentro y al radical que es crítico como usted?
Yo les digo a los radicales, a los que pueden influir en sus dirigentes, a los que tienen alguna posibilidad de influir en la conducción nacional, que reclamen, que el partido asuma esta tarea como propia, porque cuando uno no está gobernando puede dedicarse a otras cosas, que pueden ayudar mucho a la gobernabilidad, como es buscar acuerdos, terminar con la grieta, generar condiciones para el diálogo que no se sume a la grieta, a la idea de que la culpa de todo la tiene el otro y uno no tiene nada más, ninguna responsabilidad, solamente es víctima. Que le reclame al partido eso, que dialogue, que persuada a Cambiemos que es necesario dialogar y que persuada también a los partidos de la oposición a dialogar, eso es lo que yo les pediría. Eso es lo que podemos hacer porque la UCR no gobierna, gobierna el PRO, no gobierna la Unión Cívica Radical.

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