La herencia del año del perro

Compartí esta noticia !

En los últimos días del 2018, año del perro en el horóscopo chino, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) órgano de las Naciones Unidos publicó su informe anual económico sobre Latinoamérica y las principales proyecciones para el año próximo.
Este informe estimó que la región, en general, terminará con un crecimiento promedio del 1,2%. Es cierto que algunos países como Brasil y México, cerrarán el periodo con un crecimiento mayor, 2,4% y 2,3% respectivamente. En cambio, otros como Argentina, finalizarán el ciclo con una recesión, con el 100% de devaluación de su moneda nacional y con un proceso inflacionario cercano al 44 %.
Las expectativas para 2019 no son alentadoras, particularmente porque las incertidumbres globales aumentarán. Los expertos de la CEPAL prevén un crecimiento regional promedio del 1,7%.
Los países de América Latina, así como otros países emergentes, tendrán que enfrentar un escenario económico complejo. Se espera una reducción abrupta de las dinámicas de crecimiento provocadas por el aumento de la volatilidad de los mercados financieros internacionales y el debilitamiento estructural del comercio internacional (ahora agravados por las tensiones entre Estados Unidos y China).  
Los mercados emergentes, como el latinoamericano, mostraron este año una reducción en la cantidad de financiamiento externo que percibían y a su vez aumentaron lo que se conoce como el riesgo soberano (las probabilidades que tiene un país de no poder pagar sus obligaciones externas, es decir, las deudas), situación que encarece los préstamos para estos países.
Además, en su gran mayoría tuvieron que depreciar sus monedas en relación al dólar, exceptuando Paraguay que mantuvo la estabilidad y Brasil que aumentó el valor de la suya.
Durante la conferencia de prensa donde se presentó el Balance 2018 la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, realizó algunas recomendaciones generales a los países que conforman esta región.
“Se requiere de políticas públicas para fortalecer las fuentes de crecimiento y hacer frente al panorama de incertidumbre a nivel mundial. Es necesario fortalecer el papel activo de la política fiscal de la región” y reorientar la inversión pública a proyectos con impacto sostenible poniendo mayor énfasis en las asociaciones público-privadas para estabilizar y dinamizar el crecimiento. En varias ocasiones mencionó el especial resguardo que deben hacer los estados nacionales en cuanto al gasto social, sobre todo en los períodos de desaceleración económica, de forma que este sector, el más vulnerable, no se vea afectado por ajustes. Y, por último, indicó que se deben cuidar los perfiles de deuda pública ante la incertidumbre que podría aumentar su costo y niveles.
Entonces se prevé para el 2019 que América Central (excluida México) crezca 3,3%, América del Sur 1,4% y el Caribe 2,1%. A nivel de países, las mayores economías de la región, Brasil crecería 2,0% y México 2,1%, por debajo de los niveles del 2018. Las islas caribeñas liderarían el crecimiento regional, con una expansión de 9,0%. En el otro extremo, Venezuela sufriría una contracción de su economía del -10,0% y Argentina de -1,8%.
Las grandes economías de la región, Brasil y México están estrenando nuevos gobiernos, opositores a los salientes, Jair Bolsonaro y Andrés López Obrador. Por su parte argentina tiene elecciones a finales del 2019, pero sigue intentando salir de un año duro que obligó a Macri a pedir un rescate millonario al Fondo Monetario Internacional, situación que heredará el próximo gobierno.  
Particularmente, estos gobiernos deberán hacer frente a uno de los mayores desafíos de cualquier democracia, y tendrán que centrar gran parte de su agenda en solucionar los altos niveles de desempleo que golpean a sus países. En América Latina hay cerca de 25 millones de personas que buscan trabajo y no lo consiguen. Los niveles más alto de desempleo lo registra Brasil (12,5%), Colombia (9,8%), Costa Rica (9,7%) y Argentina (9,4%). Por el contrario, los índices más bajos están en Guatemala (2,8%), México (3,3%) y Ecuador (4,2%). Recordemos que esta lista la elaboramos según la información disponible en cada país.
En cuanto a este tema los datos más preocupantes son tres. En primer lugar, el desempleo joven triplica al de los adultos, uno de cada cinco jóvenes en la región no encuentra trabajo. En segundo lugar, más de la mitad de los empleos son informales, para ser más precisos 50,6%, situación que afecta al desarrollo en general del país. Y, en tercer lugar, la incertidumbre comercial porque el panorama laboral en Latinoamérica es altamente vulnerable a la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Los temas desarrollados hasta aquí afectarán de forma definitoria tanto el camino y las políticas de los nuevos gobiernos electos en el 2018 (Costa Rica, Paraguay, Colombia, México, Brasil y Venezuela), así como los resultados de las contiendas electorales que se llevarán a cabo en el 2019 en Argentina, Bolivia, Uruguay, El Salvador, Panamá y Guatemala.
Durante el año que pasó la mayor parte de los candidatos electos provienen de ideologías de derecha, excepto México donde por primera vez ganó la izquierda. Ahora veremos como las políticas de liberalización e inserción impactarán en los problemas planteados, teniendo en cuenta que las promesas en campaña de la izquierda han contradicho sistemáticamente las recomendaciones realizadas por la CEPAL.
La actual administración argentina se encuentra trabajando para entrar dentro del efecto contagio de la buena performance de la economía brasileña, que hasta el momento podría ser el factor de reactivación del empleo, riqueza y renta de América del Sur. Pero no tienen en cuenta que Bolsonaro no estaría dispuesto a reactivar las conexiones y redes mercosureñas, situación que dificultaría las intenciones del gobierno de Mauricio Macri.
 

Compartí esta noticia !

El 53% de los argentinos cree que el Presidente y sus funcionarios están involucrados en actos de corrupción

Compartí esta noticia !

El trabajo se titula “Indicadores internacionales de la corrupción en la Argentina 2018” y fue coordinado por Marcelo Bermolén, profesor de la Escuela de Gobierno, Política y Relaciones Internacionales y director del Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral.
El informe está basado en las mediciones de Transparencia Internacional, del Banco Mundial, el Foro Económico Mundial, la Corporación Latinbarómetro y el Banco Interamericano de Desarrollo. Si bien en algunos índices de 2017 y 2018 se demuestra una leve mejoría (que se percibe desde 2016), el resultado global de la Argentina no es bueno.
“La mayoría de los indicadores sobre corrupción están basados en estudios o encuestas de apreciación. La corrupción es por naturaleza opaca y clandestina, y por lo tanto los indicadores son mayoritariamente de percepción”, explica Bermolén. “Ningún indicador por sí solo es concluyente ni determinante -explica el autor-. Pero en conjunto genera tendencias que muchas veces si lo son”.
Bermolén señala que Argentina sigue reprobada en casi todas las series de indicadores de medición, en materia de percepción de la corrupción o efectividad de las políticas públicas implementadas para su lucha o erradicación, ocupando el lote de países peor posicionados “en el mundo, el continente o la región”. “Argentina sigue por debajo del promedio general de los países de América (o Latinoamérica) aunque ha logrado reducir esa brecha por la suma de mínimas mejoras propias y el estancamiento o empeoramiento de otros países. Ha mejorado la percepción del estado de derecho, aunque eso no se ha traducido en una mayor confianza en las instituciones, en los sujetos que transitoriamente ejercen sus funciones o en las políticas de combate a la corrupción”, detalla. 
Índice por índice
Según Latinobarómetro, en 2017, dentro de una escala del 0 al 10, los argentinos creían que la corrupción en el gobierno alcanzaba el altísimo valor de 7,7 por encima del valor promedio de Latinoamérica (7,5). En 2018, consultados ya no por las instituciones sino sobre quienes ejercen las funciones y buena parte del poder, el 53% de los argentinos cree que el Presidente y todos -o casi todos- sus funcionarios están involucrados en actos de corrupción, porcentaje que lo muestra por encima de legisladores, jueces, policías y empresarios. También, por encima del promedio respecto de quienes ejercen la misma institución presidencial en Latinoamérica (50%). 
Bermolén, quien además es abogado y especialista en Acceso a la Información Pública, Calidad Institucional y Transparencia Electoral; señala que “ello, pone en jaque cualquier posibilidad de liderar exitosamente la lucha contra la corrupción desde la percepción de ejemplaridad, ejercicio de la ética pública y cambio de paradigmas. El primer mandatario y sus funcionarios superan la media latinoamericana de corrupción junto a los empresarios argentinos. No le va mejor a los parlamentarios, la policía o los magistrados que son percibidos con altos índices de sospecha de estar implicados en hechos de corrupción”.
 

Latinobarómetro 2018.

Además, si ya era delicado que en 2017 el 61% de los argentinos consultados por Latinobarómetro creyeran que la lucha contra la corrupción no había progresado, más relevante es aún que el 56% de los encuestados en 2018 expresen que perciben un aumento de la corrupción. Si bien esos valores están por debajo del promedio de América Latina, son lo suficientemente altos para encender las alarmas del gobierno nacional y analizar con detenimiento la eficacia -o ineficacia- de las políticas de combate a la corrupción desde la percepción social.
No obstante, Bermolén afirma que “cuando se trata de obtener algún beneficio -directo o indirecto-, 4 de cada 10 argentinos se muestran dispuestos a tolerar cierto grado de corrupción en la medida que se resuelvan problemas. Idéntica proporción de argentinos que en 2017 se mostraban con disposición a sobornar, jueces, policías o funcionarios”. “Es necesario que la lucha contra la corrupción también comience en la propia sociedad, vía educación de valores, para generar cambios culturales en su propia conducta. Lo que no impide considerar el descreimiento que genera en ella, el accionar de una justicia ineficiente, la ausencia de ejemplaridad o de sanciones reales”, reflexiona el director del Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral.
 

Latinobarómetro 2018.

La encuesta sobre corrupción del Foro Económico Mundial (WEF) refleja que continúa la tendencia de ligera mejoría en la calificación respecto al “Desvío de fondos públicos” y “Pagos irregulares y sobornos”. Pero lo  cierto es que la Argentina integra el lote de países con peores indicadores, situándose para el primer valor en el puesto 121º y para el segundo en el 98º. Mostrando en conjunto una notoria falta de avances.
 

Índice Global de Competitividad (Foro Económico Mundial).

Una última encuesta del WEF referida a 16 “factores que limitan la capacidad de hacer negocios” en Argentina, muestra una perdida de peso relativo de la corrupción entre esos rubros respecto del año anterior, cayendo de la cuarta posición a la séptima. Si bien, una primera lectura permitiría pensar en una mejora de las condiciones de este factor, lo que habría sucedido es una agravamiento de las otras condiciones en un contexto de inestabilidad político económico y notables dificultades. Adquieren una mayor relevancia en el ultimo año, condiciones tales como la inestabilidad, las regulaciones laborales o la burocracia ineficiente que se suman a la inflación, las altas tasas de impuestos y el financiamiento como factores centrales.
 

Índice Global de Competitividad, la corrupción como factor que limita la capacidad de hacer negocios (Foro Económico Mundial).

Con respecto al “Comportamiento ético de la empresas”, también del WEF, que se mostraba en descenso, mostró una módica mejoría tanto en la valoración del país como en el ranking. Aún así, se encuentra entre los peores registros, al final de la tabla.
“La corrupción en la Argentina es de carácter estructural, endémica y transversal. Abarca todos los niveles, poderes y estamentos. Atraviesa a todos los actores sociales y lleva décadas instalada sin que se vislumbre un cambio cultural mayoritario. El comportamiento ético de los empresarios del país obtiene una de las peores evaluaciones a nivel mundial (puesto 130° sobre 137 lugares). La denominada causa de los cuadernos parece convalidar esa tendencia”, afirma Bermolén.
 

Índice Global de Competitividad, comportamiento ético de las empresas (Foro Económico Mundial).

También se tomó en cuenta un reciente estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo que mide la gobernanza de la corrupción -a través de la evolución de un conjunto de indicadores-. Las políticas de lucha contra la corrupción en Latinoamérica -en la mayoría de los casos- “han sido parciales, irregulares y con un mayor enfoque en la mera aprobación de normas”. En un indicador que va de -2.5 a +2.5, considerando los últimos 20 años (1996-2017) Argentina muestra una involución en esa lucha con un valor final de -0,26 y un descenso de -0,16 puntos; integra el pelotón de los países que han empeorado.
 

Banco Interamericano de Desarrollo.

El índice de Transparencia Internacional sobre Percepción de la Corrupción muestra una leve mejora de Argentina respecto a los últimos dos años, lo que marca una tendencia progresiva y positiva que resulta insuficiente, toda vez que Argentina sigue por debajo de la mitad de tabla (85° compartiendo lote de 5 países) y mantiene la condiciones de aplazo (3.9 sobre 10). Si bien la brecha con el promedio de América se reduce al mínimo (11,4%), ello sucede en un contexto de estancamiento del progreso de esa lucha en los países del continente.
 

Índice de Percepción de la Corrupción (Transparencia Internacional).

Finalmente, según datos del Banco Mundial, se percibe un leve incremento en el control de la corrupción en Argentina mientras que el promedio de la región desciende levemente, acercándose las posiciones. Sin embargo, nuestro país permanece por debajo del promedio de América Latina y el Caribe. 
 

Gobernabilidad en el ámbito mundial (Banco Mundial).

“La lucha contra la corrupción muestra un fracaso estrepitoso en las dos últimas décadas, lo que involucra al menos a seis administraciones, incluida la actual, que no han conseguido -más allá de cambios normativos, modificaciones estructurales cosméticas y variadas recomendaciones- alterar la percepción social del flagelo, ni generar la confianza necesaria para producir una transformación cultural, profunda y sostenible en el tiempo. Como ejemplo reciente y revelador de contradicciones entre el decir y el hacer, vale recordar la discordancia de haber logrado sancionar una ley de responsabilidad penal de las personas jurídicas privadas (Ley 27.401) y, a la vez, permitir a muchas de las empresas que se han declarado partícipes en hechos de corrupción, continuar en licitaciones o proyectos de participación público-privada, más allá de las razones jurídicas o economicistas esgrimidas”, manifiesta Bermolén.
“Es necesario dejar atrás la retórica, los compromisos moralistas -propios de  promesas de campaña- y mostrar acciones ejemplares que induzcan cambios sociales en la lucha contra la corrupción. Fortalecer los órganos de control, investigar toda la corrupción (ahondar en el pasado pero también en el presente), evitar los atajos como: blanqueos, aceptación de renuncias de jueces susceptibles de ser juzgados políticamente por mal desempeño, o promover amnistías encubiertas, obviar la designación y actuación en las sombras de operadores judiciales y la protección de ciertos magistrados. Promover la designación del Procurador General y del Defensor del Pueblo de la Nación -y otros estamentos- sin amiguismos, esclarecer y castigar todos los casos de financiamiento irregular de la política, profesionalizar los cuerpos de auditores, aplicar criterios uniformes de transparencia, generalizar la aplicación de normas contra el nepotismo en el poder, asegurar contrataciones, licitaciones y acuerdos con el estado intachables, generar organismos anticorrupción independientes del poder político, procurar la meritocracia en las designaciones de funcionarios, y evitar los conflictos de intereses”, concluye el académico de la Universidad Austral.
Acceda al INFORME COMPLETO 

Compartí esta noticia !

Docentes indígenas planificaron acciones para 2019

Compartí esta noticia !

Esta mañana, en el salón Oval del Ministerio de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología, los 70 auxiliares docentes indígenas (ADI) se reunieron para evaluar lo realizado durante este 2018 y planificar las acciones que llevarán adelante durante el próximo año. Pretenden afianzar las acciones pedagógicas con fuertes rasgos de su cultura ancestral.

El encuentro fue organizado en conjunto entre la subsecretaría de Educación, a través de la Dirección de Políticas Socioeducativas y el Instituto de Políticas Lingüísticas (IPL) como instancia de trabajo para cerrar el año 2018.

Cada uno de los ADI contó sus experiencias en el rol educativo que desempeña. Se habló de los procesos de enseñanza en cada uno de los niveles, destacándose el secundario y el creciente interés de los jóvenes de la comunidad por continuar carreras terciarias o universitarias.

En cuanto a los desafíos del 2019, se habló del afianzamiento de las culturas ancestrales como base fundamental de la enseñanza que se imparte en las escuelas; pero fundamentalmente lograr sostener las trayectorias escolares y la terminalidad escolar entre sus jóvenes.

El encuentro de este jueves tendrá continuidad en las comunidades en los primeros meses del próximo año, con el objetivo de prepararse para la vuelta de los alumnos a las aulas. 

Compartí esta noticia !

Más de 360 mil estudiantes de todo el país pueden cambiar de universidad o carrera sin rendir equivalencias

Compartí esta noticia !
El Sistema Nacional de Reconocimiento Académico posibilita que 362.200 estudiantes de 90 instituciones adheridas de todo el país puedan cursar trayectos de su carrera en distintas unidades académicas (facultades, universidades). Esta iniciativa nace desde el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología con el fin de promover que las universidades, de forma voluntaria, realicen acuerdos para reconocer los trayectos formativos de los estudiantes, con el objetivo de que puedan tener distintas alternativas en su recorrido universitario.
 
De esta manera, cualquier estudiante perteneciente a una de las 9 familias de carreras que forman parte del programa, puede solicitar el pase de universidad, en caso de retomar sus estudios, cambiar de carrera o institución; o realizar una movilidad temporaria.
 
En esta línea, el principal objetivo es que cada estudiante pueda transitar por el sistema de educación superior facilitandoles la movilidad, para que puedan aprovechar toda su diversidad y profundizar su experiencia de formación.
 
Pablo Domenichini, secretario de Políticas Universitarias explicó que se agregaron 8.000 nuevos potenciales beneficiarios del sistema: “Este año además de incorporar carreras reguladas como la Geología, el desafío fue trabajar con campos disciplinares no regulados como las Licenciaturas y Profesorados de Matemática y Física” y contó “nos propusimos dar un salto más hacia formaciones cada vez menos rígidas, y donde se favorezca la movilidad dentro del sistema universitario. Así logramos que los estudiantes que cambien de carrera no tengan que recursar algunas materias ya aprobadas sino que contarán de antemano con su reconocimiento”.
 
Todas las semanas hay diversos testimonios de alumnos que realizan una movilidad a distintas casas de estudios. Es el caso de Julia que cursa la Licenciatura en Diseño Audiovisual en la Universidad de Río Negro y realizó un cuatrimestre en la Universidad Nacional de Avellaneda. Otra historia es la de Santiago, estudiante de Ingeniería Química en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires que viajó a Bahía Blanca para hacer su movilidad en la Universidad Nacional del Sur.
 
En este marco, la Secretaría de Políticas Universitarias presentó el libro “RTF: Reconocimiento de Trayectos Formativos en la Educación Superior. Una política de articulación del sistema para brindar más opciones de formación al estudiante”, una publicación que resume el trabajo de más de tres años para la conformación e implementación del Sistema Nacional de Reconocimiento Académico (SNRA) en nuestro país.
 
En cada capítulo se detallan las cuestiones conceptuales y metodológicas que permitieron el diseño e implementación de esta política. En sus páginas, además, se relata en primera persona la experiencia de los protagonistas de este proceso en cada una de las familias de carreras.
Compartí esta noticia !

El menor déficit de cuenta corriente no garantiza la calma cambiaria en 2019

Compartí esta noticia !

¿Qué pasó con la cuenta corriente del balance de pagos en el tercer trimestre del año?

En el tercer trimestre de 2018, se redujo el déficit de cuenta de corriente del balance de pagos. Esta mejora obedeció a un menor rojo en bienes y servicios: en conjunto, el saldo negativo de ambas cuentas pasó de USD 4.400 millones en el tercer cuarto de 2017 a menos de USD 3.000 millones igual período de este año, producto de la caída de las compras externas (-8,4%), ya que las ventas al exterior también se contrajeron en la comparación interanual (-2,8%). A contramano, la cuenta rentas incrementó su desbalance y atenuó la corrección del déficit externo.

 

Sin embargo, en la comparación trimestral, las principales novedades estuvieron en la cuenta capital y financiera. Motivado por la reversión del saldo de inversiones de cartera, es decir, del desarme generalizado de posiciones en pesos de no residentes, este apartado transformó su superávit de USD 7.000 millones en el tercer trimestre del año pasado en un déficit de casi USD 4.900 millones en dicho período de 2018. En consecuencia, la cuenta financiera pasó de aportar divisas a ser un demandante. Puesto en otros términos, la reversión del flujo de capitales presionó al alza el tipo de cambio. Como desenlace de esta dinámica, las Reservas Internacionales cayeron casi USD 13.000 millones durante el tercer trimestre de 2018, contrarrestando los desembolsos del FMI por USD 15.000 millones a fines de junio de 2018 (contabilizados en el segundo trimestre). 

¿Qué implicancias tiene en materia económica?

El principal resultado de este cambio de signo en las cuentas fundamentales del balance de pagos fueron las presiones sobre el peso: el importante atraso cambiario que marcó a la economía argentina en 2017 estaba sostenido en el influjo constante de dólares financieros. Dado que los mismos no estaban garantizados, su reversión generalizada y abrupta provocó una corrida cambiaria: el dólar acumuló un alza superior al 40% a lo largo del tercer trimestre, al pasar de menos de 29 ARS/USD al cierre de junio a casi 41 ARS/USD a fines de septiembre. Cabe destacar que, si la anterior dinámica era insostenible (el ingreso de divisas financieras no iba a “durar para siempre”), esta dinámica también lo es: la salida tenderá a moderarse. En este sentido, la importante reducción del stock de LEBACs y su sustitución por activos de menor liquidez y sin mercado secundario (LELIQ), una política monetaria muy astringente y las mayores regulaciones sobre las tenencias en moneda dura de los bancos, evitaron que esta sangría se repitiera en el cuarto trimestre.

 

¿Qué corresponde esperar para 2019?

El balance de pagos mostrará mejoras significativas el año que viene. En primer lugar, la Cuenta Corriente se verá beneficiada por el buen desempeño de los envíos externos, tanto de bienes como de servicios. Asimismo, la menor rentabilidad de la economía argentina en general, y las menores ganancias en moneda dura de las empresas extranjeras en particular, acotarán la sangría de dólares por motivos de renta. Por su parte, los fondos frescos del FMI apuntalarán a la Cuenta Capital y Financiera. En este caso, se observará un cambio de prestamista: habrá ingresos netos de organismos internacionales (reflejados en el rubro “otras inversiones” de la cuenta financiera) y, posiblemente, salidas netas de acreedores privados (reflejados en “inversiones de cartera” de dicha cuenta). En consecuencia, como resultado, las Reservas Internacionales deberían recuperarse durante el año electoral.

 

No obstante, cabe hacer una salvedad: el balance de pagos no contabiliza las compras de dólares por parte de residentes que quedan en el sistema financiero local (depósitos en bancos). En consecuencia, no refleja en toda su magnitud la dolarización de activos del sector privado. Dado que ésta será elevada en 2019 producto de la incertidumbre electoral, el grado de mejora del balance de pagos dependerá de si los agentes privados optan por sacar sus divisas del sistema bancario local (dólares en el colchón/cajas de seguridad o giros al exterior) ya que esta decisión impactará, o no, en las Reservas Internacionales.

Compartí esta noticia !

Categorías

Solverwp- WordPress Theme and Plugin