En las últimas horas YPF volvió a aumentar el precio de sus combustibles y profundizó la diferencia entre las naftas Premium y la común, con valores dispares depende del lugar del país. La más cara se registró en Curuzú Cuatía, en Corrientes, donde la nafta Infinia alcanzó los 46 pesos, mientras que la nafta súper llegó a los 38. Esos valores están 30 por ciento por encima de los de la ciudad de Buenos Aires, que, al igual que en la región patagónica, exhibe los más bajos del país. En el sector no dudan en que más temprano que tarde, la nafta Premium superará los 40 pesos.
En Misiones los precios más altos se registraron en Apóstoles y Puerto Rico, con 38,47 pesos y Eldorado, donde la Infinia alcanzó los 38,11 pesos, al igual que en otras ciudades de la zona norte.

La explicación no deja espacio a la duda: se trata de maximizar la rentabilidad en los combustibles Premium que estaba “atrasada” en dólares. Solo que la que encabeza esta oleada es la petrolera estatal y no las privadas. Con la a desregulación del mercado y las declaraciones del flamante ministro de Energía, Javier Iguacel de no intervenir en los precios habilita a las refinadoras a tomar este tipo de decisiones. “Con la súper es más difícil porque afectaría los índices de consumo y además caería la actividad de las Estaciones de Servicio”, señalan los dueños de estaciones de servicio.
Los estacioneros no tienen más que cobrar los precios fijados desde arriba aunque esto está impactando en una caída de las ventas, especialmente de las naftas Premium.  

Los valores de los combustibles están aumentando en todo el mundo: alrededor del 6,1 por ciento en promedio, en los últimos tres meses. Detrás de esa suba, hay una amplia gama de variaciones de precios experimentadas de manera diferente por cada nación. La prestigiosa agencia económica Bloomberg clasificó 61 países por tres medidas económicas para ver cuál tiene los precios más accesibles y a cuáles le cuesta más llenar el tanque de acuerdo a los salarios.
Respecto a los precios, el informe ubica a la Argentina en el puesto número 27, entre Venezuela, el más barato del escenario mundial (0.01 pesos) y Hong Kong (41.96). No obstante, en accesibilidad, nuestro país se posiciona entre los menos beneficiados (45º lugar), ya que los consumidores necesitan 3.48 por ciento de los salarios de un día para pagar un litro de nafta.
Tomando en cuenta esta relación, un chileno requiere del 2.77 por ciento de su sueldo; un brasileño, 4.62; un estadounidense, 0.46; un canadiense, 0.89; un español, 1.75; un italiano, 1.96 y un nigeriano, 8.71 por ciento.
En cuanto al volumen gastado por año, el conductor promedio argentino utiliza 171.82 litros anuales, ubicándose en el puesto 40. En este contexto, la diferencia con Estados Unidos resulta notable ya que en ese país el promedio es de 1624 litros y en Canadá, 1217.
El informe de Bloomberg destaca finalmente las medidas del Gobierno para poner fin a controles estrictos sobre los precios de la energía, “concluyendo con 15 años de intervención destinados a proteger a los conductores de los cambios de precios y a su vez, desalentar el desarrollo de los recursos de petróleo y gas”.

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