Martín Cortés y la música como secreto de la eterna juventud

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Del pelo largo, las noches interminables, la música, las luces, al trabajo de oficina. En su escritorio,  atesora fotos de su familia, libros, una computadora, papeles, y algunos CDs. Martín Cortés a lo largo de la entrevista mira hacia un costado y hacia arriba, como trayendo a ese lugar momentos, anécdotas. Piensa, se interrumpe, se ríe, se emociona. La Fiesta Reencuentro sirvió para remover aquello que lo cotidiano, la rutina y las obligaciones, en definitiva el paso del tiempo, convirtieron en recuerdo. La música, las salidas, la ropa, los pasitos en la pista, los peinados, las hombreras, el jeans nevado, los bares de la época, los boliches, la Estudiantina en la calle Corrientes, el viaje de egresados, la música grabada en un cassette pedido en la radio.
DJ desde los 14 años, hoy tiene 40. El mentor del Sábado Boys en la ciudad, volvió por esos chicos y los reencontró en dos noches en la que todos volvieron – volvimos – a ser adolescentes.


 “Hay muchos grupos temáticos de la época, pero lo  que pasó con este grupo de esta época fue muy fuerte, y yo creo que es porque nosotros somos así. Ésta generación está potenciada porque vivió la última parte de la no tecnología, vivimos la parte del pedir arreglo, de sacar a bailar a la chica, vivimos la parte de que para establecer una conexión con alguien que nos gustaba teníamos que llamar a la casa, y nos atendía el papá, se complicaba, bailar lentos, había que ir a la casa a tomar tereré, vivimos esa parte hermosa de cosas tan simples pero tan lindas”, cuenta en una entrevista con Economis. Martín repasa su carrera, habla de la noche en Posadas, por qué dejó de ser DJ, cómo nace la Fiesta Reencuentro y la próxima fecha.
“Hubo un tiempo en el que abandoné la música porque en el 2011 decido casarme, estaba un poco cansado de la noche, cansa mucho, sobre todo si uno trabaja todos los fines de semana. Olvídate de la caminata el domingo a la mañana, de preparar el asado con la familia, eso nunca hubo, a eso súmale que hice radio 16 años seguidos, y seis temporadas de la TV Te Llama. Pero cuando decido casarme y formar mi familia, tengo una propuesta de parte de mi suegro, dueño de Fontana Neumáticos, la cual en un principio no me pareció muy acorde a mí por el rubro. En un principio no solo que me negué sino que me parecía descabellada la idea de yo ir a golpear puertas para ofrecer neumáticos a los empresarios transportistas, porque de hecho cuando abrimos este local por calle Junín yo era el vendedor de calle”.
Idas y vueltas, y algunos negocios frustrados lo llevaron a aceptar finalmente la propuesta y sumarse al negocio familiar.

¿De dónde nace la idea de ser Dj?
En mi infancia fui muy influenciado por la música que escuchaba con mis primos. Me hice fan de la música, me crié escuchando a Queen, Pink Floyd Charly, Soda Stereo, y llegando al final de la escuela primaria, empezamos a organizar con mis amigos las fiestas, a preparar las luces con latas de leche Nido, el papel celofán, comprábamos las pelotas de fútbol y pegábamos los espejitos para hacer las bochas de espejos… poníamos música con cassettes, grabábamos de la radio… después de eso entré al Liceo Storni (se ríe), por influencia de mis padres, pero duré seis meses y me fui a la Comercio 6. Estando en segundo año con Alfredo Gottschalk y “Caño” Sosa empezamos a comprar vinilos, discos y nos juntábamos los días que podíamos a practicar.

¿Tu primera fiesta profesional cuál fue?
Fue un cumpleaños de 15. También fue un fracaso. Pero fue la primera vez que nos pagaron. Terminamos poniendo plata nosotros para alquilar todos los equipos y para pagar los daños que hubo. Los ventiladores succionaron los cables que pasaban por arriba, al tercer tema de la noche. Imagínate la chica hasta las 4:30 de la mañana estuvo sin música y todo apagado, un desastre. Y la primera fecha, en la que nuestros nombres aparecieron en un afiche, fue en un viernes de Power por calle Bolívar, fiesta organizada por Flavio (Bogado). Yo cuando estaba en segundo año, Flavio abre su disquería The Box, frente al correo por Ayacucho. Prácticamente yo vivía en The Box, iba al colegio, a educación física y de regreso me quedaba ahí. Llegaba antes que el que abría, que era Marito Alcaraz en esa época, él atendía. Todo el tiempo estaba ahí escuchando los discos, y después Marito se fue y yo conocía más la música que el chico que atendía. Y a Flavio le llamó la atención ese chico que no salía más de ahí, que cebaba mate, y él me dice estaba buscando Djs adolescentes para hacer unos boys. En Posadas habían boys los domingos. Hasta que una fiesta temática del colegio Roque González me llevó definitivamente a las pistas.

Recuerda, en medio de la entrevista, lo que Flavio Bogado significó para su carrera, no sólo desde lo profesional, sino en la manera en la que trabajó su personalidad frente al público o frente a un micrófono. En el año ‘94 piensa y pone en la noche posadeña los Sábados Boys y fue un “boom”. Para esas fiestas dibujó él mismo el logo de las tarjetas. En el primer boys de Power fueron 400 personas y en el segundo 800 y desde ese momento continuó por años, se convirtió en un clásico desde el año ’94 hasta el 2000.
¿Qué es lo más difícil de la noche?
Lo que más cansa es la monotonía, al menos para mí. Por eso después me termino volcando a la música electrónica. Hacer siempre la misma música es como que a uno lo cansa, y en la música comercial, se repite mucho durante la noche, entonces al haber perdido el arte de la mezcla, fui perdiendo lo otro. Y la música electrónica te da esa posibilidad, tenemos varias ramas dentro de la música electrónica, y en los últimos años esa música me sacaba de la monotonía y es donde me podía explayar artísticamente. En la música comercial, la gente quiere escuchar los temas que conoce, y en la música electrónica la gente quiere sorprenderse y escuchar cosas que no conoce. Cansan las horas, la cantidad de horas y la noche está hecha para descansar, y tantos años de tantas horas sin descansar de noche, es agotador, y el cuerpo te pasa factura. Y el alcohol mismo te destruye, te agota, aporta a que uno se canse más.
En estos años detrás de un escritorio, Martín Cortés logró amalgamar su pasión por la música con el nuevo desafío de vender, y trabajar desde la oficina, y diseñó CDs con música con clásicos y en la portada con la publicidad del local. “Era para que el día no se me haga tan pesado”.
¿Cómo ves la noche?
Yo creo que estas normativas lograron reducir los episodios de violencia, como el Código de Nocturnidad, Alcohol Cero, estamos viviendo una noche mucho más tranquila, y eso es positivo, me parece que nos cuida. Ahora, si nos remontamos a los Sábados Boys, eran muy sanos, entraban a bailar a las 8 de la noche y era a bailar. Creo que los cambios entre una juventud y la otra pasan por la tecnología. Me parece que la tecnología influyó mucho en los cambios que se dieron, principalmente por la ansiedad, los chicos están pendientes de la selfie, del Whats App, del Wi Fi. Antes para ver una mujer desnuda, tenías que ser mayor, ir a la revistería, y hoy por hoy los chicos ven cualquier cosa. Entonces así como nos trajo la tecnología cosas muy importantes, también se descontroló lo negativo.
Cuenta, que en estos últimos años como vendedor de calle, conoció el ida y vuelta con la gente que por mucho tiempo no tuvo porque era él, el que daba música, era él el que hablaba por radio, o por televisión, y en la calle, comenzó a escuchar y a conocer a quienes bailaron con su música o prendían la radio para escuchar su programa.
“En la calle, yo iba a cargar nafta y el playero me decía, Martín yo fui tu tarjetero. Me iba a comprar caños para una obra, y la chica que me atendía me decía, vos no me conocés a mí, pero vos no sabés lo que sos vos para mí, yo di mi primer beso en el boliche en tu boy. Yo la primera vez que salí a un boliche, fue con vos, con tu música y esto se empezó a repetir”. Así nace la idea de la Fiesta Reencuentro.

Es algo muy emocional, y nos transporta a la mejor época de nuestras vidas, que es la adolescencia


¿Con eso que te decía la gente comenzó la idea de volver?
La gente me decía, yo ya no salgo porque no hay lugares, y ahí empieza en mi cabeza a gestarse una idea de, en algún momento poder juntar a toda esta gente de esa generación, con la música de esa época.
Con su amigo Tato Piatti, comienzan a darle forma a la idea pero sin concretar fecha. Empezaron por el logo de la Fiesta Reencuentro. La intención fue que en el inconsciente de la gente, apareciera lo que en su momento había hecho MTV, en los ’90.  “Y si ese logo aparecía con la foto de los colegios, de las chicas, de la Estudiantina, si va acompañado por la tapa del disco de Fito Páez que comprábamos el CD, es algo muy emocional, y nos transporta a la mejor época de nuestras vidas, que es la adolescencia”, dice.

El logo de la Reencuentro esperó cuatro años, guardada en algún cajón, para saltar a la popularidad

“En los ’90 estaba muy de moda la música alternativa, Alanis Morriseette, Cranberries, Coolio y preparé ese estilo, para una fiesta que me habían propuesto los chicos de “Vara y Agua” que tocaron en la primera Reencuentro. Era una fiesta para 200 personas. Cuando estaba haciendo la previa, la pista era una fiesta, y estaban todos bailando, y vos veías a los rockeros que bailaban y estaban emocionados, y en el medio de esa fiesta me decido y le digo a un amigo, hago la Fiesta Reencuentro acá en Der Tanz, pero era para 200 personas máximo”.
“En redes sociales comenzó la promoción con el logo de la Fiesta Reencuentro y la frase, La música que marcó tu vida. Y explotó”, se ríe.
“Hay muchos grupos temáticos de la época, pero lo  que pasó con este grupo de esta época fue muy fuerte, y yo creo que es porque nosotros somos así. Ésta generación está potenciada porque vivió la última parte de la no tecnología, vivimos la parte del pedir arreglo, de sacar a bailar a la chica, vivimos la parte de que para establecer una conexión con alguien que nos gustaba teníamos que llamar a la casa, y nos atendía el papá, se complicaba, bailar lentos, había que ir a la casa a tomar tereré, vivimos esa parte hermosa de cosas tan simples pero tan lindas”.

No quiero que la fiesta sea algo comercial, sino algo emocional

Lo que se comparte hoy en el grupo es fantástico
Vos ponés una foto de la Esso, tomando una Coca, el Parque Paraguayo y explota, porque es emocional, porque nos lleva a la época más linda. El otro día miraba una entrevista que le hicieron al neurólogo Facundo Manes sobre la felicidad, y él contaba que se hizo un estudio sobre el tema, y se llegó a la conclusión que lo que nos hace felices no es el dinero ni la fama, sino los vínculos, el tener amigos, sentirnos queridos y retribuidos por lo que damos, y yo creo que esta fiesta y este grupo Reencuentro tiene eso.
¿Vuelve la fiesta?
Estoy en un dilema, porque me encantaría poner ya la fecha el 22 de septiembre para la Primavera, ya se me ocurre que volvemos todos a ser estudiantes. Pero no quiero quemarla a la fiesta, no quiero que se pierdan estas ansias por esperarla. Y a fin de año, todos tenemos nuestros hijos, vienen los gastos de fin de año, los regalos, no sé, no quiero que la fiesta sea algo comercial, sino algo emocional. No sé, lo estoy pensando.

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2 thoughts on “Martín Cortés y la música como secreto de la eterna juventud

  1. Excelente nota y comparto totalmente lo dicho “Pero no quiero quemarla a la fiesta, no quiero que se pierdan estas ansias por esperarla.” Opino a que debe ser mas espaciada así de esa manera juntamos más ganas más entusiasmo, no se es lo que me parece.

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