Libres de verdad

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La actividad y el ser proactivos es muy importante para un hijo de Dios. Muchas veces no somos malas personas, pero no hacemos todo lo bueno que podríamos hacer. Debemos rendir nuestra voluntad a Dios con la elección activa de hacer su voluntad. La batalla espiritual no la ganan los pasivos, la ganan los activos, los que accionan, buscando de Dios, sirviéndolo con alegría y excelencia. Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios. 

Cuando profetizó Isaías pasaron 4 reyes que marcaron la historia del pueblo de Dios y sus actitudes y sus pecados prepararon la cautividad, o sea la esclavitud que padeció todo Israel. Entonces esto debería ser de advertencia para nosotros, porque como aquellos reyes no es que somos tan malos, pero sucede que hay algunas cosas que preparan la esclavitud espiritual y deberíamos tener mucho cuidado.

Crónicas 27:1-6. Jotam preparó sus caminos delante del Señor. No cayó en la misma trampa de soberbia que su padre. Deberíamos analizar el comportamiento de nuestros padres, no para juzgarlos sino para aprender de sus aciertos y sus errores. Esto nos hará mucho más sabios. Uno de los pecados de Jotam fue la pasividad, que es la condición esencial para que el enemigo influya y utilice a un creyente. El trabajo espiritual solo un verdadero cristiano lo puede hacer y lo puede entender.  Santiago 4:17 (RV.60)

LA PALABRA “PASIVIDAD” ES LO OPUESTO A LA ACTIVIDAD

La palabra “pasividad” describe la condición opuesta a la actividad; y en la experiencia del cristiano significa brevemente, pérdida del autocontrol, en el sentido de que la persona misma controle cada una de las áreas de su persona. 

El cristiano pierde la iniciativa para hacer algo a favor del Reino de Dios. Una de las acciones fundamentales de los demonios en la vida de un cristiano es debilitar la voluntad. Y es allí donde empieza la nefasta tarea. Todo el peligro de la “pasividad” en el creyente está en la tremenda ventaja que le da a los poderes de la oscuridad.

La “pasividad” es meramente inactividad u ociosidad. Y “la ociosidad es taller de satanás” En la inactividad los espíritus inmundos han tomado control, la persona pasiva es incapaz de actuar por propia voluntad. No tiene la voluntad de adorar a Dios, ni de hablar con Él, no tiene la voluntad de accionar a favor del reino, así se convierte en presa fácil de los demonios. Dada la rendición de la voluntad a Dios, con la elección activa de hacer su voluntad como le pueda ser revelada, Dios requiere cooperación con su Espíritu, y el uso total de cada una de las facultades del hombre. 

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PASIVIDAD DE LA MENTE: Es por esto que el poner “la mente en blanco” como hace la meditación es algo diabólico. Tenemos que tener cuidado. Dice Dios en su Palabra: Santiago 4:7 

PASIVIDAD DEL CUERPO: es terrible, es por ello que no solo debemos creer en Jesús sino también recibirle (Juan 1:12), y no solo cantar con inteligencia, (Salmo 47:7), sino también batir palmas al Señor, (salmo 47:1), y no solo batir palmas, sino también alabar con danzas al Señor (Salmo 150:4)


SERVIR A DIOS ES FUNDAMENTAL.

Debemos servir a Dios: Con humildad(Filipenses. 2:3)Con alegría. (Salmos 100:2)Con gratitud(Hebreos 12:28), Para el Señor y de corazón(Colosenses. 3:23)En santidad. (Salmos 101:6) y CON EXCELENCIA.  (Jeremías 48:10 ).

En la Biblia se condena a los pasivos. El cristianismo es activo, por ello el falso deleite de la pasividad es la gran trampa de Satanás. La pasividad mata, es como un veneno espiritual que nos excluye de SER SIERVOS VERDADEROS. 

Mateo 25:16-18. La parábola de los talentos es una condena abierta a la pasividad. Este capítulo 25 es reiterativo en la idea de la condena de la pasividad, es el gran capítulo de la condena del pecado de omisión, del pasar de largo sin compromiso, de 

vivir sin solidaridad y esto es falsamente placentero. Ser pasivo es uno de los pecados más sutiles que usa satanás para enredarnos en sus trampas. Es, simplemente, no ser cristiano en la práctica. 

La parábola de los talentos de Mateo 25 tiene como contexto anterior la parábola de las diez doncellas vírgenes. O sea, la parábola de insensatez por el descuido, la falta de permanecer vigilantes, la despreocupación, la pasividad. Esa pasividad de 

las doncellas o vírgenes insensatas, esa pasividad placentera, el falso deleite de la pasividad, conduce a la muerte, a la exclusión de la presencia de Dios, a las tinieblas de afuera, como dice el lenguaje bíblico y, con un lenguaje apocalíptico aún más fuerte, “allí donde será el lloro y el crujir de dientes”. El reino de los pasivos. Los “siervos inútiles” en la Biblia, son los siervos pasivos. Dios destituye a los pasivos. 

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LA BATALLA ESPIRITUAL 

La batalla espiritual la ganan los activos o los violentos. Mateo 11: 12 (la Biblia de las Américas)

Dios no desea que toleremos la opresión; desea que la conquistemos. Él no nos ha llamado a la pasividad. Nos ha llamado a la guerra. Nos ha ungido con el poder de Su Espíritu Santo, y Jesús nos ha dado Su autoridad sobre toda fuerza de enemigo (Lucas 10:19). El Espíritu Santo desea que, al seguir a Cristo, también presentemos batalla al enemigo. 

Cuando David canta en el Salmo 18, demuestra que era primeramente un adorador de Dios. Él no perseguía a sus enemigos sin antes perseguir a Dios y su presencia. Pero cuando el Señor lo guiaba a la batalla, derrotaba a sus oponentes por completo. 

O perseguimos a nuestros enemigos o ellos nos perseguirán a nosotros. Debemos desarrollar una actitud como la de Cristo en contra de la maldad. Él vino a “deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8). (Salmo 97:10). De hecho, es esta actitud agresiva de corazón la que hace que crezcamos en madurez a la imagen de Cristo. 

Debemos ser agresivos en nuestras oraciones y acciones. Satanás atacará y contraatacará. Para ganar, en medio de todo, debemos guardar nuestros corazones y mentes ejerciendo la autoridad espiritual en forma agresiva.

2 Reyes 13: 18-19. Eliseo, el profeta, estaba por morir y Joas, el rey de Israel, en una muestra de afecto poco común, lloró sobre el hombre de Dios.  Más aun una prueba permanecía. Luego de prometerle al rey la victoria sobre Aram, Eliseo le dijo a Joas que tomara las flechas y “golpeara la tierra”, pero Joas golpeó en tierra solo tres veces y se detuvo. Aquí el profeta se enojó con él y le dijo, “Al dar cinco o seis golpes, habrías derrotado a Siria hasta no quedar ninguno, pero ahora solo tres veces derrotarás a Siria” .

¡Deje de lado toda PASIVIDAD! Sirva a Dios de manera activa y con pasión, de esta manera su victoria estará asegurada. Que tengan una semana de bendición y completa victoria! 

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