Hablemos del Dólar (Otra vez)

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Escriben Guillermo Knass y Martín Leiva Varela, ECONEA, para Economis. Desde principios de julio la divisa norteamericana se está transformando nuevamente en motivo de histeria colectiva en nuestro país, ya que está superando sus máximos históricos. Por momentos más lentamente y por otros, de forma más acelerada, pero esta tendencia no parece detenerse.

Mala señal sobre la situación del país si el precio del dólar genera tanto revuelo, sobre todo si, como en la mayoría de las variables del sector financiero, se presta a las profecías autocumplidas: si creo que va a subir el precio, salimos todos corriendo a comprarlo antes de que suba y este incremento de demanda es lo que termina generando la suba.

¿Cuánto debería estar?

Decir cuanto tiene que valer el dólar es una pregunta compleja. Al haber distintas actividades productivas es distinto también el valor del dólar que le sirve a cada una de ellas, por ejemplo:

Los comerciantes de nuestra provincia necesitarían un dólar más alto para tener mayor competitividad con respecto a Brasil y Paraguay. Ver la cola del puente Posadas-Encarnación es una señal de que el dólar está muy barato.

Por otro lado, a los grandes productores agropecuarios del centro del país, un dólar más alto les generaría más ingresos en pesos por la exportación de trigo, soja, maíz etc. Pero este sector ya fue compensado con la disminución y quita de retenciones, que tiene el mismo efecto que una devaluación.

En cambio, como es un sector que importa insumos y maquinarias, estos son más baratos al estar el dólar bajo.

Además, si bien la inflación descendió todavía es alta y esto hace que el precio del dólar deba moverse continuamente ya que la primera regla en la que hay un consenso generalizado es que mínimamente el tipo de cambio debe acompañar a la inflación.

El gráfico muestra el índice de evolución de precios y de evolución del tipo de cambio desde que comenzó la actual gestión presidencial. Como se observa, el diferencial entre devaluación e inflación que se logró durante los primeros meses de la gestión de Macri, más específicamente cuando se liberó el cepo cambiario, se fue perdiendo gradualmente hasta que entre abril y mayo de este año, la inflación acumulada igualó a la devaluación acumulada lo que otra vez nos pone en el atraso cambiario.

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Otra pauta importante es ver el respaldo de las reservas del Banco Central de la República Argentina.

A fecha de hoy, el tipo de cambio de conversión es de $ 17,23 (surge de dividir la cantidad de pesos por las reservas declaradas en el BCRA) por lo que nos da la pauta que se va acomodando a su valor de referencia.

En este caso vemos que centavos más, centavos menos, el dólar se ajusta al respaldo de las reservas. Pero el BCRA no es solo Reservas, y esta situación puede cambiar drásticamente en muy poco tiempo; sobre todo con el volumen de LEBACS que está manejando el Central que ya supera a la cantidad de dinero en circulación.

Ahora bien, el que consideramos el precio del dólar viable es el que permita que se desarrolle la actividad económica no solo del centro, sino de todo el país.

No es tan sencillo precisar un valor, pero es seguro que es mucho más alto que el actual. Un indicador de un buen tipo de cambio es que la cola para cruzar a Encarnación desaparezca o al menos disminuya a una longitud razonable de gente que va a buscar algo específico que no se encuentre de este lado de la frontera.

Pero no podemos tampoco pretender que el tipo de cambio de todo el país se ajuste a la realidad de Misiones. Nuestra realidad quizás es más grave por ser zona de frontera, pero no va a contramano del resto del país por los siguientes motivos: el desfasaje que tenemos con Paraguay también lo tiene el centro del país con Chile y cualquier destino de compras de los argentinos en el exterior como Miami para los más privilegiados.

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Además, sabemos que la economía está estancada o que es muy reciente la pequeña recuperación. A pesar de esto, la balanza comercial muestra un déficit en los primeros cinco meses del año de más de 1.800 millones de dólares (el año pasado el mismo periodo arrojó un superávit superior a los 500 millones de dólares). Si la economía se recupera, lo primero que sube son las importaciones, mientras que las exportaciones no dependen de nuestra recuperación, esto quiere decir que el déficit comercial se agravaría más todavía, lo que terminaría, si no se devalúa, en pérdida de reservas o mayor endeudamiento: Cualquiera de los dos significan crisis nuevamente.

¿Entonces?

El Gobierno dice que el valor del dólar lo fija el mercado, o sea demanda y oferta de dólares. Este tipo de cambio libre es el más generalizado en el mundo y el más recomendable para que el precio del dólar se ajuste a la realidad del país. Hasta ahí vamos bien, pero el problema es que en el lado de la oferta el Gobierno está poniendo dólares ingresados por el endeudamiento externo y esto es lo que lo mantiene bajo, pero el problema crece. La oferta de dólares debería ser mayoritariamente de las exportaciones y de la inversión extranjera y ahí dejar que el mercado decida el precio. Cuando se suman dólares de deuda externa, el precio se distorsiona totalmente, queda más barato de lo que debería por exceso de oferta generando los problemas de atraso cambiario para después quedar más caro de lo que debería cuando se termine el financiamiento externo y haya que pagar la deuda.

Si el dólar lo fijaran las exportaciones y las importaciones (mercado) hoy el precio sería muy distinto.

 

 

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