El poder de la Santa Cena

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El jueves Santo Jesús comparte la última cena con sus discípulos y la establece como un mandato para observar durante toda nuestra vida. Debemos tomar la Santa Cena con el propósito por el cual fue instituida y meditar en donde radica su poder. En el Centro Familiar Cristiano siempre tuvimos una convicción: la Cena del Señor trae bendición, fe, milagros, reconciliación, victoria y es un mandato, por lo tanto, no se usa para castigar a nadie privándolo de hacerlo. Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios.
Estos son todos los días de Semana Santa:
Domingo de Ramos. Entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén.
Lunes Santo. Unción de Jesús en casa de Lázaro. Jesús expulsa a los mercaderes del Templo de Jerusalén.
Martes Santo. Jesús anticipa a sus discípulos la traición de Judas y las negaciones de Pedro. Miércoles Santo. Judas Iscariote conspira con el Sanedrín para traicionar a Jesús por treinta monedas de plata.
Jueves Santo. Lavatorio de los pies. La Última Cena. Oración de Jesús en el huerto de Getsemaní. Arresto de Jesús.
Viernes Santo. Prisión de Jesús. Los interrogatorios de Caifás y Pilato. La flagelación. La coronación de espinas. Crucifixión y Muerte de Jesús. Sepultura de Jesús.
Sábado Santo o Sábado de Gloria. Vigilia Pascual o Víspera de Pascua.
Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua. Pascua.
El jueves Santo Jesús comparte la última cena con sus discípulos y la establece como un mandato para observar durante toda nuestra vida. Debemos tomar la Santa Cena con el propósito por el cual fue instituida y meditar en donde radica su poder. En el Centro Familiar Cristiano siempre tuvimos una convicción: La Cena del Señor trae bendición, fe, milagros, reconciliación, victoria y es un mandato, por lo tanto, no se usa para castigar a nadie privándolo de hacerlo.
Para que la Santa Cena sea de bendición y no de castigo debemos observar algunas buenas actitudes.
1 Corintios 11:23-34. ¿Cuál es la actitud correcta que el cristiano debe tener hacia la Santa Cena?
1. EL PODER ESTA EN LA MUERTE DE JESUS
Es bueno volver para atrás para algo positivo. El recuerdo debe ser para solucionar algún trauma del pasado o para afirmar una verdad positiva. Sin embargo, debemos prestar atención en cuanto a esto ya que los demonios tienen como estrategia: hacernos recordar lo que debemos olvidar y hacernos olvidar lo que siempre deberíamos recordar.
Por ejemplo, nos hacen olvidar las consecuencias de nuestros pecados, nos hacen olvidar las enseñanzas extraordinarias de Dios en su Palabra. Trabajan para que olvidemos todo lo que Dios nos ha dicho, quieren que olvidemos lo que nos ha sido revelado para que perdamos el rumbo. Además, nos hacen recordar cosas tristes de la vida para que entremos en depresión y angustia. Pero podemos recordar voluntariamente el pasado doloroso, para sanarlo y ponerlo en las manos de Dios, considerando que ese evento es como una puerta que el maligno utilizó para comenzar a oprimir nuestra mente con negatividad.
Dios quiere que recordemos en acto voluntario volviendo con los ojos del espíritu al monte Calvario, para agradecer por ese sacrificio y declarar que Cristo nos ha dado la victoria y exclamar con fe que la maldición del pecado se ha roto en nuestra vida. También quiere que hagamos memoria de todo lo sobrenatural que rodeó la vida de Jesucristo nuestro salvador, desde las profecías que anunciaban su venida, para que sepamos que Él siempre cumple lo que se propone y que lo que promete siempre lo cumple. Quiere que recordemos sus dichos, sus hechos y todo evento de su vida.
El diablo no quiere que recuerdes los eventos sobrenaturales que rodearon el nacimiento de Jesús. Quiere que olvides su maravilloso ministerio sobrenatural y sobre todo que olvides su muerte y resurrección. Es por ello que algunos cristianos piensan en el Señor como derrotado y lo adoran como si Cristo estuviera muerto.
Por eso el mandamiento de la Santa Cena. En la Santa Cena Jesús quiere que recordemos su muerte. ¿Por qué? Porque todo lo que tenemos como cristianos se centra en la muerte de Cristo.La narración de su vida o sus enseñanzas nos aumentan la fe. Pero la salvación del pecador está en la muerte de Cristo y cuando volvemos al calvario a través de la Santa Cena hay un grito de victoria en nuestro espíritu afirmando nuestra posición eterna en Cristo.
1 Pedro 2:24-25. Por eso debemos recordar el por qué de su muerte: ÉL murió por nuestros pecados, ÉL fue nuestro substituto. ÉL pagó la deuda que nosotros no podíamos pagar.
2. HAY UN FUTURO DE GLORIA
1 Corintios 11:26. Celebraremos la Cena de Señor “hasta que Él venga”. El regreso de Jesucristo es la bendita esperanza de la iglesia cristiana. Jesús no sólo murió por nosotros, sino que también resucitó y ascendió al cielo, y un día volverá a llevarnos al cielo.
1 Juan 3:2-3. Hoy en día, no somos todo lo que deberíamos ser, pero cuando lo veamos a Él, “vamos a ser como Él”.
3. NOS HACE MEDITAR EN NUESTRO INTERIOR
1 Corintios 11:27-32. El apóstol Pablo no se refiere a que debemos ser dignos de participar de la Santa Cena. Dice que debemos participar de una manera digna.
Si hemos de participar de una manera digna, debemos examinar nuestro corazón; juzgarlo y confesarlo al Señor. Llegar a la mesa de la Santa Cena sin confesar nuestros pecados, es hacernos culpables de la muerte de Cristo, de su cuerpo y de su sangre. Fue por nuestros pecados que Cristo fue clavado en una cruz, y acercarnos a él sucios, mal olientes a pecado, es participar de los que lo crucificaron y echar sobre ÉL más peso y culpa por el pecado.
Proverbios 28:13-14. En cambio, si confesamos nuestros pecados y nos arrepentimos, apartándonos de los pecados, participamos de Cristo y de la salvación. Confesando y juzgando nuestros pecados con la sangre de Cristo.
4. EL PODER DE LA SANTA CENA ESTA EN EL EQUIPO
1º Corintios 11:29 y 33. Debemos mirar alrededor no para criticar a otros creyentes sino para discernir el cuerpo de Cristo. Quizás este discernir tiene dos significados. El cuerpo representado en el pan, o también el cuerpo representado en la iglesia.
La Santa Cena debe ser una demostración de la unidad de la iglesia. Es el propósito de Dios que todos seamos una sola familia. Y en la familia de Dios, debemos amarnos los unos a los otros. Es imposible amar a Dios y no amar a quien Jesucristo dio su sangre por él.
El tiempo de la Santa Cena, si bien es cierto es para confesar nuestros pecados y ponernos a cuentas con Dios y con los hermanos; no debe ser un tiempo para indagar los pecados del prójimo, no debemos hacer una “autopsia espiritual” viendo quien es digno de tomarla. Más bien debe ser un tiempo de “dar gracias” – Jesucristo lo hizo así “habiendo dado gracias” aun cuando él sabía que en poco tiempo más iba a sufrir el castigo por el pecado de todos nosotros.
– “El trabajo en equipo es la capacidad de trabajar juntos hacia una visión común. La capacidad de dirigir los logros individuales hacia los objetivos de la organización. Es el combustible que permite que la gente normal logre resultados extraordinarios”. Andrew Carnegie.
– “El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos”. Michael Jordan.
– “Si todo el mundo está avanzando junto, entonces el éxito se encarga de sí mismo”. Henry Ford.
– “Juntarse es el principio, mantenerse juntos el progreso, trabajar en equipo es el éxito”. Henry Ford.
– “Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros” Ken Blanchard, escritor y experto en liderazgo.
La Iglesia tiene el poder de revolucionar una generación cuando nos unimos todos en contra del contrincante y pateamos todos hacia un mismo arco, e independientemente de quién hace el gol todos lo festejamos, porque el triunfo no es solo del equipo sino del Reino de Dios.
Que Dios te bendiga y pases unas felices pascuas de resurrección, hay victoria en el nombre poderoso de Jesús!
 

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