Día Mundial contra la hepatitis: la importancia de prevenir

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Cada 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra la hepatitis, con el fin de promover la educación sobre esta enfermedad.  Asimismo, es una oportunidad para analizar y reconocer el problema de salud pública que representan las hepatitis virales y para el fortalecimiento de las medidas de prevención y control en todos los países del mundo.[1]
 
La hepatitis es una inflamación del hígado causada principalmente por los virus de la hepatitis o por otras infecciones, por sustancias tóxicas (por ejemplo, el alcohol o determinadas drogas) o enfermedades autoinmunes.[2]   La enfermedad puede presentarse con o sin síntomas. Los más frecuentes son, por ejemplo, coloración amarillenta en la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, fatiga extrema, náuseas, vómitos y dolor abdominal. [3]
 
Existen dos complicaciones que son las más temidas en niños o adultos con hepatitis. Una es la hepatitis fulminante  que puede ocurrir en las producidas por el virus A; y la otra es la hepatitis crónica que puede ocurrir en las producidas por los virus B y C y son las que predisponen a la cirrosis y al cáncer de hígado. En la Argentina, previo a la incorporación al calendario de la vacuna contra la hepatitis A, se documentó que la primera causa de insuficiencia hepática fulminante se debía al virus de hepatitis A y que por lo tanto, el virus era la primera causa de trasplante hepático en pediatría. La incorporación de las vacunas al Calendario Nacional de Vacunación, permitió disminuir significativamente los casos de esta enfermedad, así como evitar los trasplantes de hígado asociados al virus A. Por eso, es importante mantener las coberturas de vacunación”, expresó el Dr. Roberto Debbag, Miembro del Consejo Científico de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE).
 
Al día de hoy, existen cinco tipos de virus de hepatitis identificados: A, B, C, D y E. Todos ellos son causa de enfermedad, discapacidad crónica, muerte, brotes y una propagación epidémica potencial.[4] Entre los distintos tipos de hepatitis, la A y la E suelen ser causadas por la ingesta de agua o alimentos contaminados. La B, C y D se transmiten por el contacto con sangre y fluidos corporales infectados con el virus. Las formas de trasmisión más comunes son la transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, procedimientos médicos en los cuales se utiliza un equipo contaminado y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión de la madre al recién nacido y el contacto sexual no protegido.[5]
 
En nuestro país, tanto la vacuna contra la hepatitis A como contra la hepatitis B se encuentran en el Calendario Nacional de Vacunación. En la Argentina, la hepatitis A llegó a constituir el 90% de las hepatitis agudas que afectaban a los niños. Desde 2007 no han tenido que realizarse más trasplantes de hígado como consecuencia de la enfermedad, resultado de la inclusión de la vacuna en el calendario en 2005.[6]
 
La vacunación es también la mejor manera de reducir el riesgo de infectarse por hepatitis B. Desde el año 2003 la vacunación contra hepatitis B es obligatoria para niños y niñas de 11 años que no recibieron la vacuna al momento de nacer ni a los 2, 4 y 6 meses de vida. Desde 2012  tiene recomendación universal, es decir, para toda la población. [7]
 
En mayo de 2016, la Asamblea Mundial de la Salud refrendó la Estrategia mundial del sector de la salud contra las hepatitis víricas, 2016-2021, en la que se hace un llamado a la eliminación de las hepatitis víricas como amenaza de salud pública de aquí a 2030 (reduciendo las nuevas infecciones en un 90% y la mortalidad en un 65%).[8] La meta para 2030 es reducir los casos de infección de los 6 a 10 millones en 2016 a menos de 1 millón y reducir los 1.4 millones de muertes a menos de 500.000. La mortalidad por infección aguda y por cáncer hepático y cirrosis asociados a las hepatitis, es comparable con la del VIH y la tuberculosis.[9]
 
En relación a la hepatitis B, Sanofi Pasteur cuenta con una Planta en Argentina que produce ese antígeno a granel para su vacuna pediátrica hexavalente, el cual es 100% exportado hacia Francia para la combinación con otros cinco antígenos, el posterior llenado y el empaque. Una vez obtenido el producto final, la vacuna hexavalente (que protege contra hepatitis B, difteria, tétanos, pertussis, Haemophilus influenzae tipo b y poliomielitis), es distribuida a varios países del mundo, incluida la Argentina.
 
Acerca de Sanofi y Sanofi Pasteur
Sanofi, líder mundial de la industria farmacéutica, es una empresa dedicada al descubrimiento, desarrollo y distribución de soluciones terapéuticas orientadas a las necesidades de los pacientes. Sanofi tiene fortalezas claras en el campo de la salud organizada en cinco unidades de negocio: Diabetes y Cardiovascular, General Medicines y Mercados Emergentes, Sanofi Genzyme, Sanofi Pasteur y Consumer Health Care. Sanofi cotiza en la bolsa de París (EURONEXT: SAN) y en la de Nueva York (NYSE: SNY).
Sanofi Pasteur, la división de vacunas de Sanofi, provee más de 1.000 millones de dosis de vacunas cada año, haciendo posible la inmunización de más de 500 millones de personas alrededor del mundo. Líder mundial en la industria de las vacunas, Sanofi Pasteur tiene un portafolio de vacunas de alta calidad que ponen de manifiesto su experiencia dando respuesta a la demanda de salud pública. El legado de la compañía, crear vacunas que protegen la vida, data de más de un siglo. Sanofi Pasteur es la empresa más grande dedicada específicamente a las vacunas. Todos los días, la compañía invierte más de 1 millón de Euros en Investigación y Desarrollo. Para más información consultar la web: www.sanofipasteur.com
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