Arsat, aclaraciones que oscurecen

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El ilegal acuerdo de transferencia del 51 % de ARSAT, realizado en el marco del secretismo absoluto incompatible con la transparencia que debe primar en los actos de gobierno, firmado el 29/06/2017, salió a la luz a partir de una notable denuncia pública realizada en el programa El Destape, el domingo 16/07/2017, en el Canal C5N. La venta viola una ley que exige que el tema sea debatido en el Congreso, y que solo podría aprobarse por mayoría especial.
El propio accionar de buscar la extranjerización de un conjunto de activos de enorme importancia estratégica y económica, a la par de lo que en esos aspectos significa, es otra afrenta más a la dignidad de Argentina, y un golpe muy fuerte al legítimo orgullo que los argentinos de bien sentimos ante los notables avances de nuestra ciencia y nuestra capacidad de gestión.
Claro está, que con la metodología del “si pasa, pasa” que es el modus operandi ya característico del actual gobierno de neoliberalismo recargado, son tantas y tan recurrentes las acciones dudosamente legales (o directamente ilegales) contrarias a los Intereses Nacionales, perpetradas sin solución de continuidad, que seguramente supusieron que las reacciones serían leves o tal vez inexistentes. Para eso cuentan con el blindaje mediático de los medios concentrados, y de los operadores en las sombras de escándalos prefabricados, con los cuales intentan tapar la sucesión de operatorias groseras e impresentables.
Claramente, un embrollo de operaciones impresentables tapa a otro: desde las cuentas en paraísos fiscales (que son para lavar dineros y eludir impuestos) que involucran al presidente y varios de sus allegados; las impresentables maniobras de autocondonación de deudas y paralela demanda por “perjuicio” en el “Correo gate”; las coimas de Odebrecht vinculadas a Arribas –allegado directo a Macri-; la operatoria de las aerolíneas de bajo costo y sus vinculaciones con Macair y altos funcionarios nacionales; el endeudamiento externo a ritmo galopante que se torna impagable; la operatoria de las LEBACs reeditando la perniciosa bicicleta financiera de los años ’90; los cargos inventados con altísimos sueldos para “la grasa militante” compuesta de parientes de altos funcionarios y “niños bien” de la oligarquía; el impresentable accionar del personero de Shell en Energía; etc.
Pero pese a los esfuerzos por evitar escándalos, la burda y entreguista operatoria del ARSAT, levantó mucha polvareda y una ola de críticas muy fuertes; ante lo cual el exministro de Comunicaciones, Oscar Aguad; y el propio presidente Macri, debieron salir a los apurones a intentar justificar lo injustificable,
 demostrando un grado de desconocimiento e improvisación impresentable.
Tiempo atrás, el yerno de Aguad e interventor en ARSAT, el abogado ¿¡especialista en tecnología satelital!? Rodrigo De Loredo, afirmó incluso con sorna, que ARSAT no se privatizará.
Cuando estalló el escándalo, el exministro del hoy disuelto Ministerio de Comunicaciones y hoy flamante Ministro de Defensa Oscar Aguad, salió presuroso a opinar, intentando tapar el sol con la mano, pues pese a las irrefutables evidencias de una ilegal maniobra de extranjerización del ARSAT a manos de una
empresa integrante del complejo industrial –militar de EEUU, de las frecuencias y de las valiosas órbitas geoestacionarias, afirmó que no se quiere privatizar. Con la misma “convicción” seguramente pudo afirmar que nunca tuvo entidad la causa judicial, por “el extravío” de 60 millones de dólares, cuando formó parte de la intervención federal en Corrientes, en aquel convulsionado año 1999. Es parte del supuesto “mejor gabinete de los últimos 50 años” (SIC).
Completando el minué de enredos y dichos indefendibles, el presidente Macri salió a avalar la pomposamente llamada “alianza estratégica”, que no deja de ser la venta totalmente injustificable de valiosísimos activos estratégicos y del manejo de bienes de muy alta tecnología.
Pretextar que no existen fondos para proseguir la serie de los exitosos satélites ARSAT, siendo que son muy rentables, no es más que una burda excusa de ultra privatistas liberales que se burlan abiertamente de valores esenciales de la argentinidad, como la Soberanía y la Dignidad Nacional (dijo conceptualmente
 Sturzenegger: “se van a olvidar del patriotismo”).
Después de haber provocado la hecatombe presupuestaria nacional, al anular de un plumazo y muy “graciosamente” las retenciones a las producciones agropecuarias (al “campo” oligárquico – sojero, básicamente), y a la minería (manejada por empresas extranjeras en su mayor parte; y con ello achicar brutalmente los ingresos genuinos presupuestarios, ahora buscan “economizar” a costa de la tecnología y la ciencia, de la educación pública, de la salud pública, de los jubilados y de otros sectores que empujan camino a la extinción, a la miseria o a insostenibles ahogos presupuestarios que tornen inviables o meramente “testimoniales” de hueco contenido, a todo ello.
¡Pero para alimentar la escandalosa fuga de divisas y la timba financiera, ahí sí encuentran recursos y justificativos!

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