Apagón con muchas incógnitas: Gobierno autista y ¿causas geopolíticas?

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Gigantesco apagón, que afectó a toda la Argentina Continental, a Uruguay, y parcialmente a Chile, Paraguay y una pequeña parte de Brasil.
No es insólito que a más de 6 días no haya ninguna explicación oficial acorde y bien fundamentada, pues el actual gobierno oligárquico y claramente autista adrede, nos tiene ya acostumbrados a la falta de explicaciones lógicas, cuando no a la ausencia total de ellas, ante los sucesivos descalabros generales que está perpetrando.
Pero la infantil explicación del Secretario de Energía (un ignorante en la materia), diciendo “no sabemos las causas, pero no se volverá a repetir” es un sincericidio explícito de la nulidad y desinterés total en la cosa pública, en la que se desenvuelve “el peor equipo de los últimos 200 años”.
El tema tiene varias vertientes desde las que puede ser analizado.
 Desde lo económico, la prácticamente absoluta falta de inversiones en infraestructura en general, y en particular en el muy sensible Sector Eléctrico, incluso posponiendo no solo obras necesarias sino incluso imprescindibles tareas de mantenimiento, lo que equivale a una crónica anunciada de problemas serios, los que se presentarían antes o después, y en ese contexto, nada garantiza que no se vuelvan a repetir.
De hecho, circulo rápidamente la versión, que sería de muy buenas fuentes, que sin otro justificativo que las “economías presupuestarias” se dilató la reparación de una o más torres de una de las líneas de extra alta tensión que conectan las grandes generadoras hidroeléctricas de La Mesopotamia (Yacyretá y Salto Grande), con el núcleo técnico del consumo, situado en General Rodríguez, cerca de la Capital Federal. Con ello, esa línea habría estado fuera de servicio, recargando el servicio en las pocas restantes en ese trayecto del Sistema Interconectado Nacional (el SIN, ahora redenominado SADI).
También trascendió que se cancelaron las imprescindibles actualizaciones del software (sistema operativo informático), existente para solucionar variaciones bruscas de tensión y otras anomalías que se suelen producir en los sistemas de transmisión, lo cual aparentemente habría terminado de desencadenar el apagón.
Adviértase que esas acentuadas carencias de inversiones necesarias,
agravadas por las cancelaciones definitivas –sin motivos valederos- de otras obras de infraestructura energética, incluso con financiaciones blandas aseguradas (como Atucha 3, las hidroeléctricas en el Río Santa Cruz y Chihuido 1), se produjeron en el marco del mayor endeudamiento externo que sufre Argentina en toda la historia. Endeudamiento íntegramente volcado a la timba financiera, a afrontar los serios déficits comerciales, y a oxigenar el maltrecho presupuesto nacional, descalabrado adrede por una sumatoria de medidas conducentes a reducir ingresos genuinos (como eliminar las retenciones a la soja y otros) y a desmadrar gastos corrientes (como llenar la administración con parientes, amigos, novias, amantes y punteros políticos neoliberales, incluso inventando cargos insólitos y muy bien remunerados; o financiar la malhadada campaña de la excanciller autopostulada fallida Secretaria General de la ONU, etc.)
Los medios y periodistas oficialistas, así como políticos y economistas neoliberales y “libertarios”, guardan silencio total respecto al elevadísimo costo económico y los problemas humanos causados por el apagón, que tardó mucho en solucionarse totalmente.
Las acotaciones económicas no se agotan en lo enunciado.
 Desde lo político, el contexto de crudo neoliberalismo y “capitalismo de amigos” puesto en plena vigencia desde fines de 2015, sigue perpetrando una tremenda transferencia de riquezas hacia los grupos de poder concentrado, afines al poder. Entre esos grupos, vinculados societaria y familiarmente con el presidente y varios de sus colaboradores cercanos, está el Sector Energético, manejado a discreción por las petroleras y gasíferas anglosajonas y sus personeros locales; y dentro de ese mega sector, el Subsector de la Energía Eléctrica, manejando resortes claves que nunca debieron pasar a manos privadas (como la Generación y la Transmisión de electricidad), se vieron beneficiados con descomunales tarifazos, que hacen casi impagables a los servicios públicos esenciales, y que en el caso eléctrico, los aumentos perpetrados están en el orden del 3.800 %, según se difundió en algunos medios no cooptados por los grupos del poder concentrado mediático-político- económico. Y toda esa enorme transferencia de recursos, pretextada para solventar inversiones y para solucionar una supuesta crisis que no existía, solo fue utilizada para enriquecer a unos pocos y alimentar la descomunal fuga de divisas, prohijada y alentada desde el propio Poder Ejecutivo y sus resortes del poder. El tema económico vinculado al caso no se agota con esto.
 Desde lo técnico, varios factores llaman la atención.
El apagón sucedió un domingo temprano, en día y hora de bajo nivel de consumo, por lo que de plano se descartó una sobrecarga por exceso de demanda, como se demostró rápidamente. Es decir no se debió a faltante de potencia disponible, situación que no está sucediendo ante la caída del consumo eléctrico, demostrativa del descomunal retroceso económico general, de la miseria creciente y de la feroz desindustrialización que perpetra el modelo económico vigente.
No hubo eventos climáticos de gran envergadura en ese momento, que pudieran haber inducido o causado graves inconvenientes técnicos.
Fue falsa la versión oficial, según la cual el problema habría sido causado por exceso de generación en Yacyretá y Salto Grande, lo cual fue desmentido por ambas mega generadoras hidroeléctricas, demostrando la improvisación y desinterés por encontrar las reales causas, por parte de las autoridades nacionales. Echar la culpa a las hidroeléctricas, es malicia recurrente por parte de los operadores al servicio de la termogeneración, vinculada con petroleras y gasíferas anglosajonas, hoy en el poder.
Pese a no recibir inversiones y actualizaciones de sistemas operativos imprescindibles, el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) habría emitido alertas automáticas, las que según versiones circulantes y creíbles, no fueron atendidas en tiempo y forma por los responsables del sistema, los que son empresas privadas vinculadas al grupo político que detenta el poder.
Evidentemente solo les interesa facturar, la calidad del servicio y el factor humano son totalmente secundarios, ante el crudo materialismo neoliberal.
Es insólito y a la vez vergonzoso que el Poder Ejecutivo con sus entes vinculados al tema, con total parsimonia se tomen supuestos quince días para dar a conocer las causas, no descartándose que se use la metodología de tapar el tema con otros, para eludir responsabilidades y no informar nada en concreto, tal como lo hacen habitualmente. Y no se sabe de ninguna acción tomada conducente a implementar rápidas soluciones que impidan otros episodios catastróficos como el acaecido.
Por otra parte, una vez más se demostró la nula solución que pueden prestar las muy promocionadas “energías renovables”, que solo suministran energía intermitente, de muy baja calidad, no apta como base de ningún sistema eléctrico, y que tal como está planteada su promoción, solo son gigantescos negociados y un salvavidas de plomo para el sistema eléctrico, con la sumatoria de prebendas –incluso tarifas indexadas y dolarizadas- logradas 
mediante presiones de ONGs ultra ecologistas y otros grupos de poder, con el doble propósito de hacer negociados escandalosos y a la vez operar como freno a todo plan genuino de desarrollo. Incluso el propio presidente estuvo vinculado a una operación de pasamanos de una adjudicación, con lo que embolsó jugosas utilidades sin hacer ni invertir nada.
 Desde lo geopolítico, el tema cobra otra dimensión, existiendo numerosos y sólidos indicios que el apagón pudo ser una operación de terrorismo cibernético, similar a la que habría sido perpetrada contra Venezuela, en el marco de guerra híbrida con el cual se acosa a la hermana república caribeña.
A la vez, el apagón en Argentina y países limítrofes, tiene la impronta de una operación con al menos doble intencionalidad, por parte de EEUU y sus aliados Atlantistas. Se sospecha que fue una prueba de los sistemas de guerra cibernética en gran escala, diseñados para paralizar grandes sistemas interconectados y con ello poner de rodillas a países y regiones que puedan resultar molestos o directamente enemigos del  establishment 
neocolonialista.
En ese contexto, el apagón sería una advertencia, para que Argentina, ante un muy posible cambio político, no intente “sacar los pies del plato” del actual esquema de sumisión total a los intereses colonialistas anglosajones. A la vez, el apagón es tomado como una prueba a gran escala, de operaciones similares que EEUU estaría planificando realizar contra Rusia y eventualmente China, para dejar a una o ambas Potencias Continentalistas en situación de caos interno.
Esa versión, con mucho asidero, fue mencionada por el New York Times, por Sputnik, y analizada por varios analistas geopolíticos de reconocida seriedad, con muchas repercusiones en Europa, Norteamérica y Asia. Eso está en línea con mis opiniones al respecto, difundidas en una entrevista telefónica que hace escasos días me hizo el mencionado diario ruso.
Mientras tanto, las FFAA de Argentina, muy mal influenciadas por retirados de mentalidad procesera y por ende ultra liberal y apátrida, y por planes de estudios y docentes anclados en falaces y además perimidos conceptossetentistas, no parecen ni conmoverse por tan sensible situación. Para muchos de esos septuagenarios u octogenarios retirados, solo parecen importarles los indultos al como sea, sin hacerles asco con ello rifar los restos de soberanía que aun permanecen. Por supuesto, hay honrosas excepciones.

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