Analistas privados consideran que la gestión macrista enfrenta una “tormenta perfecta”

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El Centro de Estudios Nueva Mayoría, de Rosendo Fraga, destaca que la “ambigüedad” de Mauricio Macri “conspira contra una solución” a la “crisis de confianza en la Argentina”, y pone en riesgo, asimismo, su intento de reelección. En tanto, Estudio Broda considera que la economía ha comenzado a transitar un nuevo período recesivo y enfrenta una “tormenta perfecta” que, según cómo el Gobierno la ‘pilotee’, dejará mayores o menores “secuelas”.
Dos recientes análisis económico-políticos dan cuenta de la compleja situación que enfrenta la Argentina, y el gobierno de Mauricio Macri en particular.
El informe “Las claves políticas” del Centro de Estudios Nueva Mayoría (Rosendo Fraga) hace hincapié en la “crisis de confianza en la Argentina”, algo que ha reconocido públicamente Macri el pasado 17 de junio. Ni el respaldo de los US$55.000 millones del FMI y otros organismos, ni la autorización del FMI para destinar la mitad de la primera cuota que entregó de US$15.000 millones para contener el dólar, ni la calificación de “mercado emergente” han sido eficaces para reconstruir la confianza.
Asimismo, aunque consiguió ser “mercado emergente”, el riesgo país es más al to que cuando era “mercado de frontera”. De hecho, México y Brasil, con futuros políticos muy inciertos, tienen menos riesgo país que Argentina.
De este modo, la política exterior argentina muestra logros (el apoyo de los países desarrollados en el FMI) pero pocos resultados (no se logró iniciar el proceso de ingreso a la OCDE y no sirvió pasar a “mercado emergente”).
Según dicho informe, Macri no se plantea cambiar el gabinete, ni designar uno de coalición, que son los recursos que normalmente se utilizan para enfrentar este tipo de crisis. Pero él en ocho años como Jefe de Gobierno y dos y medio como Presidente, nunca cambió el Gabinete, sino que fue produciendo relevos caso por caso. Tampoco parece dispuesto a cambiar el equipo económico, que es lo que suelen intentar con mayor o menor éxito los gobiernos en similares circunstancias.
“Su problema central sigue siendo el conflicto entre el candidato y el estadista. El p rimero está atento a la imagen y la popularidad, el segundo a la resolución de las crisis y la historia. A 16 meses de la elección presidencial, si Macri paga el costo para resolver la crisis, puede ganar o no la elección. Pero si no lo hace, no tendrá posibilidad de ganarla. El gradualismo ha perdido viabilidad electoral”, destaca Nueva Mayoría.
El informe considera que “la ambigüedad de Macri conspira contra la solución de la crisis“. “Las ambigüedades de Macri en materia económica, política y social son claves para generar esta crisis de confianza. El cambio de gabinete o de equipo económico no están entre sus herramientas probables. Lo más difícil de cambiar en un líder político no es su ideología, sino su personalidad”.
Y da ejemplos de dicha ambigüedad.
> Economía: se dice que la prioridad es el crecimiento y evitar la recesión; se lanza el plan de fomento para las PYMES; se afirma que se acelerará el pago de la obra pública para no afectar el empleo en la construcción; se flexibiliza la política salarial del sector público (se abandona la pauta del 15%); Macri se reúne con gobernadores del PJ y les dice no reducirá la obra pública a las provincias; se decide moderar el aumento tarifario y postergar el fin de los subsidios para 2021. Pero también dice que reducirá el déficit, que esta vez la Argentina va a cumplir los compromisos con el FMI; que se suspenden las rebajas de impuestos; que las provincias tendrán que gastar menos, etc.
> Frente al Peronismo: Macri dice que “instrumentó políticamente el paro” y Patricia Bullrich que “la oposición desde el primer día trabajó para voltear a Macri”. Al mismo tiempo se convoca a la oposición a un acuerdo para cumplir las metas con el FMI, para acordar el presupuesto 2019 y para implementar el ajuste. En este marco, sólo concurrier on los 5 gobernadores oficialistas y 5 opositores sobre 19 a la convocatoria que hizo para acordar la implementación del acuerdo con el FMI.
> Con la CGT, tras el paro general, primero se dice que no se dialogará con el sindicalismo, después que sí y finalmente que se lo hará sector por sector, comenzando por la construcción. Cabe destacar que Hugo Moyano ha recuperado poder y protagonismo, la CGT discute ahora si pone en marcha un “plan de lucha” y en agosto renovaría su conducción.
> Frente al aborto: en Diputados el Ejecutivo aparece impulsando la sanción de la despenalización y asumiendo otra posición, con un Senado reacio a aprobar el proyecto que tiene media sanción de diputados.
El informe resalta que el paro del pasado 25 de junio fue uno de los más contundentes de los últimos tiempos, al participar la CGT con todas sus líneas internas, sectores del sindicalismo peronista que estaban alejados de ella (Co rriente Federal y Massa) todos los gremios del transporte, el sindicalismo combativo de las 2 CTA, movimientos sociales, organizaciones de izquierda -realizaron decenas de cortes en todo el país- y el colectivo “ni una menos”. El Episcopado a través de su Presidente dijo el día antes “no puede ser que los pobres paguen el ajuste”. Se articuló una amplia coalición social opositora. Pero fue una protesta que “contuvo y canalizó” el malestar. No hubo un herido ni una vidriera rota, como también sucedió un mes antes con la Marcha Federal de los Movimientos Sociales.
¿Qué consiguió el paro? Extender el 25% que había conseguido Moyano a otros gremios (Bancarios, gastronómicos, uta, alimentación, etc.) que se pongan en marcha las cláusulas de revisión y que el estado abandone la pauta del 15%.
Nueva Mayoría pronostica que en el segundo semestre, los ef ectos de la crisis económica bajarán al ámbito social y llegarán a la gente. La situación crítica se dará en los sectores de menores ingresos, donde la pobreza y la indigencia aumentan. La prioridad del gobierno no debe ser evitar paros ni movilizaciones, sino impedir los saqueos, para lo cual la emergencia alimentaria es fundamental.
Con respecto a las próximas elecciones, Macri puede intentar su reelección si resuelve la crisis económica (María Eugenia Vidal puede ser una alternativa en caso contrario, siempre que el desgaste no la haya alcanzado o puedan surgir alternativas no previstas).
# Broda: “La Tormenta Perfecta”
El otro informe que se desarrollará en esta nota es el realizado por Estudio Broda, que habla de una “tormenta perfecta”.
El cambio en el contexto financiero externo puso en evidencia la fragilidad del esquema macro elegido el 10 de diciembre de 2015. Los inversores ya no es tán dispuestos a seguir financiando nuestros elevados déficits gemelos (fiscal y externo). No están dispuestos seguir financiando el exceso de gasto (sobre todo, el del sector público), un creciente déficit de la cuenta turismo y la dolarización de carteras de los propios argentinos.
Actualmente, la Argentina se encuentra afrontando el “segundo shock” de salida de capitales de los países emergentes y sigue siendo el país más castigado por los inversores. El primer shock fue gatillado a mediados de abril por la apreciación del dólar y la suba de las tasas de interés de USA. El segundo, a mediados de junio, por el temor a una guerra comercial y a una crisis de algún país emergente ante el cambio en la situación financiera internacional.
El informe resalta que esta semana entran en vigencia los aranceles que impuso el gobierno de Estados Unidos sobre las importaciones provenientes de China por U S$35 mil M, que afectan principalmente la producción de motores marinos y turbinas eléctricas. China, por su parte, en retaliación, impondría tarifas sobre las exportaciones de automotores fabricados en EEUU.
Esta tensión ha generado un “flight to quality” de los inversores del mundo hacia los bonos del Tesoro de USA, los que han optado por refugiarse especialmente en los Treasuries a 10 y 30 años ante la turbulencia generada por la guerra comercial (Corolario: se aplanó la curva de rendimientos).
En este contexto, la Argentina enfrenta hoy:
> una reversión del influjo de capitales (huida de activos argentinos);
> una dolarización de portafolios (caída de la demanda de dinero);
> todo en un contexto en que ahora el BCRA se encuentra muy limitado para utilizar las reservas con el fin de frenar la escalada del dólar (por la restrictiva meta–piso de reservas internacionales netas del Acuerdo con el FMI).
El gobierno decidió combatir la inestabilidad financiera y cambiaria vendiendo más de US$12,000 M en el mercado de cambios, solicitando asistencia financiera al FMI, comprometiéndose a aplicar un programa económico más consistente, y recurriendo a un cambio en la conducción del BCRA más la declaración de la Argentina como nueva nación “emergente”. Pero aún no logra apaciguar el dólar y tranquilizar los mercados.

El interés por activos argentinos se desplomó, y la Argentina resultó el país más castigado. ¿Por qué? Estudio Broda destaca que se endurecieron las condiciones financieras externas. Las diferencias en materia de política monetaria y perspectiva de crecimiento hoy en favor de USA generaron una apreciación del dólar y una suba de las tasas de interés en EEUU, que provocaron el 1er round de salida de capitales del mundo emergente. Luego, a mediados de junio, sobrevino un 2do round al acrecentarse los temores de una eventual guerra
comercial y del riesgo de alguna crisis en el mundo emergente ante el endurecimiento del contexto financiero internacional.
Este cambio en el contexto externo actuó aquí como una especie de “desempañador”: los tenedores de bonos argentinos se dieron cuenta de la fragilidad de la política económica del Gobierno que tendió a agravar los desbalances heredados.
La evidencia empírica sugiere que los países que más sufren ante cambios ante cambios en el contexto externo son los que (1) tienen una gran proporción de su deuda en dólares, (2) pocas reservas internacionales, (3) presentan un alto déficit de la cta corriente, (4) son importadores de energía y (5) carecen de credibilidad en su política monetaria y de independencia del su Banco Central. ¡Bingo! ¡ La Argentina tenía “cartón lleno”!
Como si fuera poco otros factores suman “ruido” y huida de activos locales: hoy no se sabe si habrá reelección, si el Presidente tendrá la convicción de cumplir con el Acuerdo con el FMI ni cómo se terminarán utilizando los u$s7.5 mil M del primer desembolso del FMI, mientras el nuevo BCRA sumó incertidumbre al sugerir que modificaría la política monetaria.
Dicho informe indica que en medio de la tormenta financiera y cambiaria, el Gobierno decidió combatir las turbulencias vendiendo má s de US$12,000 millones en el mercado de cambios; solicitando asistencia financiera al FMI; comprometiéndose a aplicar un programa económico más consistente, más acorde con los problemas de la Argentina; recurriendo a un cambio en la conducción del BCRA, que debutó con una batería de medidas financieras para abatir la incertidumbre cambiaria. Más la mejora de la calificación del país de mercado de “frontera” a “emergente”.
Pero aún no logra apaciguar el dólar y tranquilizar a los mercados. Una parte del problema es que el nuevo BCRA no tiene demasiada capacidad (reservas) para amortiguar la reversión de los flujos de capitales y el aumento de la dolarización de carteras.
“El Gobierno tiene que frenar la escalada del dólar, aunque sea una tregua transitoria, por el riesgo de nominalización de la economía y porque la crisis cambiaria y financiera está diluyendo el poder político del Presidente Macri”, resalta Broda.

Pero para resolver el problema del mercado de cambios de manera permanente no alcanza con las subastas de dólares del Tesoro, una mesa de dinero más eficiente, la picardía financiera del nuevo BCRA, los incentivos para que bancos e inversores compren LETES en dólares, la suba de encajes y la tasa de interés en el entorno de 50% anual.
Estudio Broda asegura que el problema es que al tipo de cambio real de junio las subastas del Tesoro (por US$7,5 MM) podrían no alcanzar para equilibrar el mercado de cambios en lo que resta de 2018. El problema es que el faltante de divisas no es una dificultad coyuntural que pueda resolverse con “medidas pícaras”; se trata más bien de un problema de índole estructural: el país tiene un bajo nivel de exportaciones (US$23,000 M menos que hace siete años atrás) y los argentinos pensamos y ahorramos en dólares, con lo cual cada vez que se termina la bicicleta financiera y hay dificultad para colocar deuda en los m ercados globales, vuelve a reaparecer el problema del faltante de dólares.

El préstamo del FMI por US$50,000 M es importante, pero no alcanzaría para cubrir la totalidad de las obligaciones financieras del Gobierno Nacional (el déficit primario y los vencimientos de la deuda) hasta el final del mandato del Presidente Macri.
El programa financiero de 2018 está cerrado con la asistencia del FMI (asumiendo que los dos desembolsos pendientes de este año se utilizan como apoyo presupuestario). Pero en 2019 no sólo se requerirá utilizar los desembolsos del Fondo como financiamiento presupuestario, sino que a la Argentina se le reabran los mercados de capitales para colocar deuda.
A su vez, el descalce de monedas entre el financiamiento en dólares y las necesidades financieras en pesos del Gobierno (asumiendo que se compran las Letras Intransferibles) llevaría al Tesoro a vender unos u$s9,600 M en 2018 (más de los u$s7,500 M previstos en el acuerdo con el FMI) y u$s25,000 M en 2019. Si no se compraran las Letras Intransferibles (lo que complicaría la política monetaria), se reduciría sensiblemente el financiamiento que habría que salir a conseguir (de u$s21 mil M a u$s5,5 mil M) y en 2019 habría que vender en el mercado de cambios “apenas” unos u$s16,000 M (en vez de u$s25,000 M).

Hoy luce difícil que el Gobierno tenga la capacidad financiera suficiente como para cubrir su agujero financiero, y, al mismo tiempo, llevar adelante las colocaciones de deuda necesarias para avanzar en el desarme del stock de LEBAC.
“Se viene un 2do. semestre bien difícil. Aún cuando el Gobierno logre apaciguar la inestabilidad financiera y cambiaria actual, lo cierto es que esta turbulencia dejará secuelas“.
La economía ha ingresado en una recesión que puede llegar a ser menos corta y menos suave de lo que está pronosticando el consenso del mercado; la inflación de 2018 estará más cerca del 30% anual que de la expectativa inicial de 20% y los u$s7,500 M del primer desembolso del FMI podrían no alcanzar para atender la demanda de divisas, no pudiendo descartarse que tras un período de calma del dólar, el tipo de cambio nominal del segundo semestre termine siendo algo más alto que el actual con un tipo de cambio real a fin de año que en el mejor de los casos sería similar al del mes de junio.
Se desvanecieron las posibilidades de una transición hasta la elección presidencial de leve crecimiento y descenso de la inflación como habían previsto las autoridades económicas de CAMBIEMOS.
El camino hacia octubre de 2019 se presenta más bien como un sendero de política macro contractiva, apoyo del FMI y turbulencias domésticas, donde no será posible cumplir con la expectativa oficial de romper el ciclo de suba y baja del PBI con dos años consecutivos de crecimiento positivo. De todos modos, este escenario es mejor que el ajuste desordenado, considera el informe. El plan económico del Acuerdo con el FMI es un paso en la dirección correcta para comenzar a reducir los desbalances macro e intentar frenar la crisis de confianza.

Todo parece indicar que la economía ha comenzado a transitar un nuevo período recesivo. De hecho, 24 de los 37 indicadores que se monitorean muestran caídas en el margen (es decir, en el último mes disponible con respecto al trimestre previo).
Ahora se espera para el IIT18 una caída del PBI del orden de 3.0% con respecto al trimestre anterior (sin estacionalidad) y para el tercero un retroceso de alrededor de 1.0% , con lo cual, aún si la economía dejara de contraerse en el cuarto trimestre del año, el 2018 cerraría con una leve contracción del orden de 0.5%, mostrando una caída intra-año de 3.3% (entre el IVT-17 y el IVT-18) y dejando un arrastre negativo para 2019 del orden de -1.6%.
De cumplirse este pronóstico, la economía habrá ingresado en su quinta recesión en tan sólo nueve años y medio. Todo un récord a nivel mundial
Tristemente, el ingreso per cápita del IIT18 es 5.5% inferior al del IIT11 y prácticamente igual al del IIT08, lo que quiere decir que el ingreso por habitante no ha crecido en la Argentina en los últimos diez años.
Según Broda, esta recesión podría no ser tan leve y/o perdurar por más de 2 trimestres como vaticinan los más optimistas. Destaca que la recesión de 2012 duró apenas dos trimestres y la economía se contrajo un 4.5% acumulado, afectada por el cepo cambiario que se impuso a fines de 2011 y la desconfianza de los mercados que trajo aparejada la reelección de Cristina Fernández. Las recesiones de 2014 y 2016 fueron algo más largas, pero menos severas: la de 2014 se extendió por cuatro trimestres y la economía cayó “sólo” un 3.9% acumulado, mientras que la recesión de 2016 duró tres trimestres y la economía se contrajo un 3.4%.
Ahora, en cambio, se es tima una contracción acumulada del orden de 4.5%, pudiendo la recesión extenderse por tres o quizás cuatro trimestres. La recesión de 2018 sólo sería más suave que la registrada en 2008/09, cuando la economía se contrajo 10.2% en tres trimestres, en medio de la crisis global, una sequía y la disputa entre el campo y el gobierno de aquel entonces por la Resolución 125.
Porque a diferencia de las recesiones anteriores (2012, 2014 y 2016), en esta oportunidad la economía enfrenta una “tormenta perfecta”: la política fiscal será contractiva, la política monetaria tendrá sesgo restrictivo y la masa salarial real caerá, tanto por la caída del salario real como por la retracción del empleo, según Estudio Broda.
Como conclusión, el informe destaca que “el 2018 ya está ‘jugado’ y el 2019 dependerá del grado de convicción del gobierno del Presidente Macri para cumplir con el programa acordado con el FMI. Sin duda, la Argentina está mejor con el Acuerdo con el FMI que sin el Acuerdo. Fondo mediante, evitará una crisis macro de magnitud, pero el programa acordado con el FMI implica una política fiscal contractiva, una política monetaria restrictiva con una masa salarial que se contraerá en lo que resta del año. En suma, ‘estamos vivos, pero a dieta rigurosa y con lenta rehabilitación’”.

La imagen negativa de Macri continúa subiendo, mientras que la positiva baja, como se ve en el gráfico de arriba.
A su vez, el 78% evalúa que actualmente la situación económica del país es peor que la del año pasado. Y el 57% considera que aún será peor en 2019.

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